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Tenia el lapiz fuertemente agarrado en su derecha mientras pensaba en que iba a escribir esta vez, sabia que Jimin lo veria y queria que sintiera lo mismo que siente cuando él lo ve. Así que decidido empuñó en lapiz en su diestra y escribio, tachando con brusquedad algunos comentarios que no le parecieron, todo lo que su corazón sentia.

Jimin se encontraba nuevamente en el baño, era innevitable volver a aquel lugar. Siempre era el mismo cubiculo, el tercero de izquierda a derecha, si, ese que tiene el pene dibujado en la puerta como consecuencia de alguno de sus compañeros. Y si, esa misma que parecia un diario del alumnado donde la mayoria escribia insultos en su contra, pero eso poco le importaba a Jimin, ya estaba acostumbrado y se sabia cada una de las palabras escritas allí. Palabras desde que lo vieron chupandosela a un profesor hasta que una noche pagaron para tener sexo con él, porque al parecer todo lo relacionado con él era algo meramente sexual.

Todo iba bien hasta el momento, él comiendo su almuerzo en el cubiculo mientras leía los comentarios sobre él... oh bueno eso era lo que estaba haciendo hasta que sus ojos se posaron en un comentario que ayer no estaba escrito. Aquel mensaje era sin duda para él y le hizo perder el apetito, por lo que botando su emparedado a medio comer salió de aquel cubiculo sin destino fijo todavia.

《¿No han notado que Jimin esta mas gordo estos dias? Supongo que sus clientes si que le han dado de comer bien.》

Lo que callan los baños🌼Donde viven las historias. Descúbrelo ahora