Parte única

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La familia Lee y la familia Jung, eran amigos desde los tiempos universitarios, habían compartido grandes historias juntos y ahora gozaban de un estilo de vida agradable en una zona adinerada de Seúl

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La familia Lee y la familia Jung, eran amigos desde los tiempos universitarios, habían compartido grandes historias juntos y ahora gozaban de un estilo de vida agradable en una zona adinerada de Seúl. Un 14 de febrero, por fin el alegre matrimonio Jung tenía la dicha de recibir a su primer hijo, un hijo buscado por un par de años y concebido con mucha dificultad, por fin habían consumado el gran anhelo de tener un pequeño a quien cuidar, proteger, educar y sobretodo... consentir, el neonato al llegar a casa ya contaba con una habitación llena de juguetes y ropa de todos los tamaños y estilos. Iba a ser muy amado.

Para el momento en el que nació el pequeño Jung Jaehyun, los Lee ya tenían una hija de seis años y un hijo de dos, los cuales fueron a visitar al recién nacido; a un muy pequeño Lee Taeyong le pareció curiosa esa masita gordita, blanquita y dormilona que todos miraban con emoción, era primera vez que veía un ser humano más chiquito que él y le gustó, era lindo y lucía calientito... hasta que lloró, lloró y siguió llorando, nada podía callar a ese bebé y, por alguna razón el infante de dos años sintió la enorme necesidad de acompañarlo en el llanto y el recién nacido al oírlo dejó de llorar sorprendiendo a todos.

- Pero mira, ya eres todo un hyung Taeyong - escuchó decir, ni siquiera sabía el significado de ser un "hyung" pero dejó de llorar y su pequeño ser se sintió orgulloso ante las sonrisas de los mayores.

(...)

Tres años habían pasado de ese evento, Taeyong era un niño de cinco años ahora, un hyung orgulloso que sostenía de la manito a un Jaehyun de tres años todos los días para cuidarlo hasta de las hormigas en el patio de juegos de la guardería preescolar a la que asistían; sin embargo, el adorable y aún algo torpe Jaehyun era curioso del mundo que le rodeaba, quería jugar con todo y hablar con todos, no parecía medir el peligro, cosa que estresaba constantemente a su sobreprotector hyung, el cual tenía la enorme responsabilidad de cuidarlo, responsabilidad que pesaba demasiado en unos hombros tan pequeños.

- Hyung, hyung, ese niño me tiró al suelo y me dijo feo - palabras acompañadas de sollozos se hicieron presentes en los oídos de Taeyong mientras dirigía su mirada al lugar que el dedito acusador del menor indicaba.

- ¿Estás bien Jaehyunnie? - inspeccionó preocupado todo su cuerpo notando que su ropa estaba sucia y sus rodillas rojas por la caída. - ¿llamo a la enfermera?

- ¡Ño! - replicó en tono más infantil de lo normal - dile que ya no me pegue y que no soy feo -su demanda fue clara y contundente, sus lágrimas abundantes y el espíritu de defensor de Jaehyun que tenía Taeyong grande.

- No te muevas ¿sí? Puede ser peligroso - preocupado por el plan que estaba trazando su infantil cabeza, llevó al menor a un asiento y le ordenó aquello.

El pequeño observó desde su asiento como Taeyong esperó a que su malvado enemigo bajara del tobogán inocentemente sin esperar que tras poner un pie en el suelo un colérico niño "grande" lo empujaría fuerte, muy fuerte, le tiraría un cubo de arena encima y le gritaría "Jaehyun es bonito, tú eres feo, no puedes mirarlo". El niño empezó a llorar al ver como un nuevo cubo de arena iba a caer directo a su cara cuando la maestra detuvo al atacante, el cual fue arrastrado hasta la sala de castigo mientras era regañado en el camino, todo ello monitoreado por la mirada atónita de Jung Jaehyun, quien descubrió ese día que no solo sus padres harían todo lo que quisiera, sino que también su querido hyung estaba dispuesto a hacerlo.

No es fácil ser tú hyungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora