Cuando llegamos, Harry aparca en una explanada que me resulta familiar. El aparcamiento junto al río, el de la fiesta. Ahora, a la luz del día, puedo ver los altos abetos cubiertos de nieve y la hierba que lo rodea perfilada por la escarcha. Harry me conduce por un camino, agarrándome de la mano. Parece preocupado. Llegamos hasta el embarcadero de madera junto al río en el que me caí. Ahora parece menos oscuro y menos peligroso. Algunos pájaros trinan alegres. Solo que yo no estoy alegre. Yo quiero volver a ahogarme en el río y no salir.
Hago un amago de sentarme, pero Harry me agarra de la cadera antes de que pueda hacerlo y me atrapa mis labios con los suyos. Saben a menta, como los de Zayn. Solo que no se parecen en nada a los de Zayn. Jadeo e intento apartarle, pero él asegura su agarre y cansada, me rindo, dejando que me bese, pero sin corresponderle. Sus labios son cálidos y suaves, acarician los míos, infundiéndome calor. No quiero que me bese, pero no puedo resistirme. Soy una puta. Solo eso.
Cuando empiezo a sollozar, se separa, y me mira con el rostro alterado.
-Daniella…Lo siento. –Se pasa una mano por su pelo rebelde y despeinado. –Sé que estas pasando un mal momento y no debería…Yo...
Sacudo la cabeza, con cansancio, y lo dejo ir. No sé porqué lo ha hecho, estoy confusa, pero también exhausta y no me apetece preguntarle. Aún así, aquella sensación que experimente en nuestro primer y hasta ahora único beso también me invade en esta situación. Esto no está bien. Nos sentamos, pero no logro calmarme. Sigo llorando sin encontrar consuelo.
-Eh. Está bien. No llores, por favor, me hace sentir…Tonto. –Dice Harry, mirándome con esos ojos esmeralda que tanto he añorado durante este mes.
-Harry…No lo entiendes. Le quería y mira lo que me ha hecho…Yo…
-Mira, Dani. Vamos a hacer una cosa. Yo lo hago a menudo, es una buena forma de desahogarse. Vengo aquí cuando no puedo más, cuando me ahogo en mi mismo y en las personas que me rodean. Vengo aquí cuando me canso del mundo y siento que voy a explotar en cualquier momento. Y grito. Grito, lloro, chillo. Hasta quedarme sin fuerzas o sin voz. Hasta que los problemas se reducen a un pequeño hecho del pasado. Me lo enseño mi madre…Cuando mi padre la dejó, es lo que ella hacía. Está bien.
Titubea, y yo le miro, ahora sorprendida. Cojo aire y me pongo de pie. Convierto mis manos en puños y sin poder evitarlo, empiezo a gritar al rio. Grito con todas mis fuerzas, olvidándome de Harry, de Zayn, de todo. Grito, sacando el dolor interno que me carcome desde el sábado y no me deja vivir. Grito, sacando la furia que me agota y no me deja pensar con claridad. Grito, grito, y grito más. Con los puños tensados y las uñas clavadas a la palma de mi mano, grito.
Siento en mi interior mis músculos arder. Las lágrimas pican bajo mis ojos, pero consigo tragármelas, y continuar mi desahogo. Se siente bien. Por una vez, consigo desatar mi enfado interno en forma de potentes gritos que se alzan sobre el bosque desierto. Harry, a mis espaldas, esta callado, cosa que agradezco. Me deja en paz, olvidándome de todo, aislándome en mi burbuja de chillidos.
Casi no noto cuando se levanta y me rodea la cadera con sus brazos, ahora desnudos. Me alza, sujetándome entre ellos y sustituyendo mis gritos de cabreo en chillidos sorprendidos y risas. No reía desde el sábado, y es una gratificante sensación, y más cuando mis risas se funden con las de Harry.
-Creo que ya has gritado suficiente por hoy. –Susurra en mi oído. Como en los viejos tiempos.
Me retuerzo, intentando soltarme. Éll afloja su agarre, y yo me giro entre sus brazos, encarándole. Sonrío, y él me corresponde con una amplia sonrisa que me llena de calidez. Harry se mueve hacia delante, y yo lo hago, para atrás. Nuestros pies se enredan, y caemos hacia atrás, con la mala suerte de que caemos sobre agua en vez de la madera del embarcadero. Chillo y me retuerzo bajo las frías lenguas del helado agua. Harry me agarra antes de que pueda hundirme, cosa que le agradezco. Sé nadar, pero me agobio.
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Fifty Grades «Zayn Malik y Harry Styles»
FanfictionMe encuentro entre el fuego y el hielo. A Cincuenta Grados.