Mikayuu One-shots [WhatsApp y Preguntas y Respuestas]

La Promesa

Estas historias son de género YAOI (Chico x Chico). Si no te gusta, deja de leer esta historia y si es todo lo contrario, ¡disfrútalo! (^v^)

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Unos días después de la batalla con los vampiros en Shinjuku, Guren mandó al escuadrón de Shinoa a investigar si quedaba algún humano vivo y ocuparse de él o ella para salvarlo. Ya había pasado una semana desde aquella orden y no había ni rastro de humanos en general, sólo se encontraron con unos pocos Jinetes del Apocalipsis.

    Yû estaba en la "base" donde pasaron esos días (el 2° piso de un edificio medio derrumbado). Le había tocado quedarse ahí para hacer de guardia por haber perdido jugando a piedra, papel o tijera mientras Shinoa y Mitsuba iban al centro de la ciudad para seguir buscando por si acaso y, Kimizuki y Yoichi iban a la muralla por Guren.

    - Qué aburrimiento... ¡Odio ese estúpido juego! --se quejó él. Iba a seguir quejándose sino fuese porque escuchó un ruido proveniente de afuera. Yû se asomó un poco por la ventana procurando que no fuese visto por si acaso y pudo divisar un grupo de 5 personas que se había parado frente al edificio. Reconoció el uniforme blanco de inmediato--. Vampiros... --susurró esperando que lo suficientemente bajo como para que no le hubiesen podido escuchar. Iban todos con la capucha puesta por lo que no pudo reconocer a ninguno--. Mierda, son demasiados hasta para mí --dijo pensando por primera vez. Entonces, después de unas señas, los vampiros se separaron uno por cada lado. Sólo uno se quedó donde estaba--. Eso está mucho mejor.

    Se subió al marco de la ventana ágil y sigilosamente y se abalanzó hacia el vampiro desembainando su espada. El vampiro se giró quitándose la capucha revelando así su rostro y los ojos esmeralda de Yû se abrieron de par en par al encontrarse con unos preciosos ojos zafiro frente a él. Quería parar pero la espada estaba a punto de atravesar el pecho del vampiro. Por suerte, este también desembainó su espada justo a tiempo para parar el golpe. El choque de las espadas provocó que ambos se separasen unos pasos.

    - Yû-chan... --susurró el vampiro.

    - ¿M-Mika...? --dijo el azabache aturdido y emocionado por volverle a ver--. ¿Q-qué haces aquí?

    - Me enviaron para investigar si quedaba alguien vivo, pero ahora que te he encontrado, eso me da igual --el rubio se acercó a su compañero y le cogió por las manos--. Yû-chan, huye conmigo.

    - ¿Q-qué...? --fue lo único que alcanzó decir ya que Mika, lo elevó en sus brazos en estilo nupcial y comenzó a saltar de edificio en edificio con el de ojos esmeralda encima--. ¡Mika, espera! ¡Deja de saltar de edificio en edificio y bájame!

    Al no hacerle caso, Yuu empujó al de ojos zafiro y saltó de sus brazos al tejado de un edificio no muy lejos de ellos para poder aterrizar sin mucha dificultad. Los dos cayeron en el tejado uno frente al otro.

    - Mika, de verdad, me alegro mucho de ver que sigues vivo, más de lo que crees... pero no puedo abandonarlo todo así como así... --se le hizo un nudo en la garganta al decir esas palabras. Realmente quería estar con él. Mika giró la cabeza hacia un lado evitando la mira de Yû.

    - Se que has encontrado otra familia y me alegro, pero yo... ¡Yo te necesito!

    - Mika... --el azabache se acercó a él y le puso las manos una a cada lado de la cara para girar su cabeza y que le mirase. Al hacer aquel acto notó como se le empezaban a calentar las orejas y mejillas y como el corazón le latía con fuerza. El rubio, indiferente, cogió sus manos y las quitó de su cara volviendo a bajar la cabeza. En ese momento, Yû se dio cuenta de que Mika jadeaba y que tenía los ojos llorosos. También le temblaba la barbilla y tenía un pequeño tic en el hombro derecho --. Mika, ¿qué te pasa...?