Capítulo 8. "¿Ebrio? Sólo es para despistar"

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Dos horas.

Exactamente es lo que llevaba sentada, con mi hermano platicando abiertamente con Becka a mi derecha y a mi costado izquierdo la hermana de diecisiete años de Jesse que no faltaba de hablar de lo guapo que estaba el hermano de Mike.

Hormonas.

Miré a las otras mesas, casi no había nadie sentado. La mayoría bailaba de manera lenta. El baile de Mike y Jesse fue divertido porque se pusieron a coquetearse entre ambos, se les veía demasiado divertidos y enamorados.

Una vez más. Envidiaba a Jess.

—Mueve tus duras piernas Joey —escuché.

Miré a la pista de baile y Joe bailaba a la fuerza con la abuela de Mike. Me miró y puso sus ojos en blanco.

Alcé mis dos pulgares y me burlé de él.

— ¿Cómo te ha ido Maibys? —Vi a mi izquierda y ahora estaba Liam.

— ¿A dónde se fue Grace? —La busqué con la mirada.

—Oh, se fue hace un rato —sonrió.— ¿Bailas? —Oh, oh.

—Por el bien de las demás personas, sería preferible que no fuera así —rió.

—Vamos.

Se levanto y sujeto mi mano.

Le miré casi rogando que no lo hiciera pero finalmente lo logró.

Me dirigí a la pista con él a paso perezoso, su sonrisa no podría ser más grande y de la nada se queda parado y me jala hasta que quedo a muy poca distancia de él. Oh santo cielo, no me había fijado que sus ojos eran de un color azul turqueza.

Sujeto mi mano derecha con la suya y su mano izquierda puso la mia en su hombro y después puso la suya en mi cintura.

No me causaba alguna sensación que fuera más que amistad, tan sólo un nerviosismo porque lo tenía muy cerca de mi.

Por encima del hombro de Liam ví el rostro de Joe, nos miraba con atención y su mandíbula estaba apretada. ¿Estaba molesto?

Le susurro algo en el oído a la abuela de Mike y ella sólo rió. La miro y le sonrió con ternura.

La abuelita de Mike se alejo y después vi cómo se acercaba con su caminado que me hacía dejar de sentir las piernas hacía nosotros.

Liam me sostuvo y rió en mi oído.

— ¿Qué tienes?

—A nada, es que... no sé bailar —mordí mi labio y le miré.

—Déjate llevar —¡woh! Que sencillo.

—No quiero pisarte Liam —dicho esto le pisé un pie y gimió de dolor.— Perdona, perdona —tapé mi boca con ambas manos.

Negó con su mano derecha y cerró los ojos.

—N-No pasa nada —apenas y era audible su voz.

Volvímos a retomar la posición, nos movímos un poco más y Joe me sonrió.

— ¡AU! —Aulló Liam.

Me separé de él y aguanté mi risa, era muy gracioso.

—Perdoname, de verdad, lo siento —mordí mi labio.

—Es la sexta vez que me pisas... ¿no prefieres descansar un poco?

—S...

—Señorita Kramer, ¿me concende está pieza? —De pronto empieza una canción lenta, no tengo idea de cómo se llama.

— ¿Te importaría? —Le pregunté a Liam.

Él miró con recelo a Joe aunque seguía quejandose por ambos pies pisados a mi causa.

—Espero tengas armadura en los pies —le dijo a Joe.

Este último soltó una pequeña risa y relamió sus labios.

—Lo tomaré en cuenta.

—Estaré descansando un poco Mai —asentí y se fue.

Joe extendió su mano derecha y lo primero que hice fue extender la mia con temor. Las yemas de mis dedos rozaron con las suyas, a continuación pasé mis dedos por su brazo, antebrazo y se detuvieron en su nuca.

Sus brazos enrollados en mi cintura y deshicimos cualquier distancia.

Apoyé mi mejilla en su pecho, su rostro estaba cubierto por mi cabello o la mayor parte. Su boca me hacía cosquillas en la oreja y me provocaba reír un poco.

—No se mueve tan mal, señorita Kramer —murmuró contra mi oído.

— ¿De qué hablas? Soy una pésima bailarina —soltó una risita y sentí escalofríos por todo mi cuerpo.

Chico Prohibido 2 |Mírame|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora