Fuerte

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Me encontraba cortando las verduras para cocinar un salpicon, esta noche sería la noche en cuál le iba a contar a Gero la noticia, me sentía nerviosa

La noche anterior fue una noche hermosa, era nuestra segunda semana viviendo juntos y todo iba más que bien

El había llegado con un ramo de girasoles

Me reí acordándome la situación

                            **

Sentí como la puerta se abría y lo primero que observe fue un ramo de girasoles enormes, yo me quedé helada viendo la escena

Detrás de el apareció un Geronimo sonriente, tan sonriente que me contagió la estúpida sonrisa a mi

-¿Qué haces? - le dije mientras me levantaba del sofá y me acercaba a el

-Felices dos semanas de convivencia- me dijo en un susurro cuando me tuvo en frente

Sonreí mientras admiraba los hermosos girasoles

-¿Cómo sabías que eran mis preferidas? Que yo sepa nunca te lo dije - comenté distraidamente mientras se las sacaba e iba a la cocina para ponerlos en un jarrón

Sentí su presencia tras mío mientras ponía sus manos al rededor de mis caderas y ponía su cabeza en mi hombro

Primero un beso tras mi oreja, luego otro en el cuello...Y repitió el mismo proceso del otro lado, un suave suspiro se escapó de mis labios y sentí su sonrisa sobre mi piel sensible

-Quizá no me lo dijiste, pero se observar - me dijo Gero mientras me agarraba mi mano y acariciaba mi tatuaje de un girasol que se encontraba en mi muñeca

Yo me reí y la observe también,  la tenía hace años

-Lo que si no entiendo es el porque de que te gustan tanto - continuó el mientras me giraba poniéndome de frente y me ayudó a subir sobre la mesada y el se puso entre mis piernas, listo para esperar una respuesta

- El girasol refleja la fe inquebrantable - comencé a explicarle mientras lo peinaba para atrás con mis manos distraidamente - cuando mis padres fallecieron tenía dos opciones, o derrumbarme del todo o volverme más fuerte...

-y te volviste más fuerte - me dijo en un susurro

-Me volví más fuerte - coincidí - El girasol se mueve siguiendo a la luz que le da vida, el sol. Yo decidí seguir mi propia luz, como un girasol, decidí seguir el arte...que me salvó, me dio vida. - concluí

Mis padres habían fallecido en un accidente automovilístico cuando yo tenía 13 años, al no tener hermanos me quedé totalmente sola. Ninguna de las dos familias se quisieron hacer cargo de mi y pase los últimos cinco años en un orfanato, por suerte mía no fue tan malo como se cree...si, estaba mal, muy mal, pero en el orfanato conocí gente increíble que me ayudaron a seguir adelante con mi vida, como mis padres hubiesen deseado. Me dieron una casa, una nueva familia y un futuro. Hoy diez años después soy profesora de danza en ese hermoso orfanato, el cual me hizo enamorarme de esta carrera y la cual quería vivir toda mi vida para poder llevar esta energía a miles de chicos que lo necesitan

Volví a la realidad cuando sentí la mano de Gero que me acomodaba un mechón tras mi oreja , lo mire y el me sonrió

-Estoy tan feliz de tenerte en mi vida, me haces feliz - me dijo con una sinceridad que mi corazón explotó de amor - en este momento me siento un girasol, y vos sos mi sol, quiero que me des luz siempre

-Siempre - le dije agarrandolo de ambas mejillas y separando la poca distancia que había entre nosotros , lo necesitaba

- Siempre - susurraba el contra mis labios

Metió sus manos dentro de mi blusa y me acariciaba mi piel delicada en círculos

Lo necesitaba, en ese momento

Me separe de el para sacarme la remera y el me sonrió, sus ojos brillaban tanto...el también me deseaba casi tanto como yo

Puso sus manos sobre mis pechos y volvió a besarme, mis manos iban y venían de su pelo hasta sus mejillas

Busqué el dobladillo de su remera y cuando lo encontré lo tire para arriba de manera que se lo pueda sacar, cuando lo hice me tome el tiempo de observarlo

No podía creer que este hombre era real, sus abdominales parecían dibujados...tan perfectos, al subir a su rostro el me estaba mirando con una lujuria palpable, y me sonrió

-Te necesito, ahora - dijo, más que una petición fue una orden

Y yo estaba feliz de obedecer.

                           **

Sentí un ardor en mi dedo, maldita sea me había cortado, todo por culpa de Geronimo y mis recuerdos de la noche anterior

Escuche el sonido de unas llaves abriendo la puerta principal, era hora

Gero ya estaba en casa.

Buenos Días, Amor 《Gero Peguino》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora