Las Calaveras y la legión de los ancestros.

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Continuación...

-Tu sabes hijo  las responsabilidades  de ser una persona como yo; pero vamos chaval cuéntamelo, que ha pasado mientras he estado ausente.- en ese momento recordé todo y pensé en que decir. 

Mi padre recibió una  llamada a lo que me hizo una señal que esperara un momento y salió de la cocina, me quede esperando un largo tiempo así que me fui de la cocina.

Al estar en mi cuarto y ya con  las maletas listas espere solo a que Mario pasara junto con sus padres, estaba harto de estar en la casa sin estar recibiendo un reclamo o orden  por parte de mis padres sin algún motivo alguno. El móvil comenzó a sonar y vi que era una llamada de Mario, así que me asome por la ventana viendo a los padres de mi amigo en la acera en dirección al departamento; sonó el timbre a lo que cuando salí del cuarto mi madre estaba recibiendo a los padres de mi amigo.

-buen día señora Silvia -saludo cortésmente la madre de Mario.

-buen día, pasen.- respondió mi madre haciendo una señal para que pasaran.

Mi padres y los de Mario  ya se conocían, ya que la madre de Mario es una periodista que trabaja para el periódico más importante en Madrid y sabe todo sobre el ámbito político en el que esta mi padre así mismo como  el de mi madre.

-esperamos no molestar mucho a temprana hora.- señalo la madre de Mario

- claro que no – respondió mi padre entrando a la sala.

- bien Ares, que te parece si te despides de  tus padres.- asenti y fui con Mario a mi cuarto por la maleta.

Mientras estábamos en el cuarto le dije lo que sucedía con mis sueños raros y Mario me dijo que podía ser tanto encierro que ponía a marchar mi cerebro con tanta imaginación. Salí con mi amigo  del cuarto y mi padre preguntaba a su madre hacia donde salíamos y ella menciono Toledo, a una pequeña zona donde tenia una casa para reposar.

La cara de mi padre al ver que no había mencionado nada de una salida le disgusto pero como mi madre estaba de acuerdo no se opuso a nada.

- Vamos chicos que nos espera un gran viaje- tomando nuestros hombros dirigiéndonos a la puerta.

Durante el viaje nos la pasamos  conversando, al igual que me explicaban los grandes atractivos de Toledo. Ya que la ultima vez que había ido solo tenia 8 años.

Al poco tiempo del viaje Mario se quedo dormido y comencé a jugar con el PSP, valla chaval que tenia de camarada si el viaje a lo mucho es una hora.

- hemos llegado.- dijo la madre de Mario.

Me despiste del videojuego y comencé a apreciar la bella postal y con una mano comencé a tomar a jalones al perezoso que tenia junto a mi. Era una hermosa ciudad medieval con grandes casas de tejo y calles bellamente empedradas con un escaso numero de carros a comparación de otra ciudad, pero con motonetas muy molas.

-¡joder tio!, valla forma de despertarme.

Nos estacionamos un poco lejos del centro, ya que las calles eran muy estrechas, comenzamos a divagar entre las calles mientras los padres de Mario  compraban víveres y otras cosas para la casa a las afueras de la ciudad. Y nos reuniríamos con ellos en un par de horas.

-¡hey chaval! Vamos a emprender una misión de descubrimiento ¿que decís?.

-¿que tenéis en mente?, espero no nos traiga problemas como casi siempre.

Por algún motivo estando nosotros juntos con nuestras ideas insólitas, nos convertían en un verdadero imán para los problemas. Así que primero debo averiguar que trama este tío antes de tener problemas.

-¿habéis oído hablar de la orden de los temple?.- espeto Mario con una cara sarcástica de incógnita.

-lo único que se es que habrían sido una orden al la protección de tierra santa, ¿pero que tienen que ver esos tíos con esta ciudad?.-comente con algo de ignorancia.

-cierto chaval, se dice que un grupo de ellos llegaron a España en el siglo catorce o trece y ocultaron grandes tesoros en esta antigua ciudad.- su ambición ilumino sus ojos como nunca antes.

-y bueno... Por donde empezamos.-le incite a Mario para acabar rápido con este juego.