triple xxx 🍰 yoonseok

PAGE FIVE

Subió más la bufanda, tapando su nariz. Tratando de que el frío viento no tocara su rostro.

— ¡Hyung! — un chillido se escuchó por los pasillos, llamando la atención de la gente que pasaba por allí, directo a sus aulas.— ¡YoonGi hyung!

El pelinegro rodó los ojos, sin dejar de caminar acomodó la mochila en su espalda.

— ¡Hyuung! — Esta vez la voz sonó más cerca. Junto con unos apresurados pasos.— ¡Hyung le estoy hablando, no se haga! — Jimin volvió a chilar, colocándose a un lado del pelinegro.

— Lo sé. — Fue lo único que se limitó a decir YoonGi. Sin siquiera darle una mirada al más bajo.

— Hyung, usted es realmente un i-

— ¡Hello my ladies! — Un emocionado y feliz TaeHyung se metió entre medio de los dos más bajos, pasando sus brazos por los hombros de estos.— ¿Cómo están, hyungs?

— Estaba bien hasta que llegaron.— YoonGi murmuró, metiendo las manos al bolsillo de su abrigo.

— Uh, usted siempre tan amargado hyung.— Taehyung soltó los hombros ajenos, para pellizcar la pálida mejilla del mayor, recibiendo una mirada de muerte por parte del pelinegro.

— No me toques, Alíen. — Gruñó.

— Uy, que delicado el niño.— TaeHyung Rió burlesco.

— Al aparecer esta en sus días. — Jimin se encogió de hombros divertido.

— Pues si esta así. — Apuntó al mayor.— Entonces todos los días esta en sus días. — Taehyung comenzó a reír, al igual como lo hizo Jimin. Chocaron los cinco.

— Jodanse. — La ronca voz de YoonGi sonó molesta.

Caminó con rapidez, queriendo llegar rápidamente a su aula.

— ¡Yah, hyung! No se enoje. Era solo una broma. — TaeHyung le gritó a lo lejos, aún riendo junto al pelirosa.

— Iri sili ini brimi. Broma mis pelotas. — El pelinegro murmuró para si mismo, entrando a su aula sin mirar a nadie.

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— Y así fue como terminé completamente desnudo en el patio de la casa de mi vecina. Fue realmente traumante. Nunca vuelvo a salir con MinHo hyung, me da cosas que no se que son y luego término en cualquier parte. Quizás y hasta me han violado y yo no tengo ni idea.— El castaño dramatizó, caminando junto con sus dos mayores hacia la cafetería.

— Quizás y por eso ahora tienes el orto así de grande.— Jimin con sus dos pequeñas manos hizo un circulo.

— No, no. Claro que no mijo, aquí yo no soy pasivo, soy completamente activo. Yo debí de haber dejado a la persona que me violó así. Por favor, perra.— TaeHyung hizo un movimiento con sus manos, tirando su castaño cabello hacía atrás.

— Si, cierto... que la tienes tan grande. Se me olvida. — Jimin ironizó, rodando los ojos abriendo la puerta de la cafetería.

— ¿No me crees? ¿Quieres verla para que creas? — El castaño empezó a desabrocharse su pantalón levemente herido en su orgullo.

— Iré a comprar mi almuerzo. — Fue lo único que murmuró YoonGi, alejándose de los dos chicos raros. Ninguno prestó atención, completamente sumidos en su conversación sentándose en su típica mesa.

El pelinegro rodó los ojos, suspirando. Esos chicos realmente eran un desastre, pero aún así, les tenía afecto. Sin ellos quizás seria un forever alone.

Revisó su teléfono mientras esperaba en la fila su turno. Su aliento se fue cuando una risa conocida para sus oídos llegó a sus oídos. De reojo, miró la inolvidable silueta de Hoseok.

Tragó saliva, relamiéndose los labios.

YoonGi, relajate, respira. Inhala... Exhala, inhala... Exha- santa cachucha, viene hacia acá.

¡RESPIRA YOONGI, RESPIRA! NO ENTRES EN PÁNICO. NO, NO.

¡EMERGENCIA! ¡SE NOS MUERE! ¡YOONGI SE NOS MUERE! ¡LLAMEN AL 911! ¡ALERTA, ALERTA!

Un Hoseok sonriente se posicionó detrás del pelinegro, hablando junto con un chico de cabello castaño.

YoonGi suspiro, teniendo la misma cara indiferente de siempre, pero por dentro estaba muriéndose. Los recuerdos del sábado llegando a su mente, el vídeo, los gemidos del menor, su cuerpo. Mierda.

— U-Uh, disculpe. — Una delicada mano tocó su hombro, a lo que YoonGi saltó al instante, alterado al darse cuenta quien era.— La fila avanzó.

— Oh, si, lo siento. — YoonGi, habló como si la voz y la sonrisa del menor no le hubieran afectado en lo absoluto.

— Si, no se preocupe. — Hoseok asintió, dando por finalizada la conversación.

YoonGi tomó su bandeja con la comida pedida, caminando a su mesa con las piernas levemente temblorosas ante el momento vivido.

— ¡Eh, hyubg! ¡Haftah qe fuelfe! — TaeHyung habló con la boca llena.

— ¡Taejiung! Noh haflef con la boja shenah. — Jimin reprochó al castaño, haciendo lo mismo que este.

— Callense los dos. — YoonGi los calló, empezando a comer. Por el rabillo del ojo pudo ver como Hoseok se sentaba unas mesas más lejos que el, pero justo frente suyo.

Dios, ¿Qué te hize yo para merecer esto? ¿Mi existencia es tan mala?

El pelinegro bufó. Estando a punto de meterse una cuchara a la boca, cuando se le ocurrió algo.

— Oigan, ¿Ustedes conocen a un tal Hoseok? — YoonGi metió la cucharada a su boca, mirando con falso desinterés a los menores.

— Uh, ¿Hoseokie? — TaeHyung apenas escuchó ese nombre miro al pelinegro, asombrado.— Si, va en nuestro curso. ¿Porqué? — Como siempre, el TaeHyung curioso salió a la luz.

— No, por nada. Era simple curiosidad.

— ¿Le gusta, hyung? — Jimin sonrió pícaro, levantando una ceja.

— No, claro que no. — YoonGi hizo una cara de asco, volviendo a meterse una cucharada a la boca, ignorado a los menores que les sonreían coquetos.

— Claro, y yo soy hetero.— Jimin Rodó los ojos.

— Oh, ¡Hoseokie hyung! — TaeHyung llamó al pelirosa cuando lo vio pasar cerca de la mesa, llamando la atención de este al instante, quien le regalo una sonrisa, yendo hacia ellos.

Santa Maria Teresa de las mercedes, estaba. Jodido.

El pelinegro se atoró con su comida, colocándose completamente rojo ante la falta de oxígeno.

¿Qué mierda estaba haciendo el alíen estúpido ese?

— ¿Qué haces? — La voz de YoonGi sonó más ronca de lo normal y entrecortada.

— ¡Hola! — Hoseok sonrió, mostrando su perfecta hilera de dientes blancos.

Haciendo recordar al pelinegro los gemidos que habían salido de esta y lo que podría hacer con esa boca. Su polla metida en esa cavidad.

Puta madre, se le paró.

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Perdonen la falta de ortografía y la kk de capítulo pero estoy que me muero de sueño. Faltan 20 minutos para que sean las seis de la mañana y mañana tengo que levantarme temprano 😢, pero no importa. Todo por ustedes.

Las amo con mi corazón de panda salvaje, bais mis amores😘💖💖