capitulo 1: ¡Todo mío!

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Primero abrí un ojo. Apenas, para no despertarme de golpe. Después el otro. Puse los párpados bajitos. Como ojos chinos los puse. Así la luz entra más suave y no se siente tan fuerte. Así  me encantó la. Después estire los brazos por debajo de la almohada y saque un suspiro pegajoso. Porque de esa modo me gusta despertarme. Muy despacio y desperzandome como mi gato. Igual.
Era un día precioso. Tenía que serlo. Estaba justo en donde quería y finalmente había logrado ser dueña de mi vida. No fue fácil pero valió la pena, ahora podía notarlo. Recorrí la habitación abigarrada de objetos, todos míos, y sentí que me enbargaba una placidez suave y tibia, este a de ser un gran día. Cómo los que me gustaban. Sí... De cabo rabo
Mire el reloj sobre la mesa de luz, note que marcaba las doce y cinco. Era medio dia, mi hora favorita para despertar. Le di cuerda, así a las doce y siete y me quedé esperando para escucharlo. Me gusta oír el curioso de la campana que tiene por sombrero. Porque mi reloj es viejo, muy viejo. Hace un ruido latoso. Y es por eso que no quiero despertarme con el clan-clam, entonces, le doy cuerda para que suene más tarde y lo escucho sin sobre salto.
Busque por todas partes las pantuflas, que no estaban al costado de la cama -nunca estaban-, y caminé en medias hasta el baño. Eso también me encanta, digo, sentir el piso de madera con la planta de mis pies porque las medias tienen la parte de abajo muy finita de viejas que son; y puedo sentir las ranuras y los huequitos. Caminar descalza no es lo mismo porque la piel se pega un poco, en cambio las medias se deslizan.
Hise pis y me lave los dientes. También la cara. Me seque abanicandome con un libro de la biblioteca que tengo el el baño. No me peiné porque tengo muchos rulos rulos y el peine no me pasa. Solamente metí los dedos entre los racimos que caían sobre mis ojos, los lleve hacia atrás y los detuve con cuatro hebillas. Inspeccione el resultado. Musite una aprobación indulgente. Estaba bien para mi.
Con ese ánimo etéreo me deslicé hacia la cosina. Puse la pava para hacer un café y separé tres naranjas de la frutera. Aspiré profundo dejando escapar una sonrisa como homenaje a mi misma. Sentí la espalda laxa, el cuerpo liviano y casi me pareció que todo Levitaba, que flotaba sobre esa atmósfera confortable. Entonces, me servi cereales en una compostera y me senté a desayunar con la seguridad de que nada podría Interrumpir la armonía resiente en mi vida.
Pero me equivocaba. Mucho me equivocaba.

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Hola! Esta es mi primera historia que hago así que espero que les guste :3.
Y en multimedia es Elizabeth Williams

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⏰ Última actualización: Apr 13, 2017 ⏰

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