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Madrid, España.
Actualmente.

Le pereza es mi mejor aliada, películas, televisión, videojuegos, escuchar musica, ¡vamos!, que mas puedo pedir de un gran inicio de vacaciones, o mas bien dicho: las peores vacaciones que tendré en mi vida. Odio quedarme en casa haciendo nada durante todos los días, simplemente lo que quiero es tomar mis tenis y salir a correr, pero él hecho de salir del departamento me traerá problemas ya que mi madre se encuentra trabajando en la embajada; ¡si! mi mamá trabaja para la embajada de México en España, ¡larga historia! a mi mamá la envían a Madrid y conoce a mi papá, se casan me tienen y llegamos hasta aquí; un chico de lo mas común. En fin mi mama odia que salga del departamento sin un guarura detrás de mi, pero nadie me tendrá encerrado en este maldito lugar, por eso tengo un estupendo plan.

Pero antes que nada fui a la cocina a punta de pie para que nadie me escuchara ni siquiera la sirvienta, tome una charola puse un vaso de jugo y un plato con cereal y regrese a mi cuarto con él mismo paso. Después de haber tomado mi desayuno en mi cuarto busque ropa para salir a correr, así que tome una playera térmica azúl, unos shorts negros y una sudadera negra; estaba listo mientras ataba mis zapatillas, ahora él plan era salir del departamento sin ser visto por la sirvienta ni los guaruras afuera del departamento. Abrí la puerta y asome mi cabeza para ver que no pasara la sirvienta por él pasillo, llegue a paso veloz hasta la sala, la sirvienta estaba en la cocina, mi única escapatoria era el balcón; ya afuera me trepe en él balcón y brinque al otro balcón del vecino. Gregorio,  un tío rabo verde siempre dejaba que saltara a su departamento para escapar del edificio, los guaruras no me veían salir del departamento ya que el de él estaba del otro lado de la esquina y enfrente se encontraban las escaleras de emergencia; Gregorio no estaba así que le deje unos euros que me presto, ¡amo a ese tío! él si me entiende y siempre me presta pasta.

Encendí él bluetooth del móvil para escuchar musica mientras iniciaba a trotar;  en un breve momento llegue hasta la puerta de Alcalá, solo había recorrido ochocientos metros,  ¡joder! esa maldita asma no me impedirá correr más; para este instante todos en él departamento se han dado cuenta que no estoy. Se que me castigaran y mas mi padre él trabaja en él congreso de diputados que esta enfrente de la embajada donde se encuentra mi madre. Tome la decisión de correr a exigir mi castigo ya que en fin siempre mi intimidad es timada en cada instante.

Me encontraba a unos pasos del congreso de diputados cuando encontré a un hombre con una gran vestimenta, no se como estaba utilizando eso, apuesto a que ya se le había derretido la polla, él hombre portaba un gran abrigo hasta las rodillas y debajo portaba jeans y una camisa negra, era de tés bronceada tenia como unos treinta años, se sentía mal y se incaba haciendo presión en él estomago; corrí hacia él para auxiliarlo.

-¡tio!, ¿te encuentras bien?, ven venir conmigo que te llevare a un médico.

-¡No!-. Exclamo sin aliento.- Llevame ahí niño.- Dijo señalando la embajada.- Rápido es de primordial, solo es un dolor estomacal común.

No lo pensé dos veces y lleve al hombre hasta la embajada. Pensé que era mejor que mi mamá atendiera al pobre hombre personalmente; él hombre no tenia ninguna herida perecía como un dolor de esos del apéndice. Entramos en la embajada, él hombre enseño su pasaporte y él hombre de la entrada ya sabía quien era así que no dudo y nos dejo pasar sin problema.

-¡pero que coños!-. Grito mi madre al verme.- ¿que hacéis aquí Ares? y ¿que haces tú en España Ramiro?-.

- Salí a correr, estaba aburrido y a este tío lo he encontrado en la calle,¿conoces a este tío?-. No sabia  como explicarme con mi madre todo era tan confuso e incómodo.

- El es un viejo compañero que trabajaba conmigo en México, en fin,  Ares quiero que vallas a casa y cuando estés ahí, que marque la sirvienta para confirmarlo. -Dijo mi madre a regañadientes.

Las Calaveras y la legión de los ancestros.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora