Capítulo 1 "La Sacedotisa"

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Hola bueno estés es el primer capítulo espero les guste y por favor si tengo algún error por favor dígamelo será de mucha ayuda

^°^Liz

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En una noche fria y obscura, en la alejania de un pueblo se podían apreciar muy fuertemente llantos de dolor y agonía de la gente que habitaba ese pequeño lugar, las casas ardiendo con el calor del fuego que las rodeaba, entre la luz creada por este se divisaban sombras horrorosas de bestias enormes, unos tenían grandes alas y lanzaban fuego, quemando todo los que tenía a su pasó, mientras que los otros se disponían a devorar los cuerpos de las personas ya muertas que ya hacían delante de ellos.

En lo profundo de un bosque cercano, observando, un pequeño grupo de gente provenientes de aquel pueblo ahora destrozado. Todos tenían la agonía en todo su rostro, intentaban huir pero les era imposible, el miedo no los dejaba, los tenía paralizados, hasta que a lo lejos se podía ver un luz color rosa acercándose a gran velocidad a aquel pueblo, aniquilando de un solo golpe todos esas bestias, dando un gran alivio a todos los aldeanos que aún seguían con vida, entre ellos una pequeña niña que miraba como la sombra de una mujer se acercaba a ellos, una sacerdotisa y no era cualquier sacerdotisa, sino una de las más conocidas y fuertes de toda la región, era admirada y querida por todos, ella era Kikyo. En cuanto la vieron los demás corrieron hacia ella dándole las gracias, pero la pequeña niña aún seguía observándola, hasta que corrió hacia ella.

-     ¡señorita Kikyo! Por... Por favor enséñeme a vencer a esas bestias como usted lo hace -suplico la pequeña, a lo que todos se empezaron a reír de ella y regañarla, puesto que como se la ocurría pedir semejante cosa, la pequeña solo encogió los hombros mostrando cierta desilusión. La sacerdotisa solo veía la escena que se mostraba delante de ella y se acerco.

-     claro pequeña, dime ¿como te llamas?  - dijo con una gran sonrisa, los aldeanos a que antes retaban a la pequeña por su petición ahora solo guardaban silencio, avergonzados por lo que le habían dicho a la pequeña y alejándose de ella para que hablara libremente con su salvadora.

-     me llamo... Kagome, señorita  - dijo algo tímida pero muy feliz.

-     bien Kagome y ¿tu famila donde esta?  - al decir esto la expresión de la niña cambia, sus ojos se inundaron se lágrimas a punto de brotar, entonces la sacerdotisa entendió al momento lo que les había sucedido. -     tranquila ven vamos a buscarlos... Todos hagan lo mismo busque a sus familia, debemos que darles una despedida digna  - tomo a la niña entre sus brazos y la cargó hasta encontrar a su familia... Esa noche bien la más triste para ella, había perdido todo lo que tenía ¿que es lo que hare a partir de ahora? ¿Me iré con la señorita kikyo? ¿Y luego que?. Pensaba la pequeña para si misma.

Al poco tiempo de haber restaurado la aldea y que la sacerdotisa pusiera una barrera alrededor de la aldea para protegerla, se dedico plenamente a enseñarle todo lo que podía a la pequeña, Kagome muy decidida hacia todo lo que le decía Kikyo.

-     Kagome levanta más el brazo y fija bien tu puntería... Y suéltalo al instante  - dijo kikyo que estaba detrás de ella.

-     si, como usted diga  - lanzo la flecha que de ella también salía un luz rosada, dándole justo en el blanco que le había puesto la sacerdotisa, su puntería ya era buena. -    lo... Lo hice! Vio eso señorita, lo vio le di justo en el blanco-

-     Claro que lo vi, eres buena en esto, ahora viene lo difícil  - dijo con una sonrisa, a lo cual la pequeña Kagome se quedo dudosa. Se adentraron había el bosque donde vivían seres malignos.

-    señorita Kikyo que hacemos aquí  -dijo escondiéndose detras de la sacerdotisa.

-     Tienes que superar tu miedo a estos seres y aprender a diferencia el bien del mal...  - solo así serás capaz de poder vivir tranquilamente y sin temor alguno- pensó para si misma.

-     de... De acuerdo lo haré, aprender todo eso... ¿Y si lo hago poder proteger a quien yo quiera?  - dijo la pequeña con gran ánimo y espíritu-

-     Claro, harás eso y más ya lo veras, pero recuerda esto, no todas las bestias y monstruo son malos... Algunos de verdad aman a los humanos tanto como para dejar su antigua vida y vivir como.humanos con las persona que quieren  - dijo mientras le acariciaba la cabeza-

-     ¿en serio hay monstruos así?  -dijo la.pequeña con gran inocencia.

-     Claro que si, ya verás que es verdad, ahora vamos aún falta poco para que termines  - siguieron caminando hasta que ya no se devisaban a la vista. En tres meses la pequeña sabía lo necesaria o al menos lo que la sacerdotisa le puedo enseñar ya que tenía que regresar a su pueblo.

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Habían pasado años desde aquel incidente, la señorita Kikyo hizo lo que había prometido a aquella niña que ahora era una joven hermosa y decidida a ayudar a quien pudiera, claro que también los de la aldea la admiraban, pero como eran pocos los que vivían en esa aldea decidieron irse a distintas aldeas y claro que también la joven Kagome. Iré a la aldea donde vive la señorita kikyo pensó para si misma, mientras veía como se iban los demás. Solo llevaba un pequeño bolso, su arco y por supuesto sus flechas.

Kagome se detuvo cerca de un río a descansar ya tenía todo la mañana que había salido y aún le faltaba camino por recorrer y que mejor que buscar un lugar para descansar. Ya se ocultaba el sol, se podía apreciar el tono rojizo en el cielo, la joven estaba tranquila observando el.cielo cuando oyó que algo se movía entre.unos arbustos.

-     que será, no puedo sentir ninguna presencia  - penso para si misma tomo su arco y flechas y se acerco poco a poco hacia donde provenía aquel ruido, entre aquellos arbusto salio un hombre mal herido, tenía sangre en su brazo izquierdo, un hombre con larga cabellera blanca y ojos dorados. ¿Es humano? O ¿Es una bestia? Pensó Kagome sin saber que hacer.

-      ¿Quien anda ahí?  - pregunto aquel hombre mostrando en su voz una gran frialdad y superioridad-

-     mi... Mi nombre es Kagome... Soy una sacerdotisa. Tu ¿Quien eres? Eres ¿una bestia?  - pregunto muy intrigada realmente quería saber quien era aquel joven apuesto.

-     ¿Una sacerdotisa?  -dijo muy indiferente -   será mejor que te vallas esto no tiene nada que ver contigo, lar...go  -apenas pudo decir lo último y cayo desmayado, estaba muy débil, Kagome se preocupo no podía dejarlo así no le importaba si fuera una bestia o no, ella tenía que salvarlo o al menos eso creía.

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Hola que les pareció? Si lo se es corto pero espero les guste y por favor se aceptan críticas y sugerencias ^^es la primera vez que escribo algo asi soy una novata en esto pero espero poder mejorar y porfa comenten quiero saber si de verdad les.gusta o no

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