Los vagones

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Llegué al siguiente vagón, y me encontré unos señores de unos 70 años, o eso aparentaban, más tarde me encontré otro repleto de niños insoportables, NO PARABAN DE GRITAR!!!! Y ya pasados casi todos los vagones... solo me faltaba el último... El de transportes. Cuando entre me quede fascinada, había niños, adultos, jente mayor... Y no como la que me había encontrado en los otros vagones, si no que eran desgraciadamente pobres, me daban una pena. De repente se me hacerco un viejecito, y me dijo:
- Niña rica, no le digas a nadie que estamos aquí, por favor, es la única manera de que podamos viajar.
Yo le dije que no se preocupara, que no se lo diría a nadie. Después me fije en unos niños del fondo muy graciosos, me acerque a ellos, y les dije que tenían un don para hacer reír a la gente, algo especial, y fue cuando les pregunté...
- Y me preguntaba si os gustaría que os ayudará a haceros unos monólogistas profesionales, famosos...
Uno de ellos me paro diciendome...
- Mira, niña rica, te lo agradecemos mucho, pero nuestra intención no es hacernos famosos, ni ricos como tu, si no disfrutar entre amigos haciendo lo que nos gusta de verdad, como lo disfrutan otras personas que van en este mismo vagón, pero agradecemos tu oferta.
Me sorprendió su respuesta, aunque debo admitir que me había parecido una contestación muy tierna y dulce, sinceramente, me llego hasta el corazón.
Seguí mirando por el vagón, y encontré a un niño muy parecido a mi que me dijo que le gustaría hablar con migo de esa oportunidad que había comentado a los humoristas, me dijo que el no pensaba como los demás, y que no quería en absoluto que se enteraran de su diferente comportamiento, el, por lo que me contó, pensaba que lo hecharían del grupo, entonces, a escondidas, nos fuimos los dos a otro de los vagones, a hablar precisamente de eso, o eso creía.

Amor por dos mundosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora