Observó la enorme casa a través del portón. Miró los tonos blanco y grises en esta mientras también observaba el jardín perfectamente recortado sin ninguna flor en el, sólo uno o dos pequeños árboles. No había ningún color que resaltara.
“Demasiado formal” Pensó y se dispuso a presionar el pequeño timbre negro.
Enseguida una señora grande y con cabellera blanca pero elegante apareció caminando hacia ella y la miró con ojos curiosos, los cuales escondían unas pequeñas arrugas bajo ese lindo color verde.
-¿Qué desea?
-Vengo por el empleo.
El rostro de la anciana le vio con entendimiento y le mostró una amable sonrisa.
-Lo siento linda, pero el señor Bieber normalmente sólo acepta a personas mayores y usted se ve muy joven.
-¡Por favor!- Exclamó la chica- Permíteme hacer la entrevista y si al señor no le convence mi capacidad como para contratarme lo entenderé y me iré.
Posó su mirada de nuevo a la muchacha de cabello negro y soltó un bufido.
-¿Cuál es tu nombre?
-_____ , _____ Gleen.
-De acuerdo señorita Gleen veré que puedo hacer, acompáñeme.
Abrió la puerta del portón dejándola pasar y se dirigió a la casa mientras _____ la seguía y se limitaba a admirar lo que había alrededor.
-Escuche- Le habló la señora mientras pasaban a la casa. –Intentaré convencer al joven para que realice al menos la entrevista, pero quiero que sepa que no va a ser fácil y tal vez no lo logre.
- De acuerdo, muchas gracias.
- Quédese aquí y no toque nada, ahora vuelvo.
Fue entonces cuando se quedó sola y decidió observar el hogar de su ‘amado’.
¡Mierda!
Su casa parecía un cuchitril al lado de ese lugar. Podría ser que no hubiera muchos adornos en aquella habitación, pero había demasiado espacio y todo estaba perfectamente ordenado. Su estampado era de color guinda y ni siquiera tenía un televisor, sólo una mesita al centro y cuatro grandes sillones blancos.
Repetimos, demasiado formal.
De pronto se escucharon pasos apresurados y apareció la señora por el pasillo que conducía de la sala a cualquier otro lugar que tuviera la casa que la chica no conocía.
- Señorita Gleen, el señor Bieber la está esperando en su oficina- Anunció con una gran sonrisa.
- ¡Muchas gracias, en serio!
- De nada linda, sólo no lo arruines y no hagas ninguna tontería.
- No se preocupe, no la decepcionaré.
- Eso espero, vamos, te acompaño.
Pasaron por el mismo pasillo por el que había llegado la anciana minutos antes era formal como todo lo demás y las paredes eran de color azul marino en donde había uno que otro cuadro que la señorita decidió no ver porque sabía que se quedaría embobada observándolos.
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¿Y si la historia cambia? {Bieber & tú}
FanfictionLo odió y lo amó. ¿Que ironía? Lo es. Pero diez años después decide enfrentarse a él, peor, decide trabajar para el joven. Y aunque ella ve los mismos rasgos de los que se enamoró a él no le pareció nada familiar aquella muchacha. Pero no le importó...