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Después de dejar todo como nuevo, decidí tomar un descanso. Pero mi dueño tuvo la idea de ir al centro comercial para comprar algunas cosas, como ropa, zapatillas, chaquetas de cuero entre otras cosas. Él camina tranquilamente por los pasillos y yo lo acompaño con todas las bolsas de compras por mis manos, es mi deber ayudarlo y soportar los dolores que tengo en mis brazos ahora.

Me detengo por un momento y veo a través de una vidriera, es un local donde venden celulares, un brillo dorado llama mi atención y me acerco para ver de qué se trata. Son celulares si, pero estos aparatos están hechos de carcasa de mármol, otros están bañados en oro e incluso tienen incrustados piedras preciosas como diamantes y zafiros.

-No te quedes atrás.

Regreso con él rápidamente y veo que está jugando con su teléfono, es igual a los que vi en esa tienda.

-¡Cam! -Veo como derriban a Cameron y estaba a punto de llamar a seguridad cuando veo que ellos dos se conocen. Un muchacho rubio desordena el cabello de mi dueño mientras ambos ríen y están tirados en el piso.

-Tarado, ¿por qué no saludas como la gente normal? -Mi dueño se pone de pie y golpea en el brazo al rubio. Fue un poco rudo, después de todo son alfas.

-¿Qué tiene de divertido eso? -contesta con otra pregunta-. ¿Qué haces aquí?

-Vine de compras con la chica nueva que me sirve. -Cameron me mira por un momento al igual que su amigo.

-Es un gust-

-Lo que sea. Los chicos están por aquí, se alegraran de verte. -Cameron acompaña al rubio hacia un destino desconocido para mí. Pero debo ir con él, debo estar para todo lo que necesite.

Por suerte no abandonamos el centro comercial. Sin embargo entraron a un especie de bar que sólo es exclusivo para alfas. Los hombres de seguridad, grandes y fuertes, no me dejaron entrar. Por lo que terminé sentada en una banca que está frente al local con las muchas bolsas de compras, al menos mis brazos descansan.

-¡Hey tú! -Una señora regordeta me toma del brazo y me obliga a ponerme de pie. Su olor extremadamente empalagoso me dice que es una omega-. Deja de perder el tiempo y lleva mis cosas al auto. Nadie te dio permiso de sentarte. -Ella me da unos empujones y a rastras intenta sacarme del centro comercial.

-No, está equivocada. Yo no trabajo para usted.

-¿Crees que soy idiota? Llevas el uniforme de todas las sirvientas de mi alfa. ¡Vamos, muévete! -El grito de alto de Cameron hace que la mujer me suelte de una vez. Yo retomo todas las compras y me alejo de la omega rápidamente.

-¿Qué pasa aquí? -Él camina hacia nosotras a paso firme con sus amigos detrás.

-Na-Nada que le interese joven. Sólo estoy tratando con una de mis empleadas incompetentes. -La señora me obliga a caminar. Pero Cameron toma mi brazo para acercarme a él.

-Está equivocada, señora. Esta es mi beta. -Solo le toma un segundo reconocer el olor del alfa en mí, entonces me suelta.

-Oh, discúlpeme. -La omega se aleja rápidamente y un silencio incómodo se forma.

-Por poco pierdes a tu sirvienta, Cam. -dice el rubio dándole un empujón. Mi dueño me suelta para prestarle atención a sus amigos. En total son cuatro, él es el número cinco.

-Si, es peligroso -comenta un castaño acomodando su flequillo.

-Deberías hacer lo que hacen mis jefes. Cuando sacan a las sirvientas de compras, les colocan un collar con el escudo de la familia para que los demás sepan para quiénes trabajan -explica otro alfa de piel bronceada.

-Mmm... Debería hacerlo. -Cameron asiente. Yo, por otro lado, no me siento segura con esto. Jamás me gustó usar collar y en mis otros trabajos no había necesidad.

-Vamos, buscaremos un collar para ti.

-Si.

Él se despide de sus amigos y buscamos una tienda en dónde venden esas cosas. Es muy común que los alfas le obsequie collares a sus omegas, son un símbolo de pertenencia. Pero tratándose de un beta, el significado es diferente.

