La Historia De Mi Vida || Tadelsa/Jelsa|| Terminada/En Edición.

Capítulo VI

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Narra Elsa

Preparamos las cosas, nos dirigimos a  comprar los boletos para el avión, en medio del viaje, Anna me observó que estaba preocupada.

—¿ Te encuentras bien, Elsa ?

— mm, solamente que — exclamó la rubia observando sus manos

— ¿Qué es?

—¿ Qué tal no me vaya del todo bien en esta nueva ciudad ?— Elsa respondió preocupada poniendo su mano en su mejilla

— Todo estará bien, cuentas con nuestro apoyo, las cosas van a ir bien

— Tranquila rubia, te vamos ayudar a salir adelante, contando con el apoyo de Rapunzel — añadió Mérida detrás de los asientos de las hermanas Arendelle

— De verdad no sé que haría sin ustedes

— Para eso estamos las amigas — otorgó una sonrisa la pelirroja

— Y las hermanas

Narra Elsa

Al llegar aquella ciudad tan nueva y diversa por explorar, en el aeropuerto se encontraba la rubia de cabello largo, de estatura mediana y su piel cálida,
estaba de pie esperándonos con junto a un cartel en sus manos, corrió con alegría hacia Mérida, a lo que al pelirroja, realizó lo mismo y se dieron un gran abrazo.

—Mer, te extrañe mucho

—Igual yo, ¿Cómo estás? — preguntó Mérida con su maleta en mano

—Bien, más que feliz

—Ven aquí, te presentó a mis queridas amigas

Se acercaron a mi y a mi hermana menor.

—Te presento a mis amigas, ella es Anna mi mejor amiga, y mi otra mejor amiga, la que te comente, Elsa.

—¡Wow!

—Elsa y Anna, ella es mi mejor amiga, Rapunzel

—Mucho gusto, soy Rapunzel, pero me pueden decir punzie.

—Hola punzie — respondieron ambas hermanas con una sonrisa.

—Genial

— Estoy feliz en conocerlas, nos vamos? — propuso la rubia de cabello largo

—¡Si!,¡Vámonos!

Narra Elsa

Nos retiramos del aeropuerto, tras varios minutos en el tráfico,  llegamos a una casa muy extensa, era linda y hermosa, a decir verdad, muy cálida como la dueña que habitaba.

—Bienvenidas a mi casa, mis padres no se encuentran aquí,  ya que viven en en palacio de Corona, y bueno espero les agrade.

— ¡Muchas gracias!

— les indicaré sus habitaciones.

Nos indicó las habitaciones, Rapunzel me designó una que daba vista al gran paisaje de la ciudad moderna que armonizada junto con la luna resplandeciente, nos instalamos, al poco marcaba las 10 de la noche.

—Entiendo, y luego que sucedió?

—Continuaré...

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