Paso una semana,Papá seguía igual de mal o peor,y era notable su cambio de humor porque jamás lo había visto tan mal. Eiven y yo hablamos por teléfono todos los días, algo realmente lindo. Falta una semana para el regreso a clases,todo eso me ponía contenta,pero no podía estar feliz, Papá de verdad se veía muy mal.
-Buenos días Papá, ¿como amaneciste?
-Oh,hola hija,muy bien gracias ¿y tú?
-Bien,gracias...oye papá-De repente suena el teléfono de la casa y Papá decide contestar,al parecer era Mamá. Papá me hizo de señas que fuera a mi cuarto y así lo hice.
Al llegar al cuarto quería hablar con Eiven pero no me di cuenta que mi celular lo deje abajo,así que decidí bajar por él. No fue mi intención escuchar la conversación de mis padres,pero me quise quedar un pequeño momento en las escaleras para oír de que hablaban.
-Andrea la situación cada vez empeora, no creo que podamos quedarnos aquí por más tiempo.
¿Qué era todo esto? ¿De que situación habla? ¿Que estaba pasando?. Seguí parada escuchando de que hablaban,no podía oír a mamá, pero si a el.
-Bien,así lo haré, una vez que entre a la escuela,sacare sus papeles y nos iremos para allá, nos vemos pronto.
Escuchó que cuelga el teléfono y bajo de inmediato.
-Hija me asustaste,¿Qué paso?
-Es lo mismo que quiero preguntarte Papá... ¿Qué es lo que paso para que estés decidido a que nos vayamos de aquí?
-Hija...en mi trabajo las cosas están demasiado mal, nos dieron esas "vacaciones" porque estaba por caer,pero en realidad ya lo ha hecho. Sabes que no puedo estar sin trabajo,así que he decidido que lo mejor es volver a México
Papá estaba jugando,no puede ser todo esto, todo iba tan genial y ahora...me dice esto. Al escuchar todo eso mis ojos se llenaron de lágrimas, mi vida entera estaba aquí!,mi mejor amiga,mi novio, mis recuerdos, absolutamente todo.
-Papá yo entiendo pero...¿No puedes buscar otro trabajo aquí? No nos podemos ir así, no ahora.
-Hija es una decisión que ya se ha tomado,lo siento
Papá ve mis lágrimas correr y me abraza, yo no quería irme de ese modo,no ahora.
-Hija ve a empacar un poco de ropa y algo que quieras llevar,la casa se quedará intacta,hasta que volvamos.
-¿Volveremos Papá?
-Bueno tal vez yo no,pero tú si hija,puedes venir a estudiar la Universidad aquí, si así lo quieres.
-Gracias Papá, iré a empacar.
Cuando estaba empacando sonó mi celular,era Eiven,no tenia ánimos de hablar,incluso al ver que me llamaba mis lágrimas volvieron a brotar. Trate de calmarme y conteste.
-Hola!! ¿Qué tal va tu día?
-Hola,bien ¿y el tuyo?
Mi voz se escuchaba completamente mal, creo que notó que lo estaba.
-Sweet ¿Estas bien? Tu voz no se escucha del todo bien,¿Has estado llorando?
-Jajaja,no,sabes que no suelo hacer eso,solo es un poco de gripa,¿regresaras este domingo?
Me iré el Lunes por la tarde,los boletos ya están comprados,todo esta listo, no hay vuelta atrás.
-Si así lo haré, ¿Te molesta si te veo hasta el lunes? Es que creo que llegare un poco cansado.
-Claro que si,no hay problema alguno.
Solo faltaba un día para que fuera domingo. Papá y yo decidimos ir a recorrer Chicago por ultima vez, y aprovechando compre algunos regalos para Eiven y Blanca.
Llegó el domingo, ya eran las 5:30 de la tarde,decidí sacar mi maleta a la sala,porque si Eiven la ve en el cuarto desde su ventana hará muchas preguntas.
Blanca ya ha llegado,ya envolví sus regalos,mañana por la mañana se los daré, Papá me sacara de la escuela antes de la hora de salida,para que ni Eiven ni Blanca se pongan igual de mal que yo.
Llego la noche y ya se escuchaba el ruido a lado, en la casa de Eiven,de repente la luz de su cuarto se prende,ahí estaba el,en el momento en el que lo vi me enamore aun mucho más de el.
Paso la noche, y ya era de día, la alarma sonó,la apague,me arregle,llegó la hora de salir a esperar el autobús, salí y ahí estaban esos dos,con unos regalos en las manos,al igual que yo.
-Chicos! Compre unos regalos para ustedes,esperó les gusten -Trato de escucharme lo más contenta posible.
-Que linda mi Dulce! Yo también traje un regalito para ti!-Me contesta Blanca con la sonrisa que jamás podre olvidar.
-Yo también te traje algo, que espero te guste mucho -contesta Eiven con los ojos más lindos que he visto.
Abrace a los dos,en los regalos va una carta de despedida, pero ellos no lo saben.
Llegó el Autobús, Eiven y yo nos sentamos juntos,era demasiado notable que eramos más que amigos ya que íbamos abrazados en el autobús.
Llegamos a la escuela,pasaron las horas y estábamos ya en una de las últimas, y llego Papá a interrumpir la clase, le dice a la profesora de química que me iré por hoy temprano,agarro mis cosas y salgo del salón, Eiven corre tras mío, Papá ya iba adelante y le dije que en un par de minutos lo alcanzaba. Ahí estábamos los dos, parados en el pasillo,corrí a abrazarlo, no quería dejarlo,mis ojos solo se pusieron cristalizados y al momento de besarnos mis lágrimas volvieron a brotar sobre mis mejillas,tardamos un par de minutos juntando nuestros labios,al terminar lo volví a abrazar.
-Eiven...
-¿Si?
-Te amo.
Eiven se separó de mi y me volvió a besar,no quería irme,de verdad esto se me hacia demasiado imposible, nos separamos y lo abracé otra vez,esta vez después de ese abrazo me iría.
-Eiven...por favor Espera por mi.
-¿A que te refieres?
No quise contestar y me di la vuelta.
Me subí al carro de papá, donde las maletas ya estaban ahí...ya era la hora.