-¿En qué le puedo ayudar? -le pregunta la vendedora, es una alfa para mi sorpresa.

-Busco un collar para ella, es la primera vez que salgo de compras con alguien y casi se roban a mi beta -contesta él. Ya no me llama por mi nombre, pero supongo que así debe ser.

-Entiendo. Aquí tenemos varios modelos y diseños que le gustará. -La chica le enseña varios collares mientras yo miro a mi alrededor, asombrada por la gran cantidad. Algunos son de oro, otros de plata o combinados. También hay collares de cuero, negros, azules, morados, color vino, entre otros que vienen en diferentes modelos como moños, en forma de V, con tachas y más. Pero, en una sección, pude ver collares de toques. Rápidamente aparto la mirada y la bajo a mis manos.

-Quiero este -escucho a Cameron decirle a la encargada. Pagó el collar y ella lo puso dentro de una bolsa antes de que pudiera ver como es. También se tomó la libertad de anotar su número en la mano de Cameron por si acaso. Salimos de la tienda para luego ir a un patio de comidas, al fin mis brazos vuelven a descansar y mi dueño busca algo en las bolsas de compras.

-Mira. Es bonito, ¿cierto? -murmura enseñándome el collar. Es rojo y con un lazo enfrente. Sólo asiento con la cabeza, no importa que no me guste, debo usarlo.

Él se pone de pie para caminar hacia mí, aparta un poco mi cabello y coloca el objeto alrededor de mi cuello. Sus dedos me hacen cosquillas. Pero hago un esfuerzo para no reír ni tampoco moverme.

-Y listo. -se aleja lentamente, mientras sus dedos aún tocan el collar.

-Gracias por esto. -Cuenta como un regalo para mi persona y debo agradecer.

-Era necesario, esa señora por poco te lleva lejos -comenta subiendo y bajando los hombros-. ¿Y quién me servirá? -hace una pregunta retórica bebiendo un refresco. Él suelta un eructo y arroja la lata vacía a la basura

-Estoy cansado, vamos -ordena levantándose de su lugar y comienza a caminar. ¿Cansado? Pero si yo soy la que... Para no perderlo de vista entre el mar de personas intento tomar rápidamente las bolsas de compras. Pero el contenido de algunas se me caen al suelo haciendo un desastre.

-Ay, no, no. -Me arrodillo para juntar todo lo más rápido que puedo, la ropa y las chaquetas. En eso me topo con las botas negras y un poco desgastadas de un alfa que conozco muy bien.

-¿Qué estás haciendo?

-Eh... Estaba con m-mi dueño y-y esto se me cayó...

-Torpe como siempre. -Gruñe tomando las bolsas que aún están en el suelo y me las arroja. Un aroma llega hasta mí, está en su ropa. Pero no es de él, es de una omega, dulce y bonito.

-Hueles a manzana -murmuro bajo sin mirarlo. Debe tener una novia porque jamás había sentido el aroma de omega en él o en su ropa.

-Eso no te importa. Ahora vete y... -Él se interrumpe para comenzar a oler el aire y se acerca peligrosamente hacia mí-. Conozco ese olor a alfa -dice mirándome a los ojos.

-Ah... Si, es que...

-Es el mismo maldito alfa con el que te acostabas hace un año -dice dando un paso hacia adelante, al mismo tiempo yo retrocedo con la cabeza agachada-. ¿Otra vez estás mintiendo? -Henry me toma con fuerza del brazo y levanta su mano derecha al aire para golpearme. Yo sólo cierro los ojos y espero el golpe que nunca llega.

Cuando los abro, veo a Cameron sosteniendo el brazo de Henry y se coloca en medio de nosotros para separarnos.

-Hey, calma amigo -habla dando unos pasos hacia atrás para apartarme de mi hermano.

-Tú no te met...

-V-Vámonos.

-¡Es tu culpa! -él gruñe agresivamente dando un paso adelante y desafía a Cameron a una pelea.

Versión BetaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora