Recuerda

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__¿Quién es?__señalé el cuadro que había frente a mi.

__Tu abuelo__respondió distraídamente mi padre.

__¿Y por qué no lo conozco?

__Se murió cuando yo era chico.

__¿Se murió?__dije sorprendido__¿Cómo?

Mi papá bajó la vista unos segundos. Parecía haber una gran lucha en su cabeza.

__Chocó con el auto.

__Oh.

Miré nuevamente la pintura. Era un hombre de pelo negro salpicado de blanco y tenía una mirada tosca y ruda.

__Nunca lo habría imaginado. Hasta ahora nunca me puse a pensar en la posibilidad de que hayas tenido un padre.

__Raro ¿viste?__dijo sonriendo__¿Querés que vayamos a comprar helados?

__¿Podemos visitar su tumba?

__No. Hay una nueva heladería a unas cuadras...

__¿Por qué no podemos?

El movió la mano en un gesto de impaciencia.

__No te va a gustar ir. Los cementerios no son bonitos.

__Siempre quise tener abuelos__hice un puchero.

__Vas a quejarte de que te da miedo.

__¡No!¡Soy valiente!__grité enojado.

Realmente deseaba "conocer" a mi abuelo. Todos mis amigos tenían uno, nunca había experimentado que me dieran plata por la libreta o que una señora gordita me cocinara hasta el hartazgo. En ese momento no entendía los arboles genealógicos y pensaba que a algunos niños no quizá no les tocaba tener abuelos.

__Está bien. Llevá un abrigo, hace frío afuera.

__¿Y aún así tratabas de convencerme de ir a tomar un helado?

Me dio una mirada de advertencia y recogió las llaves.

El camino hacia el cementerio de la ciudad estaba al otro lado de un camino repleto de árboles a los costados, era divertido ver la extensa sombra verde que se provocaba al mirar por la ventanilla del auto.

Bajé y caminé por el sin fin de lápidas. Veía en los trozos de cemento los nombres de personas que habían muerto hace siglos y se me hizo un nudo en el estómago...era increíble que yo pudiera estar justo ahí, viendo eso.

Por un momento visualicé la escena en la que uno de esos señores con peluca que salían en las fotografías de la lápida se paraba desde debajo de la tierra, renaciendo cual semilla y me atacaba. Era estúpido pero muy real para un niño de siete años que aún creía en papa noel.

Las rodillas me temblaban.

Estaba asustado. Muy asustado. Comencé a retroceder hasta el auto pero tropecé y caí al pie de la estatua de un ángel. Empecé a correr y a gritar hacia donde estaba mi padre, pero las palabras que anteriormente salieron de mi boca vinieron a mi mente:

¡No!¡Soy valiente!

Sacudí la cabeza alejando esos pensamientos y me puse al lado de mi papá, que miraba fijamente una lápida.

__¿Es esa?

__Sí__limpió con la mano el polvo que cubría el epitafio__Jean Tessier. Sus padres -mis abuelos- eran franceses. Murió el 11 de septiembre de 1994. Hace 20 años.

__Wow. Hace un montón__estudié su expresión. Parecía triste.

El silencio reinó el lugar por varios minutos. Era un silencio desolador, lleno de emociones. Mi papá parecía al borde de las lágrimas. El ambiente se cortaba con cuchillo y yo empecé a sentirme incómodo. Sin saber como contribuir le pregunté si podíamos tomar helado.

__Hacen tres grados. Tu mamá me mataría__tomó mi mano y nos dirigimos al auto.

***

Estaba nuevamente en el cementerio. Automáticamente me dirijí hacia la tumba del abuelo. Los bordes de las cosas eran difusos y los colores se mezclaban, hacía donde mirase parecía estar tras un vidrio sucio.

Busqué con la mirada a mi papá pero no lo encontré. Lo único que me aseguraba que estaba en el cementerio de la ciudad era el estatua del ángel sobre el que me caí la primera vez que fui allí.

Miré con más detalle al querubín de mármol, ¿Había una persona sentada debajo...? Sí, pará, sí había y me estaba mirando.

De alguna forma no podía dilucidar sus facciones pero sabía que era mi abuelo. Quizás un aura invisible lo decía o quizá era el hecho de que estaba soñando todo esto y, extrañamente, uno sabe esas cosas aunque con nada puedas comprobarlo.

Lo miro. También lo hace el y veo asomarse una sonrisa en su boca.

Todo se vuelve negro de repente y empieza a ser absorbido como si se tratara de una super-aspiradora. Una llamada realidad.

**

__¿Eh?__miro al reloj__Son las dos de la madrugada.

Mi perro me miró con cansancio desde el borde de la cama y volvió a bajar la cabeza para seguir durmiendo. ¿Que había sido eso?

Estudié todo a mi alrededor y me convencí de que había soñado ir una segunda vez al cementerio.

__Mierda...creo que de verdad tengo ganas de tener abuelo, ¿que decís que haga Rocko?

Mi mascota no me respondió, normal. Pero se metió adentro de una casa de frazadas que le hice y me dió una idea fantástica.

Me destapé y me coloqué rápidamente unas zapatillas. Salí sigilosamente de mi habitación y agarré las llaves de la casa.

Cuando ya estuve lo suficientemente lejos de mi hogar empecé a correr sin temor de hacer ruido hasta el cementerio. Corrí y corrí, estaba a varios kilómetros pero en ningún momento paré a tomar aire.

Llegué y trepé las rejas agilmente; era muy alto pero caí del otro lado sin problemas.

Pasé nuevamente por el camino de los árboles, solo que ahora dejan una franja negra. Fui a donde quería ir en cuestión de segundos y moví la tierra con mis manos. Lo hice anormalmente rápido.

Toqué cajón y abrí la puerta. Un olor putrefacto salió, pero lo ignoré y corrí al esqueleto hacia un costado, dejando un lugar.

Me recosté junto a el y cerre la tapa...

Creepypastas y leyendas urbanasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora