El Poder Del Destino

Nuevas compañías.

CAPÍTULO V : NUEVAS COMPAÑÍAS.

Lars paró el coche y me dirigí a abrir la puerta.

- ¿Te encuentras bien? ¿No te habrá hecho nada ese tipo, no? - dijo él con gesto de preocupación -

- No, no te preocupes, estoy bien, y todo gracias a ese enigmático chico. Me pregunto quién será.

- Vaya, ¿otro?

- ¿Cómo? - pregunté dubitativa. -

- Últimamente tienes muchos pretendientes, ¿no? Pero yo me quedaría con el moreno, lo digo porque tiene cara...

- Lars, te estás pasando...

- Solo estoy opinando. No creo que un chico sin cara bese bien.

- LARS, ¡YA BASTA!

Salí del coche cabreada sin preocuparme por la reacción de Lars ante mi enfado. Entré lentamente en la silenciosa casa, observando que ya todos estaban descansando. Subí a mi cuarto con esmero cuidado y, al estar allí, reposé mi cara contra la almohada. Sin darme cuenta las lágrimas estaban cayendo por mis mejillas. No sabía por qué y no podía pararlo. Cogí los auriculares y me puse a deleitarme con música emotiva. Poco a poco acabé cerrando mis húmedos ojos y me dormí.

''Abrí los ojos lentamente. Miré un poco desorientada a mi alrededor y me incorporé rápidamente. Estaba en un tipo de bosque aislado donde no conseguía ver mucho. La oscuridad me lo impedía. Decidí andar un poco, a ver si podía encontrar a alguien. Empecé a dar pequeños pasos con esmero cuidado de no tropezar. Tras unos minutos de caminar me di cuenta de que era imposible encontrar vida allí. De repente oí un ruido detrás de mi. Giré sobre mi misma pero no conseguía distinguir ninguna figura. Sentí una cálida respración en mi rostro. Sin saber por qué, salí rápidamente corriendo. Corrí y corrí hasta que vi una vieja caseta cerca de un río. Me acerqué y pude contemplar que el río era de un color negro como el ébano. Después de observar un corto rato me fui acercando a la puerta de la caseta. Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Tenía miedo de entrar allí pero es como si alguien o algo me llamara para que entrara. Cogí una bocada de aire, inspiré y giré lentamente aquel viejo y lleno de polvo pomo. Al entrar pude observar que la habitación estaba vacía salvo por una mesa cuadrada que yacía en el centro. Esta estaba iluminada por una luz que salía de un pequeño agujero que había en el techo. Parecía una luz ancestral. Me acerqué a ella. A penas podía respirar. Cuando estuve lo bastante cerca observé que encima de la mesa había una pequeña caja que tenía casi el mismo tono negro que el río que había visto hace unos instantes. La respiración se me aceleraba más y más. Acerqué mis manos para coger la caja. La cogí con mucho cuidado. Entonces, sin pensármelo dos veces la abrí. Una luz inminente llenó toda la habitación. ¿Eso es lo que había en la caja? ¿Una luz? Entonces me armé de valor y acerqué mis dedos hacia ella. Cuando las yemas de mis dedos pudieron rozarla esta se volvió gris. Cuando iba a alejar mis manos de ella ya era demasiado tarde. Esta me envolvió completamente.''

Sobresalté de mi cama. Me quedé sentada y empecé a respirar aceleradamente. Miré el reloj. Eran las 4:45. ¿Otra vez? Había empezado a pensar que esto de las pesadillas había acabado pero me di cuenta de que no era verdad... Me levanté de la cama y bajé a beber un poco de agua. Cogí un vaso, lo llené y volví a subir a mi habitación. Me senté en una esquina de la cama. En ese momento me acordé de Lars y de lo que había dicho hacía unas horas. ¿Estaría... celoso? Últimamente se portaba de manera diferente a como lo hacía normalmente. ¿Era posible que realmente le gustara a Lars? Dejé el vaso sobre la mesilla de mesa. Me volví a fijar otra vez en aquella foto. Un dolor se apoderó de mi pecho. Agité la cabeza y me dejé caer sobre la cama. Tenía la impresión de que a partir de este momento las cosas cambiarían muchísimo, en todos los sentidos posibles...