Unico

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Era el cumpleaños número 18 de Yuri "El hada rusa" y habían quedado con Víctor y Yuuri en un Bar para celebrar la ocasión.

-¡Felicidades, Yurio! - habla un alegre Víctor - ¿Qué sientes al ser ya mayor de edad?

-¿Tantos siglos han pasado desde que tú cumpliste los 18, que necesitas preguntarme  a mí? anciano. Ya estando harto comenzó a beber de la ronda de alcohol que encargaron al llegar al local.

-¡Yuuri, ¿ya viste? Acaba de llamarme viejo, fósil, reliquia y quién sabe cuántas cosas más- comenta con indignación-

-¿Ah? Yo nunca dije eso, anciano.

-Víctor, Yo escuche todo y no recuerdo que Yurio dijera tales cosas sobre ti.

- ¿Ya vez? Hasta el cerdo sabe que eres un mentiroso, tal vez por cada mentira que dices se te cae el cabello, y por eso estás quedando CAL-VO - Añade con burla el joven rubio.

-Yo no estoy calvo, ¿cuántas veces tengo que decirlo?- ya harto el peliplata.

-Hasta que tú te lo creas- ríe Yurio.

-Ya fue suficiente burla por hoy sobre la calvicie de Viktor, Yurio- Yuuri no se aguantó más y soltó una pequeña risa, ocultándose un poco tras el vaso de alcohol que se llevó disimuladamente a los labios.

-¡Yuuri! -ya con reproche, inhala y exhala un poco - Bueno, dejando de lado el tema de mi "calvicie", ¿Cómo vas con Otabek? Escuche por ahí que no iban muy bien.

El rubio se endereza poniendo un semblante serio -Pues nada bien, lo notaba raro, las cosas ya no eran como en aquellos buenos tiempos y la distancia no ayudo mucho, así que decidimos terminar- Ya algo decaído, Yurio se tomó de un solo trago lo que le restaba de licor en su vaso.

Yuuri, al darse cuenta que no era nada bueno tocar ese tema por el momento, decidió intervenir- venimos aquí para celebrar, no para ponernos tristes, vamos a beber un poco.

• • •

Pasadas las horas y pasadas las copas, se acercaba el momento de regresar a sus respectivas viviendas, pero al estar los tres ebrios; unos más que otros, sucedió lo siguiente:

- Y-yo, yo que le di tantos años de mi juventud, y con eso me paga el muy maldito, ¿abandonandome?- dice el rubio lleno de tristeza y enojo.

-P-pero ¿que no habías dicho, q-que decidieron terminar? – Pregunta dudoso el pobre Yuuri.-

- ¡C-claro que no!- escupe molesto éste - El maldito me dejó por otro; la distancia fue su excusa. Por eso, nunca creas en un Kazajo, que esos si no te roban el corazón, te roban los calzones, pero algo te han de robar- dice sosteniendo con fuerza lo que antes era un vaso y ahora una botella a más de medio beber.

-¡Pobre de ti, Yurio!, pues bien dicen, que un clavo saca a otro clavo- comenta Viktor, abrazando con fuerza a su amigo.-

-Pues yo ahora vengo, que voy al baño- Yuuri ya con prisa se retira-

-...Pues mirándolo bien, Yuuri no es un mal clavo - dice al ver al nipón retirarse de donde estaban.

-Ah no, eso sí que no. Yuuri es MIO, y no pienso compartirlo con nadie más.

- Vamos anciano, tú ni para el arranque has de servir, ya estas viejo.

-Pues pregúntaselo a él, que según tú no sirvo para el arranque, pero bien que lo hago gemir y que me pida más- Comenta orgulloso.

-Si a él le pusieran a elegir entre los dos, es más que claro que me elegiría a mí.

-Sigue soñando.- Suelta una pequeña carcajada en forma de burla.

¿A quien eliges, Yuuri?   •|One shot|•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora