Simplemente, FraPru

West

Dabble; posiblemente.

Los niños son el mejor recurso de imaginación, son capaces de crear un mundo basado en la realidad pero algo distorsionado, donde sólo ellos gobiernan. Y de eso la pareja no tenía duda alguna.

-¡Mamá! - chilló un pequeño alemán que corría por la casa que correspondía a su família. La castaña al ser llamada, se da vuelta para recibir a su hijo entre sus brazos con cariño.
-¿Qué pasa, mi bebé? - interroga la francesa preocupada. Según recuerda, el rubio estaba jugando a un juego de mesa con su padre en la sala de estar, ambos con aires competitivos.

El de ojos celestes se escondió en los brazos de la mujer cuando Gilbert entraba a la cocina con algunas diminutas casitas azules en su cabello platinado, y su cara no aportaba nada bueno para el menor entre los tres.
La esposa no pudo evitar reír al verlo de tal forma, se veía tan adorable. -Veo que es igual a ti - confiesa con aires burlones.
-Tal vez sí - dijo el hombre de raíces prusianas mientras se sentaba en una de las sillas más cercanas, había tenido mucho ejercicio por hoy.
-La próxima me lo quedaré yo - Françoise sonríe con dulzura antes de darle un beso en la mejilla a los dos, ella siempre era así.
-¿Y me enseñarás a cocinar, mami? - susurra Ludwing con sus orbes brillando de la emoción, hace rato que quería saber los secretos de la adulta en cuestión de su amada comida, la cual es deliciosa.
-Así es, mi lindo niño -

ES MUY PEQUEÑOOOO DX
pero es algo(?)

¿Por qué hetero?, porque me salió de mis o- digo, imaginación :D.

Shauu<3.