- Esto se está yendo al carajo.
Jihoon cerró los ojos y suspiro cansado mientras se masajeaba el puente de la nariz.
Estaba intentándolo. Realmente lo estaba haciendo, pero era un poco difícil para él mantener la compostura cuando ella actuaba así.
Los amigos no imaginan el sabor de los labios del otro. No sueñan con jugar entre sí alrededor de la casa con un aire de complicidad. Un amigo no tendría el problema que él estaba teniendo ahora.
Ailee estaba frente a la ventana tarareando para si misma en voz baja. Su cabello sin peinar se enrollaba en todas las direcciones y la gorra que se había puesto no hacía nada para cubrirlo.
Como tantos otros días ambos se habían quedado dormidos en el estudio mientras trabajan. Por lo menos Ailee había dormido. Jihoon la había observado como el acosador extraño que era.
Por regla general ella jamás dormía en presencia de otras personas. ¿El motivo principal? Roncaba. Mucho. Sin embargo, esas inhibiciones nunca habían estado para él.
¿Quién lavó su cabello después de que le enyesaran la mano? Jihoon. ¿Quién la había visto completamente ebria y echa un lio de lágrimas por un idiota? Jihoon. ¿Quién estaba completamente enamorado de ella? Jihoon.
Se encogió en la silla mientras pensaba que la zona de amistad era realmente una cosa horrible. Era mucho peor que estar internado una semana porque te comiste algo en mal estado, y a él le había pasado, por lo que sabía de lo que hablaba.
El pequeño tarareo tomó fuerza mientras Ailee se acercaba a él. La conoció varios años atrás en un curso de música especializada. Ella era, como en toda buena historia de un romance fracasado, la promesa de ese año. Y él, el chico promedio que esperaba detrás de todos una oportunidad.
Su voz estaba, y Jihoon lo supo desde el primer momento, destinada para el éxito. Lo que él no sabía, ni siquiera imaginaba, era qué quién la acompañaría en ese trayecto sería él.
Esa pequeña joven había levantado la barbilla de manera obstinada cuándo le habían dicho que él no podía tocar el piano junto a ella. Se había negado a cantar en lo absoluto, había amenazado con no volver a la academia y hasta había usado sus encantos para convencerlos. Y como se trataba de Ailee habían aceptado.
Con una sonrisa enorme se había acercado a él y se había presentado, diciéndole que estaría pegada a él por el resto de su vida y que más le valía irse acostumbrando.
- ¿Qué se está yendo al carajo? — Jihoon levantó la mirada hacia Ailee.
Nosotros.
- Este proyecto — Jihoon dejó caer la cabeza sobre el piano.
Ailee rodeo el piano con rapidez y se sentó a su lado.
- Claro que no — Ailee apoyó la cabeza en la espalda de Jihoon. Su voz adoptando un tono de niña pequeña — si hay una persona en este mundo que puede hacer cualquier cosa eres tú.
Menos ganar tu corazón.
Jihoon cerró los ojos. Así como estaban, con ella rodeándolo con sus brazos, con su cuerpo apoyado sobre él, era fácil fingir qué eran algo.
- Ah, ¿ya es la hora del día en el qué lanzas cumplidos hasta qué exprimes mis ideas?
La mano de ella voló con rapidez y fuerza hacia la cabeza de Jihoon.
- Estoy diciendo la verdad, tú tonto.
Jihoon se incorporó y la miró sonriente.
En la esquina de su ojo derecho un lunar pequeño parecía burlarse de él.
Cuando su carrera había empezado a despegar ella había intentado deshacerse de aquel lunar. Jihoon la había seguido todo el camino hasta la clínica estética mientras le gritaba las razones por las que ese lunar debía mantenerse en su lugar.
Su corazón había latido con fuerza en ese momento, como si estuviera en una carrera de autos. En toda su vida como estudiante, jamás había tenido tanta pasión por un tema en específico. Lo triste es que sus razones eran, probablemente estúpidas. Después de todo, era solo un lunar.
Ahora cada vez que ella estaba cerca y él lo podía ver, le recordaba sus inicios. Le recordaba también, que solo sus palabras habían logrado que esa chica fuerte e independiente cambiara sus planes. Le recordaba, que él era importante para ella, no de la forma que en la que deseaba. Pero sí lo suficiente.
- Hablando de verdades — Ailee lo miró atenta. Jihoon se levantó del piano y empezó a alejarse de ella— ¿No es hora de qué te bañes?
- ¡Ven aquí mocoso! Respeta a tus mayores — le contestó mientras lo perseguía por la habitación.
- Eres muy fea. No puedo. Lo siento.
Los ojos de Ailee se incendiaron. Una sonrisa secreta se acercó por los labios de Jihoon. — Por lo menos yo no tengo el tamaño de un elfo doméstico.
Jihoon se tocó en el pecho fingiendo estar herido — Oye, eso fue un golpe...
- ¿Bajo? — Ailee le sacó la lengua — teniendo en cuenta tu tamaño.
- Te voy a escribir la canción más fea del mundo. De esa forma tendrá relación con tú aspecto.
Ailee cayó de rodillas al suelo y lo apuntó lentamente — Tú...
Jihoon rodó los ojos mientras se apoyaba en el piano. A pesar de que parecía desinteresado, casi aburrido, por dentro estallaba de felicidad.
Ella era así de tonta y decidida. Era dulce y cálida, divertida y molesta. Ella calentaba su corazón de una forma que jamás creyó que se podría. Y que se joda lo cliché, ella era todo lo que quería y no podía tener. — ¿Yo qué?
- Tú me amas — El corazón de Jihoon saltó. Su rostro empezó a tornarse rojo mientras le rezaba a todos los Dioses en los que no creía, que ella no lo hubiera descubierto — por eso mi amigo, fingirás que no te he fastidiado y me ayudarás.
Dos cosas. Dos cosas pasaron por la mente de Jihoon a toda velocidad.
La primera, alivio de qué ella no lo supiera. ¿La segunda? Decepción, porque otra oportunidad de decirlo acaba de escapar.
Jihoon sonrió. La vida era una auténtica putada con él. Por lo menos en lo que respectaba al amor.
Si Ailee jamás iba a saberlo ¿Por qué por lo menos él no podía olvidar? Era lo justo. Un chico debe tener en su vida al menos dos amores, pero él estaba estancado con su primera. Y parecía que lo iba a estar siempre.
Los ojos de Ailee grandes y honestos lo miraban desde el otro lado del piano. Jihoon supuso que le haría caso.
Una canción sería escrita en su nombre. Aunque ella no lo supiera.
Pero estaba bien, las canciones de desamor no deben, nunca, conocer a su dueño.
**********
No sé si alguien ame a esta pareja con locura como lo hago yo. Pero ella es hermosa asdaadsdas, y recordemos que Jihoon hizo aeygo para ella y sin estar obligado. Amor verdadero ahí mis amigos.
** Me siento incómoda con este final así que (Y aunque no lo esperaba) haré una segunda parte ~

ESTÁS LEYENDO
NO TODAS LAS CANCIONES SON CANCIONES DE AMOR |* Jihoon ~ Ailee
Short StoryUna canción sería escrita en su nombre. Aunque ella no lo supiera. Pero estaba bien, las canciones de desamor no deben, nunca, conocer a su dueño.