Me pasa mientras dormís, recostado sobre mi hombro o la punta de mis rodillas, ahí donde tu respiración sigue el compás de una lenta canción. Y a veces cuando te miro y acaricio tu rostro, donde crecen esos ínfimos pelos de tu barba por las mañanas. Durante las cuales, al despertar, tu voz suena ronca y tus movimientos son lentos y pausados. Esos ínfimos segundos en que me envuelven tus brazos con fuerza y tu cálido aliento pega contra mi oído. O cuando luego de esos interminables besos suena un suspiro y tus ojos permanecen cerrados por un instante. Asimismo, me recuesto sobre tu pecho y escucho con claridad como tu corazón late con fuerza.
Y también están esos momentos en que haces el esfuerzo por recordar algo y tu frente se arruga justo por la mitad. Incluso al tocarme, mientras dejas que tus manos me recorran como si ya supieses el camino. Y aun cuando tomas tu café, dando pequeñas pausas, disfrutando cada sorbo. Y más cuando te toca recibir alguna buena noticia o sorpresa, lo cual provoca que tus ojos se abran de par en par con ese brillo muy particular.
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Un todo.
Short StoryNos cerrarnos en ver lo que nuestros ojos perciben, en lugar de buscar lo que hace que nos veamos así. A veces es mejor aprender a mirar de adentro hacia afuera y no hacer solo la prueba inversa. Porque sos un todo, una suma de varias partes (..).