No se puede amar y ser sabio

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En ese entonces, solía fantasear sobre eso todo el tiempo; Saga y yo nos sentaríamos uno frente al otro en Navidad con un pastel en medio, y después intercambiaríamos regalos. Imaginaba que todo estaría iluminado bajo la tenue luz de una vela y mi corazón latiría intensamente. Y ahora, diez años después...

- ¡¡Acabo de llegar!! - Anuncié al entrar en la oficina.

- ¡Entonces haz las foto-tipografías! - Ordenó Takano sin separar la vista de sus informes.

- ¿Eh? Este no es el último manuscrito, ¿o sí? - Pregunto Mino con cansancio.

- No te preocupes - Le contestó Kisa, parecía que llevaba días sin dormir - El último manuscrito es del mangaka de Hiro.

Navidad... ¿¡Qué es eso!? Cuando eres un adulto ya no hay tiempo para eso, sólo trabajo, trabajo y más trabajo.

- Lo siento - Se disculpo Hiro mientras colgaba el teléfono y se levantaba de la silla - pero simplemente no puedo contactar con mi mangaka. Iré a ver que es lo que sucede.

- ¡Argh! ¡Estúpida crisis de fin de año! - Se quejo Kisa. Lo que él quiere decir es que cuando se acerca el fin de año, la imprenta y los distribuidores se irán de vacaciones, lo que a su vez adelanta las fechas límite. - ¡No puedo soportarlo! ¿¡Por qué tiene que pasar esto cada año!?

- Eso es porque... - Empezó a decir Takano, parecía que un aura oscura salía de él - la gente insiste en tener días libres. Es por eso que sigo diciendo que las editoriales necesitan funcionar...¡Las 24 horas del días, los 365 días del año!

- Takano, las imprentas y los distribuidores no son tiendas. - Comento Mino.

- ¡Entrega para Hattori! - Anunció un hombre que llevaba un paquete.

- ¡Sí! ¡Aquí! - Digimos Kisa y yo al unísono. El hombre se acercó y nos entregó el paquete.

- ¡Apresúrate con las foto-tipográfias! - Ordenó Takano de nuevo, pero empezó a sonar el teléfono.

- ¿Si?... Sí, muchas gracias... Sí, los manuscritos acaban de llegar. - Les dije a los de la editorial.

- ¡Idiota! - Chilló Takano - ¡Se supone que debes mentirles y comprarnos más tiempo!

- ¡Ah! ¡No! ¡Por favor, ignore las voces de fondo!... ¡Sí! ¡Lo entiendo! ¡Lo siento! - Dije, me despedí y colgué el teléfono.

- ¡Terminé lo de Ricchan! - Gritó feliz Kisa - Ahora, el que sigue.

- ¡Onodera! ¡Lleva tu parte y la de Hiro a la imprenta! - Ordenó Takano.

- ¿¡Eh!? ¿Yo?

- ¡Es tu manuscrito, muévete!

- De acuerdo - Contesté mientras me levantaba y cogía las cosas.

- Lo revisé, pero sería bueno que le dieras un vistazo en la imprenta. - Me avisó Mino mientras me entregaba unos manuscritos.

- ¡Yay! ¡Terminé lo de Hattori! - Volvió a anunciar Kisa, cada vez estaba más entusiasmado.

- Ah, si, si, mando a Onodera contigo. - Se escuchaba hablar a Takano por teléfono. - ¡Onodera!

- Sí, ya sé. Voy en camino. - Me dirigí a la puerta pero antes de salir Takano rozó mi hombro.

- Cuento contigo - Susurró - Ten cuidado.

(...)

Lo logré. Todo esto cuando el resto del mundo está disfrutando de las festividades navideñas. La gente en la imprenta fue dura. Bueno, es cier que es nuestra culpa por no cumplir la fecha, pero aún así... Ah, sí. Tengo que enviarle un correo a Takano... El recuerdo de cuando rozó mi hombro vino a mi mente. Idiota, ¿por qué piensas en eso? Él sólo tocó tu hombro. Yo...el otro día... al parecer me acosté... con Takano... Pero estaba ebrio y no recuerdo nada. Esto apesta, tampoco es que pueda averiguarlo con él, y Takano actúa como si nada hubiese pasado. Supongo que debería dejarlo pasar, ¿no? Además tengo que enfocarme en mi carrera y enseñarles a mis antiguos compañeros de trabajo. No tengo tiempo para distracciones. Además Takano tiene a Yokozawa. Así es. No tengo que ser yo... Ah, un correo. Lo abrí, era de Takano y decía:"Buen trabajo. Puedes irte a casa." ¡Demasiado tarde! Justo ahora que había llegado al ascensor de la oficina. En ese momento se abrieron las puertas y allí estaban Takano y Yokozawa.

El Mejor Primer Amor Del Mundo (Yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora