La habitación se encontraba a oscuras a excepción del centro donde se hallaba una mesa rectangular de madera, esta se encontraba con una especie de metales a los costados de cada punta, podía interpretarse como ese instrumento de tortura medieval reconocido como "el potro" a diferencia de que esté no tenía los clavos para lastimar a la víctima ni la ruleta que ejercía el desprendimiento de los miembros, solo era una mesa de madera y un arreglo de metal, pero para lo siguiente era un monumento de la sensualidad y el erotismo mezclado con un objeto de cocina y un artilugio
TaeMin tiembla de ansiedad en cuanto unas manos frías le toman de los costados, obligándolo a caminar hasta el centro del deseo y subirse boca arriba en la mesa, tendiéndole sumisamente los brazos a su amo que escondía su rostro bajo una máscara de latex, haciéndolo más interesante cada vez
Muerde su labio cuando esté le pone las esposas en ambas manos y pierdas, jalando sus extremidades para atar las esposas a los costados de la mesa, justo donde se encontraban los metales, no permitiendo la movilidad de esté, cuando TaeMin arquea la espalda extasiado, MinHo palmea su vientre para que baje la pelvis y se concentre en el juego
Obedece en cuanto ve al mayor tomar de los estantes del cuarto un antifaz de seda rojo, colocándoselo para privarle de la vista, entendió que solo quería que se centrara en las sensaciones que estaba por experimentar, cada día era un nuevo juego con MinHo y eso le emocionaba pues todos los días esperaba impaciente la llegada de esté para desnudarse y salir corriendo al cuarto
MinHo toma una fusta del mueble cercano a la mesa y lo pasea por la mesa, sin tocar la piel de TaeMin, haciéndolo jadear porque esté sentía la presencia y escuchaba los movimientos de esté, queriendo quitarse el maldito antifaz para poder observar con detenimiento cada cosa que esté hacía
Pero se limitó a decir cualquier cosa, no quería que el juego acabara pronto con unos simples azotes en su piel, quería que MinHo explorara sus límites
— ¿Estás caliente, no es así? – murmura aún con la máscara puesta –
— Sí.. – un azote resuena en su muslo derecho, sobresaltándole –
— ¿Cómo? – cuestiona dándole otro azotito en el vientre –
— Si, amo – MinHo asiente satisfecho, palmeando el área golpeada del menor –
— Veo que todavía te cuesta acostumbrarte a las normas, tendré que recordártelas – alza orgulloso el brazo y comienza a darle cuerizas insaciables por todo el cuerpo, incluso uno de los azotes llego hasta su entrepierna lo que hizo al menor arquearse de placer, chillando porque atendería su centro de deseo, pero MinHo no iba a ser tan gentil esta vez –
Deja la fusta a un lado y se dirige a la estantería por unos tapones anales y un lubricante que compró semanas atrás
— Vuélvete a mover y te colgare para azotarte hasta dejarte rojo como la sangre – pellizca las cachas de esté, advirtiéndole –
El menor traga saliva, asintiendo
— Si, amo –
MinHo abre el bote de lubricante y mete parte del tapón anal para que se humedezca, esparciendo bien el líquido por toda la superficie, mira al menor sudado y completamente a su merced, dispuesto a experimentar los más grandes placeres que existen
Mete de golpe dos dedos en el ano de esté, moviéndolos de arriba abajo, como un sube y baja, profundizando cada vez más hasta que esté suelta un grito de placer cuando los dedos del mayor rozan su próstata
MinHo frunce el entrecejo, no le había dado permiso para gemir ni nada
— Calla – ordena frívolo, dándole un azote en el muslo –
Saca los dedos llevándolos a la boca del menor para que los lama gustoso, imaginándose que es el miembro de MinHo, haciendo succiones pequeñas de vez en cuando hasta que esté saca los dedos
— Ahora, voy a jugar con tu entrada y tu guardaras silencio ¿entendiste? –
— Si, amo –
— Tienes prohibido correrte hasta que lo diga, como lo hagas te azotare –
— Si, amo –
Entusiasmado, el pelinegro toma el tapón anal y de poco en poco lo va introduciendo en la cavidad de esté, viéndolo desde su posición las muecas que hace el menor, como se sujeta fuertemente de la cuerda para evitar arquearse o como muerde su labio hasta hacerlo enrojecer de la presión con tal de no sacar ningún jadeo
Eso excitaba a MinHo que ya sentía su miembro durísimo bajo la tela de sus jeans, solo era eso, esperar a que el menor llegara a su punto máximo de placer para que esté pudiera penetrarlo
En cuanto esté tiembla involuntariamente por la sensación del tapón, el mayor activa esté con un control y el aparato empieza a vibrar, enviando sondas que terminaron por hacer chillar al menor, dejando escapar un fuerte jadeo
MinHo sonríe, sabiendo que ese día podría dejar la piel de TaeMin tan roja como se le diese la gana, pero antes tenía que saciarse él
Baja sus jeans y saca su miembro, sacando de golpe el tapón para dar paso a su pene en la entrada del menor, rompiéndolo por dentro hasta llevarlo al climax
Sería una noche muy interesante.
ESTÁS LEYENDO
ROOM 696 - 2MIN
Fanfiction"Nada de lo que ocurra en la habitación debe salir de aquí"