Estábamos en el aeropuerto,yo con los regalos de los chicos en la mano. Papá y yo decidimos subir al avión, esta vez de verdad no había vuelta atrás. Tome uno de los asientos,mientras el avión despegaba sólo pensaba en si él me esperaría, si de verdad me recordaría oh si sólo me olvidaría...me quede pensando unos minutos, después de eso decidí abrir los regalos de ellos,abrí primero el de Blanca, era un lindo peluche de mi dulce favorito, amo a esta chica...después abrí el de Eiven,era un lindo collar de pareja,y una foto de él, usando el mismo collar, y una carta,expresando que tanto me quería,y lo especial que era para él. De repente mis ojos se llenan de lágrimas y empiezan a brotar por mis mejillas,Eiven...cuanto te extraño.
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Llegamos a México, mi Mamá y mi hermana estaban en el aeropuerto esperando por nosotros,me emocione por verlas,era demasiado genial.
–Hija!¿Como has estado mi Dulce?
–Bien mamá, Te extrañe mucho—conteste con un tono no muy feliz, ya que no me sentía con ánimos para estarlo.
–Te noto mal Dulce,tus ojos están inchados,¿Lloraste,cariño?
¿Qué pasa si le digo que sí? No quiero que empiece a hacerme mil preguntas, le hablaré de todo lo que pasó, pero no ahora,no quiero llorar,no después de pasar un momento tan agradable.
