Fiesta con Erick

Me vengo

Una vez que todo estuvo en el suelo por la furza con la que me penetraba y hacía mover las cosas. Me tomó en brazos y me llevó hasta la alfombre al pie de su cama. Su mano deambuló por mis caderas mientras sus ojos, sus perversos ojos no se apartaban de los míos y de mis labios. Sus manos alcanzaron mi feminidad y entones indrodujo sus dedos mientras otro bailaba sobre mi clítoris. Estaba tan extasiada que vi la habitación nublada, de varios colores y sin poder asimilar que yo gritaba tan fuerte.
Abrió mis pierns y jugó con mis deseos por unos segundos, deslizó su miembro por el mio sin introducirlo viendo de cerca mi desesperación porque se dignara a meterlo. Entones lo hizo, lo introdujo lento y profundo, cielos, era tan grande. Nunca habría imaginado que el pequeño Erick tendría entre las piernas la palanca para arrancar con mis más grandes perversiones. Movió sus caderas de arriba abajo, tan sexy... No podía parar de gemir. Cuando se detuvo quise recompensarlo, nunca antes lo había hecho pero decidí darle ese regalo, así que tomé su miembro con ambas manos y empecé por besarlo, escuché como se le escapó un gemido. Me encantó hacerlo gemir, así que quise que lo hiciera más y más fuerte. Lo saqué de mi boca una y otra vez hasta que me dijo

- sé que te gusta jugar con él, pero no quiero acabar tan rápido, mi amor

Me tomó con vehemencia de ambos brazos y los estiró para que no pudiera tocarlo. En tando metió a su gran amigo en mí y esta vez fue tan fuerte el placer que sentía que no pude evitar venirme. El lo notó y cuando quise que soltara mis manos no lo hizo.

-No hermosa, aún no termino- dijo mirándome de manera deseosa

Entrelazó sus manos con las mías y beso mis pechos, jugó con su lengua en mis pezones y mi respiración se tornaba mas profunda cada vez luego de que me corrí con el en mi interior.