Un mafioso y su asesina

Novosibirsk

Nueva misión, nuevo nombre, nueva edad, nuevo look, y un pedazo más de mi alma que ya no estará en cuanto la acabe.

A veces me pregunto si aún tengo alma, pero cuando quito una vida siento como un trozo de ella se marchita y se va.

Me han dicho que no tengo alma, que las armas son máquinas, y que ella no sienten, porque las almas y los sentimientos son sólo para los humanos, y yo no soy una. Pero si no tengo alma entonces...¿qué es eso que siento morir dentro de mi cada vez que nueva sangre cae de mis manos?

Estoy en el avión de camino a Rusia, 20 horas en un pedazo de metal que vuela  pueden desesperar a cualquiera, bueno, a casi todos. Fui creada para soportar las más duras condiciones de trabajo, 20 horas sentada son nada para alguien como yo.

Estoy en el avión de camino a Rusia, 20 horas en un pedazo de metal volador pueden desesperar a cualquiera, bueno, a casi todos. Fui creada para soportar las más duras condiciones de trabajo, 20 horas sentada son nada para alguien como yo.

Durante las primeras cuatro horas me la paso memorizando la información que me han dado acerca de mi nueva misión, tanto del sujeto que tendré que proteger como la "mía".

Nombre: Ian Belikov

Edad: 25 años

Nacionalidad: Rusa

Padre: Nikolai Belikov (fallecido)

Madre: Elena Belikov (fallecida)

Hermanos: Issabela Belikov (sin datos). Gaspar Belikov (fallecido)

Trabajo: Venta de drogas, secuestro, extorsión, trata de personas, venta de armas, asesinato, carreras ilegales.

Estado: Soltero

Vivienda: Novosibirsk

Nombre: Elizabeth Floyd

Edad: 21 años

Nacionalidad: Inglesa

Padre: Hector Floyd (fallecido)

Madre: Sin datos

Hermanos: Sin datos

Trabajo: Seguridad privada

Estado: Soltera

Vivienda: Sin datos

Maravilloso, simplemente maravilloso, no sólo me toca proteger a un mafioso inmundo, ahora resulta que soy huérfana e inglesa. Supongo que lo primero no está tan alejado de la realidad, pero no podría llegar a parecer de Inglaterra ni con cirugía plástica. Esperemos que el mafioso éste sea un bruto y lo acepte sin hacer preguntas. De la edad que me han puesto no me quejo, parezco un poco mayor de lo que soy, y tampoco dista mucho de mi verdadera edad.

Me detengo a analizar más detalladamente su foto, es bastante atractivo, si fuera una chica normal ya estaría babeando por él, suerte que no lo soy... ¿verdad?

Las siguientes horas me la paso mirando por la ventana, la pureza del cielo y la esponjosidad de las nubes. No puedo dormir, antes de llegar al aeropuerto dormí mis 4 horas necesarias para mi completo rendimiento, y una vez que las completo se me hace imposible volver a pegar ojo hasta que lo requiera.

Cuando el Piloto avisa que aterrizaremos pronto, me asomo por la ventana, "Es simplemente mágico, no puedo creer que esté en un lugar así". En cuanto el pensamiento llega a mi cabeza lo destierro rápidamente, alguien como yo no es capaz de apreciar eso, no me han entrenado para hacerlo, ¿qué diablos está mal conmigo?

Cuando bajo del avión y paso a recoger mi equipaje me siento completamente abrumada. Nunca me ha gustado estar rodeada de tanta gente, quizá porque me criaron completamente aislada del mundo, llevándome al exterior sólo cuando era absolutamente necesario para una sesión de práctica o una misión.

Aunque me resulte extraño estar con tantas personas en un mismo lugar, me parece fascinante observarlos, la manera tan natural con la que se mezclan, sin importarles su entorno. ¿Sería como ellos de haber "nacido" en otras circunstancias?

No lo puedo imaginar, y aunque lo hiciera sería una fantasía estúpida, no se puede cambiar mi pasado, ni modificar lo que "ellos" tienen planeado para mi futuro. Si "ellos" supieran que estoy siquiera imaginando una forma de vida diferente a la que tengo, ameritaría uno de los peores castigos, diseñados para quebrar a armas como yo.

Sacudo rápidamente mi cabeza para sacar esos pensamientos tan inapropiados. Vislumbro mi maleta en la cinta y me apresuro a recogerla para poder salir de éste lugar.

Una vez salgo de la sala en donde recogí mi equipaje, me detengo a analizar los rostros de los civiles que vinieron a buscar a sus seres queridos. No encuentro la cara correspondiente al señor Belikov, sólo espero que no se le hay olvidado que su "seguridad adicional" llegaba hoy. No entiendo para qué me ha contratado teniendo a gente tan peligrosa alrededor de él que fácilmente podría hacerlo.

Por fin logro distinguir a un hombre gigantesco que tiene en la mano un cartel con mi nombre. Me acerco rápidamente a él.

-¿Señorita Floyd? El señor Belikov me ha mandado a recogerla, él lamenta no poder estar aquí, pero tenía cosas de trabajo urgentes.

Claro, alguien tan "importante" como él no se podía dar el lujo de perder tiempo e ir a recoger a la persona que lo mantendrá a salvo por un tiempo indefinido.

Podía sentir el enojo surgir dentro de mi pecho, otra muestra de lo defectuosa que era. Tomé una respiración profunda, y con la voz más fría que pude manejar en ese momento le dije al mastodonte:

-Claro, vayámonos de una vez, debo comenzar a trabajar de inmediato.