Por Amor A Ti

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Una vez llegaron al departamento de Yuzuru todo se volvió más tenso e incómodo de lo que ya era. Se dirigieron al sillón de aquella pequeña sala y se sentaron uno al lado del otro. Sabían lo que seguía a continuación, se debían una conversación, la necesitaban y estaba claro que no se podría posponer por más tiempo.

Yuzuru no tenía idea si sería bueno decir algo o solo seguir callado y aquel denso silencio no hacía más que empeorar la situación, inquietar a ambos y producir cierto miedo en sus corazones. Pero al parecer Javier necesitaba respuestas y aunque estaba algo inseguro de preguntar, lo hizo...

― ¿Por qué? Yuzu... ―no supo bien porque pero esa pregunta que hizo dolía en su pecho. Y pudo darse cuenta de que aquella pregunta produjo la misma sensación en Yuzuru, lo sabía bien con solo ver sus ojos.

El más joven de ambos trato de decir algo, pero aquel nudo en su garganta volvió a advertirle que las lágrimas comenzarían a brotar. Era doloroso, no tenía otra forma de describirlo, todo ese momento era... muy doloroso.

Yuzu sabía bien a que se refería Javier, pero aun así se tomó unos segundos antes de comenzar.

― Y-yo... es solo que... ―no podía hablar correctamente, aquel nudo en su garganta era realmente doloroso― Yo no... No estaba pensando con claridad y... y pensé ―las lágrimas no tardaron en llegar, haciéndole más difícil la tarea de hablar― solo pensé que, si... si tú no querías que yo... si no querías que yo existiera... ―cada palabra se volvía más difícil de pronunciar, las lágrimas no tenían fin y el dolor en su pecho iba en aumento― que, quizás... quizás yo podría hacerte feliz, si solo... si solo desaparecía... ―cuando finalmente termino de hablar el dolor y las lágrimas seguían allí pero al mismo tiempo aquello fue como quitarse un peso de encima.

Levanto la mirada, y se encontró con una imagen que solo podía hacerle aún más daño. Javier estaba llorando, parecía estar sufriendo demasiado. Ese jamás había sido, ni por asomo, el objetivo o deseo de Yuzuru. Sentía que sus acciones fueron realmente malas, no por casi quitarse la vida, lo único que le hizo ver con claridad que sus acciones no habían sido correctas fue ese momento en el cual pudo ver el daño que eso provocaba en la persona que más amaba. Y fue entonces cuando deseo que todo hubiese sido diferente.

― No tienes por qué sentirte culpable, Javi... tú no tienes la culpa de esto ―intento calmarlo con sus palabras, las cuales eran, en cierto modo, ciertas; pues fueron sus acciones, sus decisiones, pero al parecer fue completamente inútil.

― Te equivocas, claro que es mi culpa... aquello que dije lo provoco y... y por eso tú... ―al igual que Yuzuru, el dolor y las lágrimas le dificultaban la tarea de hablar con claridad― no merecías nada de esto... nada...

No podía dejar que las cosas fueran así. "No quiero que te sientas culpable, fueron mis acciones. Fue algo que yo decidí hacer, no debes culparte por ello" fue lo único en lo que Yuzuru podía pensar. Pero no dijo nada, las palabras no siempre son lo que se necesita.

Se acercó a él, a un ritmo rápido y lento a la vez, tomo su rostro entre sus manos para poder mirarse a los ojos, para poder transmitirle que todo estaba bien. Lentamente lo fue soltando para así poder abrazarlo y nuevamente hacerle entender que las cosas estaban bien.

Pocos minutos habían pasado, y aun así para ellos toda esa situación estaba sucediendo demasiado rápido, era difícil pensar con claridad y no culparse de absolutamente todo a ellos mismos. Aun si sabían que la culpa había sido compartida, en esos momentos no podían verlo.

Era necesario para ambos, saber que se tenían el uno al otro, saber que aun con todo lo malo que ocurriera estarían allí. Así fue como estuvieron por un tiempo, fueran segundos, minutos u horas en esos momentos no era importante