Parte Unica

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Siete chicos iban en una camioneta, hacia una supuesta casa embrujada, que no era más que una construcción vieja en el medio del bosque y por lo tanto causaba bastante miedo.

- ¿Tuvieron que traer a este mocoso? -preguntó Jimin en voz alta, mirando mal a Jeon.

- Desgraciadamente si, imbécil. Te hubieras quedado tú en casa. -el mayor bufó y rodó los ojos- ¿Puedes dejar de respirar, nenita?

- Mejor deja de respirar tú, así nos haces un favor a todos. Hijo de puta.

- Hiji di piti. -movió sus manos exageradamente y los cinco chicos más que iban en la camioneta comenzaron a reírse.

Porque maldición, la tensión sexual que había entre Jungkook y Jimin era demasiado notoria, desde las miradas que se daban, los roces sin querer y los insultos que se decían prácticamente las 24/7.

Namjoon y Jin reían, ellos ya habían ido a la casa antes y con los demás, excepto Jungkook y Jimin, habían planeado dejarlos encerrados en una habitación con algunas cosas dentro, como para que los dos individuos descargaran toda esa tensión que a veces llegaba a ser tan molesta para los demás.

- Hemos llegado, nenitas. -anunció Namjoon, desabrochándose el cinturón.

Todos bajaron y caminaron juntos hasta la enorme casa, adentrándose rápidamente y comenzando a inspeccionar, dándose cuenta que algunos focos andaban y que sería un buen lugar para pasar el tiempo si lo limpiaban un poco. Aunque aún tenía un toque escalofriante.

- ¡Chicos, miren lo que encontré! -llamó Seokjin desde el piso de arriba, preparándose para lo que seguía a continuación.

- ¿Qué es? -llegaron todos empujándose al mismo tiempo.

Siguiendo el papel que les tocaba, Yoongi empujó a Jungkook dentro de la habitación y Hoseok hizo lo mismo con Jimin, Taehyung los encerró bajo llave y todos comenzaron a reír bajo los gritos que los dos chicos dentro de la habitación soltaban.

- Joder, sáquennos ahora, no pienso estar en el mismo espacio que este imbécil. -soltó el de pelo morado golpeando la puerta con fuerza.

- ¡Yo menos! Abran la maldita puerta. -exigió Jungkook, uniéndose a los golpes.

- Hasta que no descarguen esa tensión entre ustedes, no saldrán de aquí. Les dejamos unos juguetes en el armario, pásenlo bien. -los demás rieron- En un par de horas volvemos.

Seguido de eso se escucharon las risas y los pasos alejándose cada vez más hasta que una puerta se abrió y se cerró, dando paso al silencio e indicando que al final los chicos sí se habían ido. Ambos entraron pánico.

- ¡Mira lo que ocasionas, imbécil! -el más bajito golpeó el pecho de Jungkook.

- ¡Esto es tu culpa, actúas como un maldito niño! -le recriminó el castaño.

- ¿Quién te crees, idiota? -Jimin se acercó aún más a Jungkook, porque ninguno pensaba ceder.

- Jeon Jungkook, enanito. -también dió un paso adelante.

- Te odio, hijo de puta.

- Repítelo hasta que te lo creas, florecita. -para este punto ya estaban casi rozando sus labios.

Jungkook no lo resistió más y terminó juntando sus labios con los de su hyung, quien se resistió en un principio, pero al tener las manos de Jeon apretujándole el trasero soltó un gemido y la lengua del mismo se adentro en su boca, dejándolo derrotado.

Media hora después, ahí se encontraba el mayor de los dos sobre la cama, desnudo, con las manos atadas sobre su cabeza y los ojos vendados mientras Jungkook se acercaba a él con un juguete en sus manos, mañana le agradecería a los chicos por esto.

Hanker Sore {Kookmin One-shot​)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora