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O1

Paola Grayson levantó la vista de su ensayó para mirar al profesor Villalpando. Su boca se hizo agua y se retorció en su asiento para aliviar él dolor entre sus muslos.
Profesor, si, claro. Él hombre era tan malditamente hermoso y construido como si acabará de salir de la revista de un gimnasio que no se paresia a algún profesor o profesora que hubiera tenido.
Cabello rubio enmarcaba sus rasgos cincelados. Tenía una mandíbula angulosa, los pómulos altos y ojos azules tan bonitos como él claro cielo de Arizona.
Ella tenia algo con los hombres con traseros apretados, y sus pantalones le quedaban bien ajustados. A veces, cuando se alejaba del podio había podido dar una pequeña mirada a su paquete. Definitivamente digno de desenvolverse como él resto de su delicioso cuerpo. Anchos hombros, bíceps que se flexionan debajo de las mangas ceñidas de sus camisas.
Ella apostaría por su último par de bragas a que tendría ondulados abdominales y un pecho liso donde pudiera deslizar sus manos para sentir su grupo de músculos debajo de sus palmas. Y ella clavaría las uñas en su culo tenso mientras la cabalgaba con fuerza.
Paola se retorció en su asiento y sonrió para adentro cuando cogió al profesor Bennett mirándola de nuevo. Se inclinó hacia adelante un poco más para que sus pechos se vieran como si se hubieran derramado fuera de su sostén. Su garganta trabajo antes de que él volviera su mirada hacia él podio. Paola sonrió.
Era él final del segundo Semestre d su primer año en la universidad de Arizona. Seria una estudiante de segundo año en él otoño. Había encontrado un hombre que quería mas que a nada. Y tenía la intensión de atraparlo. Todo él semestre se había puesto camisas o blusas con cuello que mostraban su escote y hacían hincapié en sus pechos. Llevaba pantalones cortos o faldas diminutas que apenas cubrían nada. Y él se había fijado en ella. Ah, si, definitivamente la miraba cuando pensaba que ella no se daba cuenta.
Cuando estaba escribiendo notas o trabajando en un documento, había levantado la mirada para verlo mirándola. Él trataba de parecer casual, pero ella sabia que había una conección entre ellos que iba más allá de pura lujuria. A veces sus ojos se encontraban y se sostenían la mirada antes de que él apartará la vista y volviera a hacer lo que fuera que estuviera haciendo en ese momento.
Paola bajó la mirada de nuevo a su trabajo final y trató de concentrarse en su ensayó. Lo había hecho bien, ingles era su mejor tema, pero con Alonso Villalpando detrás de ese podio, ocultando lo que mas quería ver, tenia que esforzarse para mantenerlo fuera de su cabeza y escribir
Era él último día antes del recesó de verano, y ella no tenia intensión de pasársela sola. Iba dar al profesor Alonso momentos que nunca olvidaría.
La mirada de Alonso se mantuvo extraviada en los pechos de Paola. Maldita sea, su alumna era tetona. Era una suerte para él estar detrás de ese podió cuando daba sus conferencias o sus alumnos verían su constante erección cada vez que estaba cerca de Paola.
En ese momento su clase tenia la cabeza baja, mientras que estudiaba minuciosamente sus trabajos académicos. Eso le dio tiempo a Alonso para permitirse disfrutar de algunas fantasías sobre Paola.
Si ella no fuera su alumna, la invitaría a salir y la follaría como si un hubiera un mañana. Tendría que azotarla para ser una chica mala, convertir su culo en una agradable sombra de color rosa.
En ese momento, Paola lo miro y le dio esa sonrisa sexy que la daba cada que tenia oportunidad.
Ella se movió en su asiento para estirarse y girar uno de sus dedos a su largo cabello negro y lo miro con los ojos tan verdes y sensuales que apenas podía pensar, mucho menos conseguir tener su erección bajo control.

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