Arcade Tokyo

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Primero que nada, quiero decirles que esta historia es mía. El usuario que ya mencione, JesusChaparro350 ha estado subiendo historias que NO LE PERTENECEN, como Divertida Pubertad (que es mía también) Rechazo (de Himawari Blue en FF) Una tarde de lluvia (de EliannKamui en FF) y Farmacia (de Gaby Whitlock en FF) Al menos esos son los que conozco. Probablemente haya mas.

Es bastante indignante que esto suceda, pues uno es la que se quema las neuronas haciendo y escribiendo las historias como para que venga alguien, haga copy & page y diga que son suyas. Les pido su apoyo en esto, por favor. Para probar que son mías pueden checar mi perfil en DA o en FF, se darán cuenta que yo las subí desde mucho antes. Mi nombre de usuario en esas cuentas esta en mi perfil.

Ya les notifique a los autores de las demás historias lo que esta pasando, y me imagino que también harán algo al respecto. Les pido que nos apoyen u_u

Y bueno, aquí esta la historia:

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En cuanto entraron al arcade de Tokyo, a Abyo le brillaron los ojos.

― ¡Oigan, miren ese juego! ― exclamo Abyo apuntando con el dedo algún lugar en concreto, y sin esperar ningún tipo de respuesta de parte de sus compañeros se fue corriendo adentrándose más al lugar, perdiéndose entre la gente y las maquinitas.

― ¡Espérame, Abyo! ― grito Ching corriendo tras él, dejando a Pucca y a Garu solos parados en la entrada. Ella volteo a verlo sonriente, y él le devolvió la mirada ceñudo, para después rodar los ojos y resoplar. Resignándose a que no tenía alternativa, comenzó a caminar y a recorrer el lugar con Pucca a su lado.

El arcade estaba lleno de luces y sonidos provenientes de los diferentes juegos que había. Ching tenía razón, era casi... mágico. Pero aun así Garu prefería la tranquilidad y la paz que se respiraba en el bosque de su querida aldea.

― ¡Oh, oh! ― exclamo Pucca de repente, tomándolo del brazo para detenerlo y señalando una máquina de dos jugadores a unos cuantos metros de ellos. Era de luchas. Garu enarco una ceja y la miro. ¿A Pucca le gustaba esa clase de juegos? El supuso que ella seria más de ponis, pegasos, unicornios y esas cosas tontas que a las niñas les enloquecía. Ugh.

Pero para su sorpresa ella comenzó a pegar saltitos emocionada, y sin pedirle permiso ni autorización lo tomo de la mano y lo jalo tras ella gracias a su increíble fuerza hacia la maquinita. Justo iban a sentarse para jugar cuando un adolescente grande, grueso y algo gordo se interpuso entre ellos y el juego.

― Largo de aquí niñas bobas, esta máquina es mía ― les dijo el grandulón sonriendo con maldad y superioridad.

Al escucharlo Garu frunció el ceño bastante molesto. ¡¿Niñas?! ¿Cómo que niñas? ¡Él era un niño!

Antes de que el pudiera hacerse cargo de la situación y darle su merecido a ese gigante abusivo por insultarlos de esa manera, Pucca se le adelanto volviendo a sorpréndelo tomando al chico por la camiseta y lanzándolo un par de metros de ahí hasta que choco con otra máquina que estaba cerca, como si no fuera el doble de grande y pesado que ella.

El chico se enderezo sacudiendo la cabeza aturdido por la inesperada respuesta, y desde el suelo los miro amenazante ― ¡¿Pero cómo te atreves mocosa?!

Pucca se volvió roja del coraje mirándolo de forma asesina, lo que causo un escalofrió en el chico abusivo. Esa niña definitivamente no era normal. Además, detrás de ella la otra niña cejuda de coletas también lo miraba de una manera no muy amigable, mostrándole los dientes y gruñéndole como advertencia. Ninguna de las dos se miraba intimidada en lo absoluto por su tamaño y sus amenazas, lo que no le dio buena espina.

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