Capítulo 35.

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  Caminé un poco más rápido de lo que realmente debía, pero era que no podía tolerar aquello. ¿En que momento pasó que se me fue de las manos? ¿En que momento selena se había vuelto a cruzar con Pettyfer y habían comenzado a hablar y hablar... hasta que la charla los llevó a arreglar una cita para el viernes en la noche? ¡¿En que maldito momento?!
La divisé sentada hablando con Ashley y Emma. Me acerqué a ellas. Las tres se giraron a verme.
—Déjennos solos —les dije. Mi prima arqueó una ceja.
—¿Perdón? —me dijo.
—¡Que nos dejen solos! —elevé un poco mi voz sin dejar de mirar a selena.
Ellas dos se pusieron de pie y se fueron sin decir nada. Ella no dijo nada, solo me miraba esperando a que yo dijera algo. Volvió su vista al frente y comenzó a hacer un poco de ruido con sus uñas al golpearlas levemente contra la mesa.
—¿Qué quieres? —me preguntó al fin después de un largo silencio. Me senté frente a ella, encontrando su mirada con la mía.
—¿Así que saldrás con Pettyfer el viernes por la noche? —le dije en tono molesto.
No, no tenía que demostrarle que estaba molesto. Pero es que no...
—Si, ¿Cuál es el problema? —me contestó con toda la calma del mundo.
—Que apenas lo conoces —dije apretando los dientes.
—A ti también apenas te conocía y aun así me acosté contigo —dijo mientras clavaba sus ojos chocolates en los míos.
—No, no, nosotros si nos conocemos. Es más antes de... que pasara nos conocimos más aun.
—¿Sabes cuanto tiempo pasó hasta la primera vez que lo hice con Robert? —preguntó.
—No —le dije negando con la cabeza.
—Un año —sentenció y sonrió irónica —Me siento una sucia al decirlo, pero... tú lo conseguiste en un mes. Soy una cualquiera ahora, así que aceptar la invitación a cenar de un chico desconocido ya no es malo para mí. Además de que Alex es todo un caballero, no solo cuando esta vestido de traje, que de paso sea dicho, tampoco lo eras realmente...
—No tú no eres una cualquiera —le dije.
—Así me siento Justin, me siento sucia, una entregada, una regalada, una cualquiera...
—Pero eso no es así...
—¿A no? ¿Y como es? ¿Cómo me ves tú? —me preguntó.
—Lo único que voy a decir, es que no voy a permitir que salgas con Pettyfer —le dije mirándola fijo.
—¿No? ¿No vas a permitirlo? ¿Pero quien te crees? ¿Mi padre? ¿Por qué no puedo salir con él? Que yo sepa, no tengo nada con nadie. No le debo nada a nadie y soy totalmente libre de hacer lo que se me canta...
Se puso de pie y yo también lo hice, rápidamente me acerqué a ella y la tomé de la cintura acercándola a mí. Mi respiración era algo agitada, la miré fijo a los ojos.
—¿Sabes porque no puedes? Porque no lo tolero, no lo soporto. No me cabe la idea de que otro te toque, de que otro te mire, te bese. No soporto pensar que otro pueda acariciarte, que tú acaricies a otro que no se yo. No lo aguanto ¿entiendes? —le dije algo agitado.
—¿Y que tengo que hacer yo con todo eso? ¿Esperar a que se te pase y quedarme después sola como un hongo cuando eso suceda? Justin lo que pasó entre nosotros fue un error... no debió pasar y recuerdo cada palabra que te dije. Lo recuerdo todo, me dijiste que sabias que me iba a arrepentir y te dije que mi orgullo estaba ebrio para pensar en eso. Tú eres la debilidad de las mujeres Justin, ninguna puede resistirse a ti mucho tiempo. En algún momento va a terminar cayendo y yo ya caí...
—¿Qué sentiste? —la interrumpí.
—Lo mismo que tú... placer —me dijo.
—Si yo voy esta noche a tu casa, toco el timbre, me abres, entro, te besó, te subo a la habitación y te hago lo mismo que la otra noche, no va importarte pues solo vas a sentir placer, ¿verdad?
—No creo que lo hagas, tú eres el tipo de hombre que no esta dos veces con la misma mujer...
—Podrías ser la excepción —la interrumpí.
—¿Y porque?
—Porque simplemente, tienes algo que las demás no.
Sin darle tiempo a nada tomé su boca con la mía y la acerqué más a mí. Sus labios se abrieron para mí, cuando mordí el inferior con cuidado. Entonces metí mi lengua en su boca y la saboreé tanto como podía hacerlo. Excitado, pero agitado por la falta de aire, la solté para poder respirar. No me alejé demasiado... seguí rozando su boca
—Eres mía selena, niégalo cuanto quieras. Pero sabes que al final me perteneces tanto como lo se yo —le dije agitado.
—¿Y tú que? —me dijo agitada también —¿Cuándo vas a admitirlo? Eres mío Justin, niégalo todo lo que quieras corazón. Pero sabes que al final la que te maneja soy yo —sonrió burlonamente. Me sentí inhibido —Ahora suéltame que tengo clases...
Con cuidado la fui soltando. Ella volvió a sonreír y negó divertida con la cabeza antes de irse y dejarme solo en la cafetería.
La semana se me pasó lenta. selena era todo lo que pasaba a mí alrededor y juró en un momento maldeci haber ido a su casa y haberme acostado con ella. Pero siempre que me ponía a pensar en aquello todo rastro de arrepentimiento desaparecía.
¿Por qué? Simplemente porque volvía a desear esa noche. Varias chicas intentaron seducirme en estos días, pero mi rechazo hacia ellas era mayor que antes.
De verdad no lo entiendo, de verdad no se que pasó conmigo.
¿Dónde quedó el Justin pirata, el Justin fiestero, al que le gustaba llegar tarde a clases y fumar sin desayunar? ¿Dónde? Me parece que ese Justin esta más perdido que nunca.
Al fin el viernes había llegado y al fin mi día de venganza también. Esta noche Alex y selena iban a salir a cenar, nada más y nada menos a que mi restaurante favorito. Gracias a mi gran amigo Corbin, logré averiguar aquello a través de su querida novia.
¿Qué casualidad que yo hice una reserva para mí allí esta noche, verdad?
Salí de la ducha y entré a mi habitación para cambiarme. Ashley no estaba, pues estaba en casa de selena ayudándola a elegir el atuendo para la gran cita.
Vaya prima que me toco. Traidora y cínica.
Pero no, no. Esto no se va a quedar así. No se van a salir con la suya. Esa cenita quedara arruinada o dejo de llamarme Justinhary el cazador Alexander Bieber.
Miré la hora en mi celular. Ya eran casi las 10 de la noche. Tenía que apurarme porque o sino iba a llegar tarde. Salí y busque mi auto.
Hoy no usaría a Betty, hoy la dejaría dormir. Me subí en el y prendí marcha hacia el restaurante.
Llegué me bajé y le di dinero a un muchacho que se encontraba allí cuidando los autos del lugar, para que vigilara el mío. Me acomodé un poco el cuello de mi camisa y suspiré antes de entrar.
Detuve mis pasos al verlos allí sentados en una de las mesas hablando sin dejar de mirarse. Alex apoyó una de sus manos sobre la de selena... maldito, ya no tendrá mi voto el año que viene.
Sin seguir dando vueltas me acerque a ellos.
—¡No puedo creerlo! ¿Qué hacen aquí? —les dije con mi mejor cara de sorpresa.
Ambos se giraron a verme. Los ojos de selena se abrieron como platos y creí que la mandíbula iba a caérsele.
—¿Qué haces aquí? —me preguntó ella.
—Este es mi restaurante favorito, vengo todos los viernes. ¿Les molesta si me siento con ustedes? Vine solo —dije mientras tomaba la silla.
—Si nos moles...
Me senté antes de que ella terminara la frase. Miré a Alex y palmeé su hombro varias veces. Él me sonrió divertido. No parecía molesto. Yo en su lugar ya me hubiese golpeado.
—¿Cómo estás Alex amigo? —le pregunté.
—Muy bien, ¿Y tú Justin? —me dijo.
—Yo en el mejor momento de mi vida...
—Disculpen, voy al tocador —dijo selena poniéndose de pie.
Ambos vimos como se alejaba detrás de una puerta. Volví mi vista a Alex.
—¿Y como van las cosas con selena? —le dije.
—Bien, recién nos estamos conociendo... pero es una chica increíble. Es dulce, es tierna, muy inteligente... y tiene un enorme sentido del humor —me dijo divertido.
—Si, si. Ella es así de perfecta al principio —le dije y vi como salía ella del baño —Pero después te la regalo, es terrible...
Ella se sentó a la mesa con el semblante totalmente serio. Alex acomodó su garganta para hablar.
—¿Pido la cena? —preguntó él.
—Si —dijo ella secamente.
—Por favor, muero de hambre —dije yo sonriente.
Alex levantó la cabeza para buscar con la mirada al mozo.
—Dice Ashley que eres hombre muerto —me susurró ella por lo bajo. La miré y sonreí divertido.
—Oh vamos, es solo una travesura —dije y le guiñé un ojo —Disfruta esto, estás con dos hombres bien parecidos...
—Alex será bien parecido... tú sobras aquí —me dijo.
—No sientas penas conmigo, admítelo te gusto un poco. Y tú me caes taaaaaaaaaaan bien, en especial sin ropa, que tengo una sorpresa para ti —le dije sonriente. Giré mi cabeza a Alex —Oye Alex, ¿te gustan los lakers? —le pregunte.
—Si, son un gran equipo —me dijo él —¿Por qué?
—Porque mañana por la noche juegan y tengo dos entradas extras para verlos, ¿Qué les parece si vamos los tres? —pregunté con una gran sonrisa.
—Oh dios mío, no es cierto —musitó selena y tomó su frente con la mano.
—¿Enserio? —dijo Pettyfer con una sonrisa y luego miró a selena —No lo se, selena y yo ya teníamos planes para mañana. ¿Qué dices selena, te gustaría ir?
—Vamos selena, no seas tonta... las entradas son VIP y yo se que a ti te encantan los lakers. La vamos a pasar muy bien —le dije. Ella me miró fijo y luego miró a Alex.
—Alex, ¿te molesta si salgo un minuto con Justin? Necesito hablar una cosa con él —le dijo amable.
—No, para nada linda. Ve tranquila —dijo él.
Ella se puso de pie y tomó de mi brazo haciendo que yo también me pusiera de pie. Casi podría decir que me arrastro hasta afuera del restaurante.
—¿Cuál es tu problema? ¿Por qué haces esto? —me preguntó nerviosa.
—Tranquila cariño —le dije y levanté mi mano para acariciar su rostro. Ella se alejó mirándome despectivamente —Como 'amigo' tuyo que soy, solo estoy cuidando de ti y conociendo más con quien sales.
—¿Acaso no lo conoces ya? Por lo que me dijo Ashley tienes bastante interacción con él ya que siempre estás metido en problemas.
—Ya, ya no me retes —dije poniendo mi mejor cara de niño bueno —Solo quiero cuidarte...
—Se cuidarme sola.
—¿Por qué eres tan antipática cuando solo quiero hacer las cosas bien? —le dije ya un poco molesto.
—No, tú no quieres hacer las cosas bien —me dijo ella elevando un poco el tono de su voz.
—En él único que estas pensando en este momento es en ti mismo... ¿Qué voy a importarte yo? No seas cínico Justin. Solo te importan tú y tu estúpido orgullo machista.
—¡Eso no es verdad!
—¿A no? Si, si es verdad. Lo único que quieres de mí es sexo... nada más. Y no te agrada la idea de que se lo de a otro, PORQUE ERES UN VULGAR Y SUCIO MACHISTA.
—¿Tú no se lo darás a Pettyfer verdad? —le pregunté.
—No, no se lo voy a dar a nadie más. Ni a ti, ni a él, ni a Robert. A NADIE.
—¿Por qué?
—Porque voy a tomar los hábitos —dijo más seria de lo que realmente deseé que estuviera.
—No, tú no estas hablando enserio —le dije algo nervioso.
—¡No, claro que no! Pero me parece que es lo que quieres, ya que no puedo estar con nadie, porque tú te encargaras de arruinarme cada cita que tenga —me acusó —¡Quiero que te vayas!
—¡No, no voy a irme! —sentencié —¡Y mañana iremos los tres a ese partido y te va a gustar ir conmigo y con Alex juntos! ¡Y te vas a sentar en medio de los dos y vas a mirar el partido y vas a alentar al equipo y te va a encantar la salida!
—¡Bien, perfecto! —dijo casi gritándome —¿Quieres jugar? Yo también puedo jugar Bieber, y te juro que te vas arrepentir de haberte metido en mi vida, de haberte metido en mi cama, y de haberte metido conmigo...
—Que miedo me das —dije irónico. Ella me miró y sonrió perversamente.
—Pues deberías temerme cariño, si antes decías que te volvía loco... ahora no sabes la que te espera.  

DANGEROUS OBSESSION- TerminadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora