La Cantina

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Estaba en la barra tomando un trago, acababa de entrar, los rodianos que me acompañaban apenas sí entraban a la cantina. El lugar estaba lleno de criaturas del bajo mundo: traficantes, cazarrecompensas, asesinos y ladrones. Evitaba cruzarme con las miradas amenazadoras que tanto abundaban en el lugar. Le pedí otro trago al cantinero, él, al ver entrar a los rodianos sacó un bláster y lo dejó minuciosamente sobre la barra baja de la mesa, donde se almacenan las bebidas.

–Ellos vienen conmigo. Le dije, mientras los rodianos se acercaban sin saber que pudo haber sucedido...

El cantinero me pidió disculpas y me sirvió la bebida mientras los rodianos se sentaban en la barra, a mi lado.

Vosdia: El cargamento está asegurado, nos esperan en la zona de entrega, la paga es de 20.000 crédi..

–Shht. ¡No lo digas aquí! –Me apresuré en interrumpirlo, en un intento porque la escena pasara desapercibida para los oídos de los bandidos y cazarrecompensas presentes.

Vosdia era un terco rodiano que aceptaba trabajos de cualquier tipo, vestía una chaqueta marrón, que era su preferida, la cuál había quitado del cadáver de un bandido hace algunos meses, y por debajo de ésto traía la armadura tradicional rodiana.

El querido Vosdia se volteó enfadado murmurando una curiosa frase.
–Toska ne linga voe Bashkal...

De pronto me percate que, sentado en una mesa distante, nos observaba un personaje bastante curioso. Traía una capucha que cubría parte de su rostro, no pude ver quién era, pero pude notar partes metálicas en su rostro. Desvié la mirada y traté de disimular tomando de una sola vez la bebida que me acababan de traer.

–Creo que será mejor que nos vayamos ya –comenté nervioso– Ya estamos reunidos, y ya podemos continuar.

Me paraba de la barra cuando Nooma, quien hasta ahora había pasado inadvertido me interrumpió diciendo.

–Ji'rra, no te vayas aún. Nos quedan dos horas para que lleguen nuestros clientes.

Él, a diferencia de su hermano Vosdia, era menos terco pero más confiado.

–Tranquilo Ji'rra –continuó diciendo –Aquí todos se miran entre sí, desconfían el uno del otro, pero no harán nada a menos que los provoques. Creeme, conozco este entorno.

–Sí... –dije finalmente, después de pensarlo unos segundos –Creo que tienes razón.

De pronto de la nada irrumpieron unos bandidos que pretendian asaltar la cantina, eran cinco los que habían entrado amenazando a todos apuntando con armas muy familiares...

El cantinero se quedó inmóvil, pero no exactamente por miedo.

–¡Queremos su dinero! –Exclamó el líder bandido, un coruscano al cual se le había negado la vida en la superficie del planeta.

–Nashka le boska! –Le siguió uno de sus acompañantes.

Nadie en la cantina se impresionó o se asustó, todos se quedaron en completo silencio ignorando prácticamente a éstos "bandidos", Nooma y Vosdia estaban inmóviles, ambos con la mano en la funda donde yacía su arma lista para disparar.

–¡Suelten sus armas y entreguen todas sus pertenencias, de otra manera, todos morirán aquí!

El silencio se extendió unos segundos, hasta que de pronto todos en la cantina estallaron en risas y burlas.

–¿¡De qué se ríen!? –Preguntó aquél bandido, ahora ofendido y más alterado –¡Morirán por esto!

Y en lo que pensaron en disparar ya estaban siendo acribillados por media cantina. No obstante, entre ésta absurda masacre, un disparo del arma del bandido salió disparada impactando a Vosdia, quien se había interpuesto entre el disparo y su hermano Nooma.

Nooma lo contempló en silencio mientras su hermano decía sus últimas palabras en sus brazos.

Nooma lo contempló en silencio mientras su hermano decía sus últimas palabras en sus brazos

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–Goa-Ato...

Yo estaba congelado, y a pesar de que algunos se mofaban de la acción del valiente Vosdia, su hermano Nooma guardó silencio, y cerrando sus ojos, prometió vengarse de su muerte, y llenándose de odio y rabia, salió apresurado de la cantina.

–¡Hey! –exclamó el cantinero –¡No me has pagado!

Una Historia De Star Wars: Trabajo Sucio, La Historia De Un Cazarrecompensas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora