Al llegar al aula, vi que el profesor no había llegado. Vaya suerte la mía, por primera vez llego temprano a esta clase. Me dirigí a mi asiento junto al chico más popular de toda la escuela, Erick Thompson. Como lo odiaba, era el típico chico que juega en el equipo del colegio porque su cerebro no le da para más, el chico que las chicas perseguían por el colegio, pero claro el sólo tenía ojos para la hermosisíma Jessica Langdon. Pff, patéticos, los dos eran los menos inteligentes de sus clases, no sé ni como llegaron a la preparatoria. De repente, todos mis pensamientos fueron interrumpidos por aquella voz odiosa del profesor Rem.
-Buenos días jóvenes, recuerden apagar su celular o se les será retirado...-Decía mientras cerraba la puerta.
Pobre hombre, era un anciano que debió jubilarse hace unos 8 años. Ya nisiquiera podía leer su propia letra, es por eso que a nadie le importaba lo que el pobre viejo dijera, todos estaban en su propio rollo.
Volví a sumergirme en mis pensamientos, pero esta vez no fue el señor Rem quien me interrumpió sino, para mi sorpresa fue Thompson quien me habló. Con la mirada más aburrida que pude poner, lo miré y pregunté:
-¿Qué demonios se te ofrece ahora Erick?
-Wow, ¿qué te ha picado hoy?
-¿Me vas a decir qué es lo que quieres?
-Hmm, vale. Necesito que me hagas un favor.
-Déjame pensarlo, no
-Por favor, Elaine, no sabes ni que es
-Ni me interesa saberlo, ahora cállate que el profesor Rem está explicando tema nuevo
Fue así como logré que Thompson me dejará en paz durante la lección del lunes. Nisiquiera sé que hacía en el área médica si lo único que le importa es su cabello. Como sea, no es que me importe.
Así fueron pasando las clases, anatomía, bioquímica básica, física y otras aburridas clases de las que no vale la pena hablar. Sólo había algo en mi mente, y eso era el rostro de Andrew yéndose con Richard. Eran tan buenos amigos, inseparables. No me sorprende, Andrew es demasiado bueno para ser real. A todos les sonrie y le encanta ir a fiestas. Por el contrario, yo soy demasiado solitaria, disfruto más estar en mi cama leyendo, sin nadie que me moleste.
No sé porqué estaba pensando en el, hace años que somos muy buenos amigos, conocemos todo el uno del otro. Pero este pensamiento era diferente, no podía dejar de pensar en su estúpida sonrisa al irse...
-¡HOLA GUAPA, ¿QUÉ TAL HAS ESTADO? ¿PERDIDA EN TU MENTE COMO SIEMPRE?
-Maldita sea Richard, deja de decirme guapa que no lo soy, y deja de asustarme, estaba pensando en cosas demasiado importantes
-Ehhh, estabas pensando en Andrew, ¿no es así?
-Claro que no, estaba pensando en la tarea de anatomía
-Ah claro claro, la anatomía del cuerpo de Andrew
-¡YA BASTA RICHARD! No es así
-Te has puesto roja- dijo con una sonrisa pícara
-Claro que me he puesto roja, soy una dama y me has hecho tan descarada proposición
-Eh vale vale, me voy calmando, no te enojes Elaine
-Eres un idiota, Richard
-Vaya que lo es- Era Andrew que acababa de llegar, tenía el cabello despeinado, se notaba que había corrido para llegar al almuerzo
-¿Se puede saber que discutían que media cafetería se les ha quedado mirando?
En ese momento noté que el tono de nuestras voces había logrado callar a la multitud con tal de escuchar nuestra discusión.
-Es que le gustas a Elaine, y no lo quiere admitir- dijo Richard mientras comía
-Que no es cierto, idiota- dije, mientras me sonrojaba
-Vale, vale, no se peleen por mi. Hay suficiente Andrew para los dos- dijo mientras se sentaba con nosotros.
Richard rio y le guiñó el ojo a Andrew, un gesto muy natural entre ellos dos.
-Eh, dejen de flirtear- dije con sarcasmo- Adivinen quien se ha peleado esta mañana con Thompson
-No me sorprendería saber que eres tú, te peleas con todos y a todas horas- dijo Richard mirándome de reojo.
-Dejala, es así como la queremos, enojona y peleonera- dijo Andrew sonriendome
-Como sea- repliqué molesta- Me ha sacado de onda que lo sentaran junto a mi ¿no es evidente que lo odio?
Pero fue inútil, ninguno de los dos me hizo caso, se habían enfrascado en una estúpida charla de videojuegos.
-Les estoy hablando, ¿acaso están sordos?- Reclamé
-Eh, tranquila fiera. Era algo importante que Andrew tenia que decir- contestó Richard con bastante sarcasmo
-¿Ah sí? ¿y qué es eso taaaan importante de lo que no me puedo enterar Andrew?- dije mientras le lanzaba una mirada furiosa a Andrew
-Le estaba diciendo que no has notado que tu admirador secreto te ha estado mirando- contestó sarcasticamente
-Como sea, me largo. Son un par de idiotas que no prestan atención a lo que digo- grité mientras me levantaba de la mesa
-Vaya Elaine, ¿es que acaso te ha bajado hoy?- se burló Richard
Sólo seguí caminando, no quería escuchar a nadie. ¿Cómo se atreve a hablarme así? Nisiquiera es mi amigo, es amigo de Andrew.
Llegué a mi siguiente clase, patología. Uy, que divertido, a sentarme ahora con la novia del estúpido Thompson. Mi día no podía ir peor.
Al entrar al salón, noté que Jessica no había llegado, por lo que me senté y enseguida empecé a tomar notas de lo que el profesor decía. Mientras el profesor hablaba, yo anotaba cada palabra, como odio esta clase, me repetía en la mente. Hasta que noté que alguien me estaba mirando desde la ventanilla de la puerta. Era Andrew, pero, ¿qué demonios quería? ¿no entiende que estoy molesta con ellos? Como sea, decidí ignorarlo, hasta que entró.
-Buenas tardes profesor Harrison, he venido en busca de la bella damicela Elaine- dijo, haciendo una reverencia
Al decir esto, todo el salón me miró, cómo odio que me miren. Noté que el profesor estaba esperando a que salga, sin titubear, salí del aula.
-¿QUÉ DEMONIOS TE SUCEDE ANDREW?- le grité con la mirada clavada en la suya
El sólo sonrió y dijo:
-Vamos a escaparnos, sin Richard. He notado que es un idiota contigo. Venga, te invito un helado, ¿vienes?
Demonios, como lo odiaba. Sabía todo lo que me hacia feliz y como hacer que olvidara todo lo que me enojaba.
-Vale, pero sigo molesta- le dije, mientras intentaba esconder una sonrisa.
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Ps. Me enamoré
RomanceNarra lo imperciptible y espontáneo que es el amor. una historia verdadera, basada en sentimientos reales, crudos y duraderos. Con Andrew siempre fue igual, desde el momento en el que lo vi, mi cuerpo supo que era él al que quería a mi lado, no com...