𝐃𝐑𝐀𝐖 𝐖𝐈𝐓𝐇 𝐌𝐄 » 𝐤𝐫𝐢𝐬𝐡𝐨

Ú 𝐧 𝐢 𝐜 𝐨.

A Yi Fan siempre le fue bien en los números, además de que le quedaba totalmente a su estilo. Siempre fue particularmente alto, espalda ancha y una cara pequeña pero que a pesar de todo iba acorde a su gran tamaño. Su carácter siempre fue bastante reservado hasta el punto de ser tachado de serio y hasta arrogante, tal vez su manera de interactuar con los demás no sea la adecuada; su frente siempre en alto, la mirada filosa y a veces esa media sonrisa en los labios daba la impresión de que se estaba burlando lo cual era totalmente erróneo... en la mayoría de los casos.

Sin embargo, y aun con todas las habladurías de los chismosos, Wu Yi Fan era un buen tipo, llegaba a ser hasta gracioso si se le permitía conocerlo un poco más allá de su fachada de tipo altivo.

Los amigos de Wu siempre mencionaban lo impresionados que estaban al terminar de conocerlo y darse cuenta de ciertos aspectos que de lejos no se hacían notar, tales como su conocimiento en culinaria, la manera en como podía mantener una conversación con tantos temas como si fuera lo más natural, y por su puesto sus dotes a la hora de cantar.

Ciertamente Yi Fan era mucho más de lo que aparentaba y tenía ciertos intereses que pocos conocían, así como también tenía actividades para distraerse y desestresarse ante las ajetreadas agendas de su compañía y reuniones con otros agentes o presidentes, lidiar con las finanzas para Wu era tarea de todos los días, pero solo en algunos breves momentos de descanso se le permitía entrar en un pequeño momento de paz, el cual consistía en una hoja y un lápiz o cualquier instrumento que le sirva para dibujar.

Dibujar para Yi Fan tiene muchos significados, entre ellos estaba su forma de liberar tensión y conseguir tener la cabeza fría antes de alguna reunión importante, y a pesar de que le encantaba efectuarla, las personas a su alrededor o al menos aquellos que eran testigos del "Arte" que Mr. Galaxy realizaba con sus magistrales dedos, eran, lastimosamente, nada más que rayones sin forma.

La mayoría de las personas que sabía sobre su pasatiempo de dibujo se preguntaban constantemente si en realidad; Wu no era consciente del desastre que realizaba cada que tenía a la mano una pluma, o si tal vez solo lo hacía a propósito sabiendo de sus terribles resultados.

Lo cierto era y que, muy pocos conocían dicha anécdota, sólo Luhan y Minseok eran conscientes de dicho acontecimiento y eso que Yi Fan se los comentó luego de una borrachera en la casa del estúpido Park (Palabras de Wu).

La realidad de su inmenso orgullo y admiración a sus supuestos amorfos dibujos era debido a un chiquillo de piel tan blanca que podía hacerle competencia a la luna si quisiera, un chiquillo que hoy en día a pesar de no haber crecido mucho no solo en altura sino también en apariencia, era el tipo más maduro que pudiera haber conocido jamás y esto el mismo Minseok lo aseguraba siendo el mayor de su grupito de amigos.

Kim Junmyeon se llamaba. Lo conoció en una lluviosa tarde de abril en la casa de los señores Kim tras una invitación de éstos a los padres de Yi Fan, ambos en ese entonces solo contaban con nueve y ocho años, Wu siendo mayor por un año.

El pequeño Kim siendo un tanto tímido tardó en empatizar con él, sin embargo, tras unas horas de silencio y ambos sentados en el suelo viendo la lluvia caer lograron que las primeras interacciones surgieran y consigo una amistad que perduraría.

Su amistad iba creciendo tras pasar los años, si no era Kim quien lo visitaba era él quien iba hasta su casa, claro que lo bueno duraba poco ya que todo se complicó luego del divorcio de los padres del mayor. Yi Fan pasó de estar entre Corea del sur y China a un país mucho más alejado; Canadá. A pesar de que la distancia era enorme y ambos eran demasiado jóvenes, sus lazos no se quebrantaron sino que antes se fortalecieron, ambos se enviaban cartas semanales contando todo lo que habían hecho en el trascurso de los ocho días. Fue así por unos dos años y medio.