Día 3 (Parte 1)

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Diciembre 3, 10:00 AM.

Acabo de despertar. En cama reflexiono sobre algunas cosas. La verdad es que para hoy no tengo nada que hacer, al menos por el momento. Hace apenas dos días estuve en mi último recital para esta temporada y lo cierto es que no quiero saber nada de la música, a pesar de aquellos aplausos de ayer, nada de eso me hace sentir como si de verdad importase en algo lo que hago o dejo de hacer con mi carrera musical. De verdad pienso que sería mejor que dejase de intentarlo y simplemente me rindiese.

Pensando en esto caí en un profundo sueño nuevamente.

Ring...
Ring...
Riiiiing...

- ¿Pero quién carajo será a esta hora de la madrugada? -Grité despertando y cogiendo el celular- Debo deshacerme de este cacharro algún día.

Recibo la llamada y me quedo callado, tengo la mala costumbre de hacer eso, a mi madre le exaspera eso. Cuelgan.

Ring...

Vuelvo a recibir la llamada.

- ¿Haló? -Una voz dulce del otro lado con un signo de molestia- ¿Por qué no puedes contestar el teléfono como la gente normal?

- Debe ser porque no me gusta hablar por teléfono, ¿no crees?

- Según recuerdo, no fui yo quien quiso irse a estudiar a otra ciudad cuando podía perfectamente terminar su carrera cerca a su familia.

Siempre me reclamaba eso, nunca le agradó que me fuese de la ciudad a estudiar cuando podía hacerlo en mi ciudad natal. La verdad es que lo hice en cierta forma porque aunque amo a mi familia, me desagrada estar junto a ellos, no porque sean malos conmigo o cosas así, al revés, diría que son la familia más amorosa del mundo, sin embargo, siento que en cierta forma no merezco tanto amor.

- Ya vienes a molestar tú otra vez con lo mismo -No debí contestar así, me retracto- Lo siento. No debí decir eso. -Me entristezco- ¿Cómo estás, madre?

- Bien, gracias por preguntar, te llamaba para decirte que debes regresar a casa pronto. No puedes pasar fiestas solo allá. Es una orden.

- Pero...

Dii, Dii, Dii.

Siempre hace eso cuelga antes de que pueda replicarle cuando dice que es una orden. Miro el reloj de pared que uso para estudiar: 3:00 PM.

- Creo que debería salir un momento a desayunar.

Me pongo unos jeans y una camiseta de Superman mientras recuerdo a la persona que me la regaló y salgo en dirección a un restaurante al que solía ir cuando me quedaba dormido o simplemente no quería salir. Ese restaurante me gustaba porque no importaba a qué hora fuese siempre tenían algo preparado para mí.

-Hola, Lili. -Dije sentándome en la mesa- ¿Qué queda para mí hoy?

-Creo que sólo nos queda una porción de pescado con patacones, hoy llegaste realmente tarde, cabezón.

Lili era linda pero nunca me ha interesado, me trata como si fuese un niño. Es de cabello largo que le recorre toda la espalda, tiene un buen cuerpo y es de tez blanca. Siempre lleva un lápiz en la oreja, aunque escriba con lapicero las órdenes y cuando camina deja ver todo ese sabor que tienen las mujeres la costa colombiana. Su voz es dulce, como la de una soprano que se ha atragantado comiendo miel antes de un concierto, algo distinto de la voz de mi madre que parece más bien la de una contralto o mezzosoprano.

A pesar que soy costeño y se supone que debería gustarme el pescado lo cierto es que me desagrada, no soporto su olor.

- Llegó el cabezón -Grita a los cocineros desde una ventana que le permite verlos.

- Sí que llegó tarde hoy, casi que lo dejamos sin comida. -Contesta una voz gruesa, la del chef- Llévale, Lili, debe tener hambre.

De verdad que sí era lo último que tenían porque ni siquiera tuvo que decir lo que quería. -Pensé.

Lili se acercó poco a poco con el plato y yo empecé a sentir nauseas al sentir el olor del pescado.

- Lili, tú me odias, ¿cierto?

- Nada más un poquito. -Dijo picando el ojo- Ahora come, te vas a poner flaco como sigas comiendo a estas horas.

De pronto entra una chica al restaurante con una mochila, parece una turista, se acerca a Lili. No pasa del metro cincuenta, cabello negro algo desordenado, ojos café oscuro, piel blanca. Ropa sencilla, nada exagerada y muchas pulseras en su mano izquierda.

- Oi, vocêis podem ajudar a procurar uma direção? -Dijo algo nerviosa- A gente na rua não pode me entender.

Lili me quedó viendo como queriendo decirme: ¿En qué habla la brasilera esta? Me levanté de mi silla y le extendí mi mano derecha.

- Eu posso ajudar você, mas meu português é muito ruim, você pode entender espanhol?

- Fica tranquilo, eu posso entender você. - Me dio la mano.

- Lili, tráele algo de agua para que se tranquilice un poco, por favor. Parece estar nerviosa. -Dije dirigiéndome a Lili e hice seña a mi nueva amiga para que se sentase.- Ahora dime, ¿a dónde quieres ir?

- Preciso chegar ao meu hotel, mas eu fico perdida. -Dijo algo intranquila en lo que llegaba Lili con el agua. Tomó un trago.

- ¿Tienes alguna dirección? -Pregunté.

- É. Mas a chuva molha o papel, dificilmente pode ser lido. -Dijo extendiéndome un pedazo de papel del tamaño de un puño.

Lo máximo que podía distinguirse eran unas cuantas letras:

Es--la- Ho--l
Cr-. 9- #4- - -6

- Te ayudaré, primero debemos averi...

De pronto el estómago de la chica empezó a gruñir y noté que se sobaba el estómago mientras intentaba disimular que estaba viendo mi comida con gesto lujurioso.

- Come. -Le dije con una sonrisa- Yo comeré pediré algo para mí.

Saltó a la comida como una tigresa que al fin atrapa su presa, yo no pude evitar sonreír al ver la manera tan curiosa como comía. Parece ser que llevaba algunos días sin comer. Ahora que lo pienso, la última vez que llovió fue antes de ayer, mientras interpretaba de manera tan desastrosa Capricho Árabe ante un publico de al menos 80 personas y 3 jueces. Definitivamente, esa lluvia presagiaba desastres tanto para esta chica como para mí.



Los diálogos en portugués (para los que no los puedan entender) dicen en orden de aparición:

1 - Hola, ¿me pueden ayudar a encontrar una dirección? La gente en la calle no me puede entender.

2 - Te puedo ayudar pero mi portugués es muy malo, ¿Puedo hablarte en español?

3 - No te preocupes, te puedo entender.

4 - Necesito llegar a mi hotel pero estoy perdida.

5 - Sí. Pero la lluvia mojó el papel, casi no se puede leer.

Diario de un Guitarrista FrustradoWhere stories live. Discover now