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Estaba apoyada en una de las barandillas de la gran carretera, mis ojos estaban cansados y mi pelo castaño estaba mas sucio de lo normal.
Notaba el frío tacto de la barandilla, estaba humeda y lisa, como si alguien lo hubiera pasado con una plancha y después lo hubiera recubierto de hielo.
Era de noche, miré mi reloj de muñeca y marcaba exactamente las 3:16 de la mañana, mi coche como es de suponer estaba parado en una esquina de la carretera sacando humo por el capó.
Entorne los ojos algo irritada, no me gustaba que me pasaran estas cosas y menos así de repente, y mucho menos a las 3 de la madrugada.
Mi respiración se agitaba cada vez que pasaba la flechita del reloj a otro numero, perdido y solo, como lo estaba yo.
Había pasado 10 minutos y no había ni un solo coche que pasara.
Toda la carretera parecía desértica, solo se le podía oír los grillos cantando y disfrutando de la vieja noche.
Me senté en la carretera, estaba reventada y mis manos se enfriaban al notar el aire soplar.
Mi único remedio era esperar.
Segundos, minutos incluso horas esperé , cogí mi móvil , como era lo más obvio no tenía cobertura.
"Porqué me tiene que pasar esto a mí?!" - pensé.
Rebusque entre mi bolsillo, y cogí los auriculares que me compró mi prima de Italia.
Lo conecté al movil, fui a "Descargas"  y seleccione "You Know I'm No Good" de Amy Winehouse.
La verdad que estube enganchada a esa cantante desde siempre, y empeze a tararearla mientras veía las farolas iluminar un trozo de la carretera.
De pronto oí un temblor en el asfalto de la carretera, levanté la mirada hacía la izquierda y vi que se acercaba un autobús desde lo lejos.
Me levanté tan rápido que uno de los audifonos se cayó, eleve mis brazos y empeze a moverlos.
Quando el autobús avanzaba , cada vez era más grande, hasta el punto que pensaba que me aplastaria.
Cuándo estuvo a unos seis metros de mí paró.
Miles de sensaciones de alivio recorrió mi cuerpo "Gracias a Díos" - pensé.
Vi que no llevaba mi móvil en mi mano, vi hacía el suelo, y lo vi espachurrado en la carretera , lo cogí y me lo guardé.

De repente las puertas se abrieron, como dos grandes alas de mariposa.
Miré al conductor, era un hombre de media edad, tenía una estatura un poco encorbada  y se le notaban las canas de su pelo negro.

- Hola, ¿Qué hace una señorita aquí a éstas horas? - Dijo con una entonación algo ronca.
Le conté detalladamente lo sucedido con él coche, sus ojos eran de un color marrón café, y se le veía alguna que otra imperfección en su piel.
Después de contar la odiosa Odisea, le pregunté si podría pasar como mucho una noche.
El encantado, aceptó con una sonrisa en sus labios.
Me dirigí hacia un asiento, estaba aturdida por la falta de sueño y casi no podía ni moverme.
Reconocí por inconsciencia qué había gente, pero en ese momento estaba silencioso y se oían algún mormuro o ronquido.
En ese momento cerré los ojos, ahora solamente me quedaba llegar a la ciudad y todo el sufrimento se habrá esfumado.
Sonreí.
Y me dormí.

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⏰ Última actualización: Apr 26, 2017 ⏰

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