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Todoroki sintió el viento acariciar su rostro en la azotea e intento respirar y pensar en la estupidez que había hecho al entregar aquel paquete que había comprado en la mañana para Bakugou ¿Qué lograba con hacerlo? No es como si realmente fuera a cambiar la relación que llevaba con aquel rubio; mas sin embargo realmente su corazón latía con fuerza. Sus mejillas parecían estar completamente ardiendo y su Quirk no era culpable a su reacción ¿Qué pensaría Bakugou? seguramente lo tomaría como una broma de mal gusto y cuando volvieran a cruzarse este le enfrentaría por burlarse de él, era lo más normal que debería pasar, o al menos eso deseaba creer Todoroki para calmar sus propios nervios. Era primera vez que experimentaba algo tan incomodo, sin sentido, quería calmarse. 

Un fuerte golpe fue lo que sintió repentinamente detrás en su cabeza que le hizo soltar un ligero quejido por la molestia del impacto. Se sentia aturdido, aun así se volteo para ver quien había sido quien era causante entonces sus ojos lo único que lograron fue encontrar Sorpresa. Un rostro sonrojado y ligero ceño fruncido; dientes apretados tratando de no soltar palabras en vista de que tal vez nunca había si quiera considerado decir lo que sus pensamientos hacían lío en su cabeza, y aquellos puño que se volvían blancos ante la fuerza que implicaba la acción de oprimirlos. Todorki no entendía que estaba sucediendo, ni el porque Bakugou se encontraba frente a él, intentando mirarle con la mayor fuerza de voluntad que tuviera en dicho momento.

—¡Maldito seas, Todorki! ¡No te atrevas a darme algo asi y después salir corriendo hijo de puta! —Todorki observo el temblor que habían en aquellos labios que pronto fueron mordidos por el nerviosismo de su dueño sosteniéndolo con tal fuerza que al medio albino le dejaba atónito de que aun no sangraran—. ¡No te atrevas a hacerlo otra vez, pequeña mierda! —Grito antes de regresar por la puerta de la azotea perdiéndose tras la puerta de la azotea. Lo primero que había cruzado la mente de Todoroki fue el rechazo que había obtenido por su regalo hacia el rubio, pues estaba seguro de que aquello había sido lo que el chico había tirado minutos antes de todo aquel griterío.

Sus ojos bajaron la vista hacia abajo esperando que su propio corazón se destrozara ante lo que había en el suelo, pero no fue así, su corazón no se detuvo, no dolía, estaba bombeando con tal potencia que le costaba respirar. Bajo sus pies había un chocolate, no el que había comprado aquella mañana, era algo hecho a mano y aquello cautivo aun más a Todoroki. No dudo en recogerlo mientras lo aferraba como si aquello realmente fuera una mentira hacia su pecho. Una pequeña nota con una letra que conocía bastante bien llamaron su atención.

«Si te atreves a decirle a alguien que hice algo como esto, para ti maldito dos caras, juro que voy a partir te el culo. Halfi de mierda, es to definitivamente es difícil para mí, pero... Joder, sólo vete a la mierda»

Quería reír, quería llorar en aquel momento ante la felicidad que se acunaba en su corazón ante los sucesos. No era la primera vez que había recibido chocolates en un día como ese, y eso lo advertían los chocolates que se encontraban en su locker, pero aqurllo era diferente. Recibir algo de la persona que hacia que su corazón se agitara de aquella forma, era una de las mejores sensaciones que alguien pudiera experimentar. Incluso si las palabras del papel no cuadraban con la forma del chocolate que brillaba moldeado en un corazón y el aroma a cacao tras el papel, tan dulce como sus propios sentimientos.

Rió, tanto por la nota por lo divertido que había resultado aquel día, los celos golpeándolo, la indecisión de entregar por primera vez un regalo a alguien con quien supone no lograba llevarse del todo.

«Tambien me gustas, idiota de mal carácter» su sonrisa no logro borrarse de sus labios ante el detalle inesperado, un detalle de la persona que menos podría esperar y unas palabras que escondía los sentimiento de Bakugou Katsuki hacia él.

—Me gustas... —admitió por fin en voz alta dejando por fin el peso que había estado molestando por semanas. Las palabras se las llevaría el viento, pero tal vez, pronto las diría ante la cara del rubio cenizo que tanto hacia vibrar a su persona.

«El amor definitivamente es algo extraño, pero... Al fin de cuentas, algo hermoso de sentir»

Todoroki se dejo caer en la barra que dejababa la vista el paisaje de Yuhei desee la azotea dejando que la felicidad lo embargará por segunda vez en su vida, pues la primera, había sido recuperar a su madre. Ahora, entendía lo que ella le había dicho hacia pocos días «El amor es maravilloso, cuando es con la persona correcta, Shouto».

Tras la puerta de la azotea, el cuerpo de un chico se desmorono con su piel quemando. Había escuchado aquellas palabras «Me gustas...» la declaración a la nada de Todoroki Shouto le había dejado aturdido. Un sentimiento mutuo. Era primera vez que experimentaba el amor, y ahora, se sentía un idiota por ser un cobarde en algo tan simple como decirle aquellas palabras al joven de la cicatriz.

—Solo ven a decírmelo, maldito idiota... si no lo haces, voy a sacártelo a golpes... —amenazó por lo bajo mientras ocultaba su rostro tan rojo como sus ojos entre sus brazos y rodillas esperando calmar la alegría que nunca admitía sentía por las palabras del joven tras esa puerta que los separaba.

FIN

día de san valentin, una sorpresa para dosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora