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Ya va una semana de vacaciones con mi "madre", "padre" y "hermano". Y no, ya no soy Skye Blossom, ahora soy Skye Malfoy. No me lo creo. Todo es tan... No lo se. Esto marca un gran cambio en mi vida. Draco Malfoy me adoptó! Voy a explotar de emoción. Al principio fue incómodo vivir aquí, pero luego nos fuimos desenvolviendo.
Ya tenía mi propio cuarto, decorado a mi manera. Realmente a mi manera. Mi padre me dio un presupuesto muy alto para arreglarlo como se me cantara la regalada gana.

Estaba dibujando, cuando por mi ventana entra una lechuza con una carta atada a los pies.
La abrí rápidamente, es la primera carta que recibo.

Señorita Skye Malfoy

He oído que tus padres saldrán del país por asuntos de tu madre, así que decido invitarte a ti y a tu hermano a pasar el tiempo en nuestra casa. Mándame la respuesta con esta lechuza.

Harry Potter.

Claro que quería ir. Tengo que preguntarle a Scorpius... Nah, el va a querer ir.
Arranqué una hoja de mi block de dibujo y le contesté.

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-Y... Aquí es donde dormirán, pueden elegir que cama cada uno-explicó Harry-. Les daré tiempo para acomodarse, la cena estará en diez minutos.

Elegí la cama de arriba, y acomodé mi ropa en unos cajones. Scorpius hizo lo mismo, y acto seguido bajamos al comedor.
Ayudé a Ginny Potter a poner la mesa.

La pasamos bien, conocí a Albus, a Lily, la más pequeña, es un amor; y por último a James Sirius Potter... ese sexy chico azabache. Espero tenerlo en mis clases.

Ginny se interesó mucho sobre mi cabello pelirrojo, tal como lo hizo Lily, Albus y Dominique aquella vez.
No se por qué, tal vez yo ya estoy paranoica...

•••••••••

Hoy era el ultimo día que estaría aquí. Me gustaba estar con esa familia. Sobre todo ayudar a Ginny en tareas del hogar.

Tenían una casa hermosa. Era un precioso hogar. Mi casa estaba bien, pero es muy grande y poco acogedora. En su patio tienen una fuente, me gusta sentarme al borde de ella, como ahora.
Cuando escuché pasos, me di vuelta y vi a James. Nunca creí que sea tan lindo. Ese cabello incontrolable, esas gafas cuadradas, esos ojos, ese todo. Aunque, lo que me sorprendía, era que es petizo. No se por qué, pero es más bajo que yo.

–Tu padre ya está aquí –avisó.

–Oh... Gracias por decirme–agradecí, y estaba por irme, pero me detuvo.

–Este año se habilitan los viajes a Hogsmeade. Me reservas una salida contigo?–preguntó.

OH POR DIOS. OBVIO QUE SÍ. KAKSKSIKSKS
Ejem...

–Cuando crezcas...–puse mi mano sobre su cabeza, llevándola hasta donde me llegaba–. Puede ser.

Le di una ultima mirada y sonrisa ladeada antes de partir.

Una Muggle En HogwartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora