Capítulo 1 :La pista de patinaje 104 dias antes.

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 Conocí a Luke King en la tarde del dos de enero del 2012. Era un día frió pero el sol en lo alto del los cielos de Stratton, Maine te brindaba un calor reconfortante. Apenas entrando el nuevo año a Sarah le entro la fascinante idea de robar las llaves del auto de su aun ebrio padre por las fiestas de año nuevo y escaparnos a patinar a la pequeña pista del centro de la cuidad.
Se suponía que abrirán hasta el diez de enero después de las vacaciones navideñas, pero Sarah como toda una experta, sabía perfectamente de qué manera podíamos cruzar el cerco alto de la entrada, así que si no nos atrapaban y no pasábamos la noche del dos de enero encarceladas, todo parecía que iba a salir bien.
Una vez ambas estábamos al otro lado de la cerca y el hielo resbaladizo de la pequeña pista de patinaje se posó ante nuestros ojos, nos decidimos a ponernos nuestros patines y entrar a deslizarnos sobre el hielo.
En mis 18 años de vida había patinado un par de veces, pero la verdad era que nunca lo dominaba por completo, sin embargo Sarah era como si desde que abrió los ojos por primera vez su vida fuera el hielo. Se movía libremente por la pista despeinando su cabello negro caoba y sonriendo ampliamente mientras yo me deslizaba con torpeza por la orilla de la pista aferrándome con las uñas para no caer y topar mi trasero con el hielo.
-¡OH VAMOS, EMMA! ¡ASÍ NUNCA APRENDERÁS!- Grito Sarah mientras se acercaba a mí para tomar mis manos y jalarme hacia el centro de la pista.
-¡NO, NO! ¡¿QUE ACASO ESTAS LOCA?!.- Mis ojos se agrandaron y mis manos se aferraron a las suyas con fuerza mientras mis pies se deslizaban trabajosamente.
-No viniste aquí para pasártela como poste en una esquina
-De hecho, no sé por qué vine contigo.- Le reclamé y ella puso los ojos en blanco
-Si caes, yo caigo contigo ¿Lo recuerdas?
La mire un firme instante y asentí.
Había conocido a Sarah Davison en una pista de patinaje cuando tenia 7 años, había sido mi primera vez encima del hielo y como les había dicho Sarah había parecido un ángel volando majestuosamente sobre el hielo, aun a sus cortos 7 años. Me había querido enseñar a patinar y solo terminamos en el hielo ambas, yo con un tobillo roto y ella con una fea cortada en el hombro ocasionado por el filo de mis patines.
Se puede decir que a partir de ahí nos hicimos mejores amigas, quiero decir, qué mejor manera de conocer a tu compinche que en un accidente en una pista de patinaje.
Me había aferrado con fuerza a las muñecas de Sarah y sentía como pies comenzaban a avanzar por el hielo lentamente cuando una voz hizo que Sarah saltara de un susto y me soltara haciendo que cayera en mi trasero y ella se topara en el hielo de igual manera.
-¡OUW!-chillamos ambas al mismo tiempo haciendo una mueca de dolor.
-¡OIGAN! ¡¿QUE NO VIERON QUE ESTA CERRADO?!
La voz masculina me llamo la atención y por primera vez en mi vida sentí un escalofrió en mi piel al escuchar esa voz profunda, algo en ella me causaba un temblor en todo el cuerpo. O quizás era el hielo que estaba mojando la parte posterior de mis Jeans.
Traté de ponerme de pie en un intento fallido y mire como Sarah se levantaba sin ningún problema pero de repente estaba demasiado ocupada averiguando quién era ese tipo como para ayudar a su mejor amiga quien casi se meaba del frió sobre el hielo.
-¿Y té qué? ¿cómo entraste acá?- Pregunto Sarah con firmeza mientras se acercaba a la orilla en donde se suponía que estaba el tipo, me encontraba de espaldas a ellos asi que no vi muy bien de donde había llegado.
-Casualmente, cariño, yo trabajo aquí.
La voz de curioso hombre/Adolescente lo que fuera hizo que otro escalofrió recorriera mi piel, en un instinto quise levantarme de nuevo cayendo más fuertemente sobre el hielo de nuevo. Escuche alguien acercarse a mi y suspire de alivio al saber que Sarah había terminado de interrogar al tipo y había venido a mi rescate, cuál fue mi sorpresa al encontrar un par de converse desgastados frente a mí. El chico tenia el cabello rubio, una piel pálida y unos ojos verdes como las hojas de los arboles en primavera. También tenia una mano extendida hacia mí, la tomé con un poco de inseguridad y él me puso de pie con un jalón.
-No deberían estar aquí, se supone que abrimos hasta el diez.-Dijo el chico
-Eso ya lo sabemos.- Dijo Sarah mientras se aproximaba hacia nosotros
-Bueno, si ya lo sabían ¿Cómo carajos entraron?- Dijo el chico mientras posaba sus ojos verdes en Sarah
-Brincamos la cerca
La verdad había salido de mi boca antes de que la analizara, Sarah me vio con ojos muy abiertos y una expresión que decía "Te voy a matar si sigues hablando". El chico de ojos verdes me miró un tanto extrañado por mi sinceridad de seguro y después negó levemente con la cabeza.
-Sus nombres.- Dijo el chico con voz firme
-¿Qué?.- Dijo Sarah horrorizada.- ¿Nos vas a denunciar o algo así? Por que si es así, me llamo "Andate a la mierda, Rubio del carajo".
Miré a Sarah y sentí que a mis mejillas se les subía un color carmesí, ella rodó los ojos y soltó un suspiro de enfado mientras que el rubio soltaba una pequeña carcajada que yo misma considere sacada del cielo.
-No, no las denunciaré si me dicen su nombre.- Dijo él con una leve sonrisa de lado que nos mostraba un pequeño hoyuelo en su mejilla izquierda.
-Soy Sarah.- Dijo secamente
El chico me volteo a ver y me aclare la garganta.
-Soy Emma.-Dije tímidamente.
-Emma...-Repitió él en un murmuro
-Sí, Emma. ¿Qué nunca habías oído ese nombre?.- Preguntó Sarah con algo de molestia en la voz. Casi podía ver el odio hacia este chico crecer en su interior.
-Sí, lo he oído. Así como he oído a mi jefe decirme millones de veces que nunca deje que alguien entre cuando no estemos abiertos. Así que si no es mucha molestia, les pediré que se retiren.
El chico tenia una voz bastante firme, me preguntaba de pronto cuál seria su nombre.
-Tu nombre.- Dije un poco más alto de lo normal, ambos me voltearon a ver un poco confundidos.- Tu... Tu nombre, ¿cuál es?.- Le dije un poco nerviosa.
-¿Es necesario?.- Pregunto el levantando una ceja
-Tu conoces el mio.- Replique
-Es Luke, Luke King.
Luke King, repase y grabe el nombre en mi mente miles de veces ese día. Aun en nuestro regreso a casa en el auto, mire por la ventana durante todo el camino de regreso, solo repitiendo el nombre de el chico, Luke King, Luke King.
Luke King.
El nombre parecía tan normal, tan sin sentido. No tenia ni idea

Cómo reparar un corazón en 128 díasWhere stories live. Discover now