E de “Equivocado”
Era un día gris de diciembre. La temperatura helada congelaba su piel… sus mejillas y nariz un poco sonrosadas, su elegante ropa le cubría todo el cuerpo.
La nieve cubría aquel triste lugar. Sin pájaros, sin hojas en los árboles… sin rayos de sol.
Sus manos se encontraban protegidas en los bolsillos de su gabardina negra. Lentamente retiró los guantes que les cubrían y acomodo su bufanda para poder hablar.
Ni un alma se atrevería a salir en un día como ese.
“Ni un alma” pensó.
Miro la triste y gris roca frente a él. Simple, sencilla… una sencilla roca triste. Quería darle algo mejor, él merecía algo mejor, pero...
La nieve había dejado de caer, sin embargo el pesado frío seguía sintiéndose por todas partes.
“¿Sabes?” Las palabras se atoraron en su garganta. Tosió un poco y después de tomar aire siguió.
“No sé qué decir…lo lograste, siempre eras tú el que se quedaba con la mente en blanco y ahora yo… ”.
Miró nuevamente a su alrededor con desconfianza e incertidumbre. El lugar lleno de rocas frías y solitarias seguía sin cambiar. Estaba sólo… realmente sólo.
“Ya no estás aquí” susurró para sí, deseando internamente que el otro le escuchara. “No ha sido fácil, ¿sabes?”
Dejo salir un suspiro.
“Realmente no tienes idea de cuánto te extraño”. Miro el cielo, hacía mucho tiempo que había perdido la habilidad de llorar, o más bien, que la dominaba.
“Sé que prometí que sería fuerte, por ambos…”.
Una solitaria ave voló por lo alto. Alborotada, torpe y escandalosa. Le observo hasta que la vio desaparecer en la lejanía del horizonte.
“Nadie se ha enterado de lo nuestro”
El cielo se veía tan tranquilo, tan calmado… tan vacío y aburrido como lo había sido alguna vez en su vida.
“No tiene sentido, de todas formas tú no me escuchas, no hay forma de que sepas todo lo que te estoy diciendo.”
Miró sus zapatos negros manchados por la nieve. Recuerdos llegaron a su mente de alguna salida furtiva que llegaron a hacer. Un sonrisa leve se mostró en su rostro pero al sentirla la nostalgia y la tristeza se adueñó de él nuevamente.
“Sé que podría vivir sin ti. Biológicamente no hay nada que me lo impida y sé que si me escucharás estarías frunciendo tus cejas con esa expresión tuya que me encanta causar en tí…” suspiró.
Secó la lágrima que bajó hasta media mejilla antes de congelarse.
“Siempre he sabido salir adelante, siempre he podido vencer los obstáculos y solucionar mis problemas. Nunca he necesitado a nadie para cumplir lo que me propongo--” sus manos se hicieron puños.
Sintió algo pesado en su bolsillo, recordó lo que era y lo tomó.
“Fui a tu casa ¿sabes? Quería … Quería asegurarme… de que tu padre no se deshiciera de tus cosas… recupere tus cartas y… encontré algo en particular.”
Sacó una pequeña caja negra y la observó con cuidado, sacando su atesorado contenido.
“Ahora entiendo porque no me dejabas entrar a esa casa, por qué no permitas a nadie visitarte… entré a tu habitación, tomé uh… prestada una de tus playeras… y accidentalmente rompí tu lámpara.” sus ojos se entristecieron al recordar la escena “había una tabla suelta bajo la pata de la cama y ahi lo encontre. Tus secretos mejor guardados…fue ahí que entendí el porqué de tus horas extra y tus 4 trabajos…”
Una lágrima tibia resbalo, los ojos inundados ya no le permitían contenerse más.
“Soy un tonto… “ lloró sin poder evitarlo.
“Lo tenía todo… te tenia a ti… pensé que podría vivir con esto, con tu ausencia… pero estaba equivocado… “
Calló abruptamente, sus ojos fijos en la lápida tan fría como ese lugar. Limpió su nariz con un pañuelo, entonces sonrió, repitiendo las mismas últimas palabras que él había recibido de su parte:
“No es un adiós, sino un hasta luego”. Repitió sus últimas palabras. Saco de su otro bolsillo el otro objeto que había encontrado en casa de Joey, entonces quitó el seguro del arma y apuntando a su cabeza dijo “yo nunca me equivoco”.
El sonido asustó a los cuervos en la lejanía. No había nadie a su alrededor, solo rocas y nieve. La mancha roja comenzó a crecer mientras la nieve seguía cayendo.
El eco del disparo se disipó en el aire, nuevamente el cementerio quedó sólo…
“Ni un alma” pensó “ pero juntos al fin”.
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El ABC del Puppyshipping
FanficExtracto de "El ABC del Puppyshipping", el original se encuentra en amor-yaoi :p