Charlie

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Esta es otra crepy de mi amiga, espero que les guste.

Charlie comenzó como un juego, ninguna de las dos Sabía que eso iba a llegar tan lejos. Al principio sólo era un pequeño muñeco de trapos Viejos que dos chicas habían hecho por diversión. Tenía dos ojos grandes de botones distintos y una sonrisa torcida, sus trapos eran de grises de diferentes tonalidades y algunos marrones.
Se supone que eso era todo, el muñeco estaba hecho y ahora harían otra cosa, pero no. Una de las dos tuvo la idea de hacerlo vivir.
  —Si hacemos esto podría ser nuestro sirviente.
  —No va a funcionar.
  —Será como en las creppypastas que nos gustan, pero bueno.
  —Bien, me convenciste.
  —Alejandra busca en internet un hechizo para darle vida a objetos inanimados.
Luego de buscar por un tiempo encontraron un hechizo en una página que a las dos les pareció algo extraña.
  —Lo primero que necesita es un nombre.
—Charlie.
—Segura ¿Porqué ese nombre?
—Por el muñeco maldito de la película y por Charlie Charlie.
—Oh ya entiendo.
—¿Qué más?
—Hilo rojo, yo tengo en mi casa, puedo llevármelo y hacer esa parte en mi casa.
—Ok. ¿Algo más?
—decir un conjuro. 
Las dos tomaron al muñeco y dijieron el conjuro.
—Sangre.
—¿Qué?
—Necesita sangre para vivir.
—Le daremos la nuestra.
Angélica fue a la cocina por un cuchillo, volvió y estaba por cortarse la palma de la mano cuando su amiga la detuvo.
  —Primero hay que rellenarlo de arroz.
Hicieron todos los pasos pero ahora estaban calladas y serias, cuidaban que todo lo que hacían estuviera bien hecho.
Finalizado Charlie Alejandra se lo llevó ya que debía ponerle hilo rojo. Fue a pedirle a su madre que le dijo que no tenían hilo rojo. Fue a pedirle a su padre, que era carnicero, y este tenía o algo así. Era un hilo para atar las carnes que se había manchado de sangre. "Debe ser lo mismo" pensó Alejandra y antes de irse de la carnicería se llevó un gancho de carnicero. Ató el gancho a la mano izquierda del muñeco con el hilo rojo. Y como ya era tarde hizo su tarea y se fue a dormir.
Cuando despertó para ir al colegio buscó el muñeco para mostrárselo a Angélica pero no lo encontraba así que fue a preguntarle a su madre quien también estaba buscando algo, al gato. Había desaparecido ayer a la noche y desde entonces nadie lo vio. Fue al colegio y le contó a su amiga la que había sucedido, ninguna de las dos se lo tomó encerio porque sólo estaban jugando cuando hicieron el muñeco. Pasó toda la jornada escolar y al volver a su casa el muñeco estaba en su habitación, pero distinto. Cuando se acercó a verlo se dio cuenta que largaba un olor horrible, tenía sangre en el gancho y su boca torcida esta abierta. Alejandra se asustó y arrojó el muñeco por la ventana. No salió en todo el día de su habitación ni siquiera para comer o ir al baño, no se movía de su cama. Todas las noches tenía pesadillas con el muñeco, aveces se asomaba a la ventana y Charlie estaba, otras veces no. Una vez los vio camiando con dificultad alrededor de la casa todo el tiempo sentía un miedo paralizador y sabía que sus padres no le creerían una vez más ella se asomó por la ventana y no vio al muñeco se alteró y comenzó a llorar. Se quedó dormida pero despertó a la hora al escuchar a su hermano de tres meses llorar, ella quería ayudarlo pero tenía miedo. Los llantos del bebé se iban intensificando. Alejandra tomó coraje y salió de su habitación pero cuando llegó a la de su hermanito quedó petrificada del miedo. Por las paredes del cuarto estaba escrito con sangre "Charlie" con letras enormes, al rededor de la cuna también había sangre que hacía una especie de camino macabro en dirección al mueñco, no se atrevió a mirar dentro de la cuna. A todo eso llegó la madre que se acercó desesperada a la cuna y cuando lo vio comenzó a gritar y llorar agarrándose de la cuna. El padre sacó a Alejandra de la habitación, la miró, se agachó hasta su altura y con los ojos llorosos le preguntó porqué.
A Alejandra no le salían las palabra de la boca para explicar lo que estaba pasando.
Sin darse cuenta estaba en un instituto hospitalario para personas con problemas mentales (una forma más larga de decir manicomio).  Cuando su padre fue a visitarla le explicó que ella después del incidente con su hermano quedó en shock y la metieron en ese lugar, su madre ahora tiene depresión y ataques de pánico y que nunca va a perdonarla.
Alejandra preguntó en donde estaba el muñeco, pero su padre le respondió que había desaparecido ese mismo día, ella temía por la vida de Angélica e iba a preguntarle sobre ella a su padre, pero se terminó el tiempo de visitas y la llevaron a su habitación. Todas las noches tenía pesadillas con Charlie y maldecía el día en que ella y su amiga lo hicieron. Con las visitas semanales de su padre se iba enterando de muchas cosas, como que en el barrio de ellos hubo muchos asesinatos sanguinarios y ningún sospechoso.
Todos creían que debía ser alguien tratando de imitar a Alejandra y hasta culpaban a Angélica por ser su amiga. Ambas vivían un infierno, una de ellas en el sanatorio mental incapaz de hacer nada y viendo todo lo que sucedía, y la otra sufriendo el rechazo, miedo y hasta indignación de las personas por ser amiga de Alejandra. Pero nadie sabía la verdad, que Charlie iba dejando cuerpos destripados por todos lados.
Un día a Alejandra le llega un regalo, cuando se lo traen entra en pánico y comienza a llorar, era Charlie que la había encontrado. Dejan el muñeco en el suelo de su cuarto.
Ella lo mira y nota que le falta el gancho, a lo mejor era un regalo de su padre quien le sacó el gancho.
Pasaron tres días y el muñeco seguía en el suelo, en el mismo lugar. Alejandra le tomó confiaza y se acercó a él, cuando estuvo lo suficientemente cerca pudo sentir ese olor horrible otra vez y ver manchas de sangre viejas en especial en su mano izquierda y su boca torcida. Otra cosa que la impactó fue ver que algo en el estómago de Charlie se movía. Se alejó de él inmediatamente y el muñeco estuvo otros tres días en ese mismo lugar.
Finalmente, después de pensarlo mucho, abrió el estómago del muñeco y quedó asqueada. Dentro de Charlie había pedazos de carne agusanada y arroz podrido, hasta pudo ver el pelaje de su gato, también estaba el gancho de carnicero.
Fuera de su habitación se escucharon sus gritos pidiendo ayuda, pero cuando llegaron los enfermeros ya era tarde. Esta totalmente degoyada y su sangre se encontraba por todo el piso. Charlie también estaba allí pero a nadie le importó. Lo tomaron como un caso de suicidio y metieron el muñeco a la basura.

TODO SOBRE CREEPYPASTASDonde viven las historias. Descúbrelo ahora