El escorbuto

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¿Qué esconderán sus costillas o su torso desnudo? Seguramente alucinógenos, pues cuando me sumergo entre su piel, acaecen una serie de fenómenos que acaban por devenirme en una serie de átomos dispersos y confusos. Siempre me encarcelo presa de mis culpas y yazco lívida entre los mares custodiados por los guardianes de la duda, lugar donde se sublevan las sirenas contra los príncipes y entonces, me quedo inerte salvo por un leve temblor, que es el de mis pestañas cuando se deciden por pedir ayuda. A veces, pierdo el rumbo y ya no sé si quiero quererle, odiarle, o tirarme por la borda y seguir hundiéndome entre dudas hasta ahorcarme con un alga, pero de nuevo ha sido el escorbuto porque me faltan besos y entonces, me pican las ganas de buscarle como si fuera un parásito y corroyéndome la piel me hubiese causado sarna.
Aunque, algo que tengo claro es que no hay nadie igual que haga a mis arterias tocar una canción con mi corazón, pues puedo asegurar que cuando nos miramos, se nos iluminan las miradas como si tras las córneas se nos escondiese criptón.

Escóndete entre mis versosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora