Capitulo 11- Oceano de Arena (Parte 2)

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25 de Abril de 2665. Sistema Lornar. Planeta 0-4, nombre en clave "Karnak". 12:35.

El sol brillaba inmisericorde sobre aquel yermo lugar. Walker, junto con el resto de soldados, caminaba con paso uniforme, aunque era inevitable que los pies se hundieran en la superficie arenosa de tono rojo ocre. El sudor recorría la frente de la sargento, cayendo por sus mejillas hasta acabar deslizándose por su cuello. El calor era horrible. Se pegaba, y no te abandonaba nunca, como esos amigos borrachos que se empeñan en dormir en tu casa. Ella iba en cabeza, escoltada por la sargento Sara Ortega y otro soldado del escuadrón Alfa. El resto les seguía, divididos en dos grupos que bordeaban cada lado, expectantes de cualquier peligro.

 Sonya no dejaba de pensar en Tango. Habían desaparecido, y desconocía las posibles causas. Karnak era un planeta traicionero, le habían advertido. Debía tener cuidado ya que las Quimeras, gracias a su avanzada tecnología, serian capaces de establecer sistemas de seguridad y detección muy precisos para localizarlos, sin olvidar las posibles trampas que pudieran tenderles. La desconfianza se acrecentaba más y más. Lo que más le angustiaba era que Adam Morris y Zacarías Gómez, los dos soldados a los que sorprendió diciendo obscenidades sobre ella y a los que decidió como castigo enviar con el equipo de exploración. Ahora, no estaba tan segura de que hubiese sido buena idea. Era responsable de sus vidas, y más valía que cuando los encontrara, estuviesen vivos.

El sargento Hideo Tanaka, junto con dos soldados que iban detrás de él, escalaron una gran duna de arena roja. Con esfuerzo, ya que la pendiente se derrumbaba con facilidad, haciendo que resbalasen hacia atrás, hundiéndose aun mas, lograron llegar hasta lo más alto. Desde ahí, vieron algo que los dejó estupefactos.

—¡Sargento Walker, debería venir a ver esto!—le gritó Tanaka a la soldado de Vanguardia.

Volteó y fue hasta lo alto de la gran duna, donde se encontraba el trío de soldados. Le costó un poco llegar hasta arriba, pero con un par de zancadas, consiguió subir hasta lo mas alto. Cuando vio lo que tanto le insistían en que viesen, quedó sin palabras.

Ante ellos, se desplegaba una visión difícil de describir. No porque lo que se viera fuese intangible, sino por la magnificencia que emanaba, los tenía completamente emocionados. Lo que estaban viendo era una gran ciudad. Una ciudad compuesta de grandes torres de color blanco como el marfil, decoradas con líneas muy finas de un color negro tan oscuro como el ónice. Todas acabadas en punta, a Sonya le recodaban a los obeliscos egipcios, civilización con la que curiosamente, se había relacionado a las Quimeras. Estas torres eran muy altas, tal vez de 900 a 1000 metros de altura, empequeñeciendo todo a su alrededor. Y lo que las bordeaban eran edificaciones de menor tamaño, pero no menos imponentes. Eran o bien cúpulas semicirculares de un color muy negro o pirámides escalonadas de varios pisos de colores entre blancos y rosáceos, con varios pisos escalonados, unidos por una escalera. La ciudad se conformaba en torno a un perfecto círculo, pero a medida que iban observando, vieron que más bien se disponía como una elipse. Esta era la razón por la que habían venido aquí.

Walker pidió los prismáticos de visión remota a Tanaka. El sargento del escuadrón Alfa se los dio y Sonya se los colocó en los ojos. Aumentó hasta 3 veces el zoom y pudo ver la ciudad con mejor detalle. No pudo ver bien a las Quimeras, pero si vio naves de tamaño mediano ascendiendo y descendiendo de la gran ciudad. Aquellos vehículos voladores seguramente se encargarían del transporte de recursos, materiales, instrumental o puede que habitantes de la Estirpe Cambiante. Sin embargo, no eran más que simples interpretaciones. Se quitó los prismáticos y se los devolvió a Tanaka.

—Tomad algunas imágenes, pero no os demoréis. —ordenó la sargento— Tenemos que encontrar a Tango.

—Entendido sargento—contestó enérgico Tanaka.

Dioses del Espacio. (La Guerra Interestelar- Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora