Encuentro

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Era una mañana normal, igual a todas desde el inicio de año, esta chica se dirigía hacia este lugar... un lugar por en el que nunca se había detenido antes, y esta vez le tocó pasar y quedarse, sin embargo, ella se mostraba un poco, por no decir muy indiferente, ante aquella situación.

Era un día más y como todo, siempre ajetreado, no había tiempo de pensar mucho, todo eran puras carreras.
Llegada al lugar, seguía abundando en su indiferencia... aquello era como un jardín, un bello jardín, parecía tener tantas cosas escondidas, tantos detalles hermosos. Pero ella no tenía tiempo de determinarlo en ese momento, vio ciertos detalles, pero rápidamente y sin pasar percibida, se fue del lugar.

Resulta que todo esto que ella se topó en ese jardín, la perseguía, a pesar de que ella no le prestara tanta atención.
¿Por qué le seguía eso tanto?, ella solo quería cumplir el rol que le dieron vagamente en ese jardín y salir, sin embargo, hacer solo eso fue inútil.

Empezó a inspeccionar y escarbar todo ese jardín, habían cosas tan lindas... andaban por ahí unas hermosas flores, como esperando que fuera abril para mostrar su entera belleza, unos árboles de muchos años, frondosos y refrescantes, como queriendo ser un oasis para tantos que pasaban por ahí, habían hormiguitas trabajando en manada y sin agotarse, todo esto y más abrazado de un césped tan verde que envolvía la misma tierra, y cuando sorpresivamente y sin previo aviso, encontró algo extraño, inesperado, lo encontró: un diamante enterrado.

El diamante ocultoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora