Sobre la tenue luz del alba
yo despierto envuelto en fríos,
mi mirada llega lejos,
a lo impreciso del urbano (*).
La ciudad violeta yace
aun cubierta en sombras,
todavía duerme calma,
pero yo soy un testigo.
Rendido en esta cama,
en el lecho de tu cuarto,
observando tu ventana,
y objetando algún misterio.
Al entrar las brisas leves
por aquella tu ventana,
siento pronto un bello espectro
del secreto de las cosas.
Y en repente...
En mi cuello tieso y frío
una templada caricia,
es tu mano tibia
la que invade mi abstracción.
Aterrado, giro a verte,
y es tu rostro amado
el que surge del secreto.
Buenos Aires te ilumina,
aun estás despierta.
Luz de barrio,
como luz de cielo,
contornea tu expresión.
Y es allí, cuando advierto este hermetismo.
Vidriosa tu mirada,
tan arcana y universa.
Luz de calle y luz del éter,
se te abisman al mirar.
Y es allí que me pregunto;
¿Qué escudriñas?, ¿qué discurres?
No me mires, pues yo veo
lo que inquiere tu vigilia.
Una vida resumida
en una simple observación.
Memorias llanas y entrañables
me reflejan tus ventanas.
Mírame ciudad, mírame mujer.
Sólo fui perdido, en las vanas calles.
He paseado tanto
de tu mano y de tu piel,
en la sudestada y Baires,
y ahora en este cuarto.
Yo que he visto alucinado
la distancia en tu semblante,
ciudad y espíritu, albor y noche,
esto es lo que soy, ¿tú también?
Soy dos hombres, dos pensares,
me conoces bien.
Sueño yo aquel día
en que sea ya inocente,
y el terror nocturno
desvanezca al despertar.
Cuando el alma sea pura,
y despierte a tu lado,
una vez más.
Porque sabes lo que infiero,
mis deseos y el que fui.
Y es esta sutil conciencia
la que me hace más quererte.
Vuelvo ya a girar
mi cabeza a la ventana.
Y aun está dormida
la ciudad...
Pero en breve no será.
Con el sueño que me aturde,
otro viento viene tardo
dentro de esta habitación.
Se confunde con tu aliento,
y me hunde en el sopor.
Cobijado por tu abrazo
siento el peso de las horas.
¿Talvez sigas vigilando
mi quietud de madrugada?
Ya vencido por tu afecto
y tu encanto tan celoso,
mis sentidos se adormilan (otra vez)
en los pliegues de tu manta.
Luz de calles,
Luz de cielo,
Luz de alma,
Luz de paz.
(*) El que ve se sitúa en un punto relativamente elevado respecto del suelo.
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Texto con Derechos Reservados en Wattpad y SafeCreative. 2017
Musica sólo de acompañamiento: Hammock