La oscuridad de la calle era notoria, las lámparas de gas alumbraban lo que podían, pero muchas esquinas seguían sin una sola luz. El ruido de los caballos moviendo las carretas era lo único que se oía, estos tiempos no son seguros, muchos tienen miedo por la leyenda que se cuenta del demonio. Todo empezó hace meses, animales y personas empezaron a morir sin razón aparente, solo caían en un sueño del cual era imposible despertar.
Mis pensamientos muchas veces me sacaban de la realidad y eso combinado con la oscuridad hicieron que chocara con un joven de mi edad.
-Disculpa-Dije con una voz neutra-No vi por dónde iba
-Está bien-Dijo el joven-¿No te lastimaste?
-No,estoy bien ¿Que te mantiene afuera en plena noche?
-Pelee con mis padres,pero tengo suerte de haber encontrado a una doncella tan bella.-No es para tanto-Me sonroje y rei bajo.
-¿Me permitirias invitarte algo de cenar?-Tomo mis manos entre las suyas y asentí sin decir una palabra por timidez, sus manos eran cálidas y estoy feliz de que no me haya soltado hasta llegar a donde fuimos a comer.
La cena fue perfecta, me contó que el era hijo de una familia acaudalada, pero que se había peleado con sus padres, debido a que estos no aceptaban su sueño de ser escritor. Me elogio gran parte de la noche y yo al ver sus ojos a la luz de las velas sonreía como una tonta ante su encanto y mi corazon latia fuerte, terminada la velada camine con el y me llevó a un callejón oscuro, debíamos pasar por ahí para llegar a su casa, sentí un poco de miedo, pero si estaba junto con el era feliz. Me detuve y lo mire a los ojos agarrando sus manos
-Me haces feliz, y mi corazon late mas fuerte cada segundo que paso contigo.
-Me siento igual-me interrumpió el-dejaría mi sueño de escribir y trabajaría con mi padre para darte felicidad,porque me has enamorado.
-¿Quieres estar conmigo por la eternidad mi amado?-Él asintió suave y me acerque besándolo,mientras lo hacía un ruido de un objeto que se caía se escuchó. Al separarnos el joven miró de donde vino el ruido y vio su cuerpo tirado, al verme entendió todo, pudo ver mi capucha y la ligera aura oscura que emanaba
-Quiero estar con vos para siempre...-Le dije mientras una fuerte luz apareció al final del callejón-Pero El te reclama y tengo que obedecer-lo bese una última vez. El era un alma pura, una como no había visto en siglos, sólo esperaba volver a encontrarlo en alguna otra vida y por fin vivir a su lado.
Salir del callejón con la capucha que nadie ve y la guadaña que no use esta vez, me dirigí al siguiente encargo sin dejar de pensar en el
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Una oscura velada
Mystery / ThrillerUn cuento corto de mistero e intriga en el siglo XIX