Prólogo

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- ¡ABROCHEN SUS CINTURONES Y AGÁRRENSE BIEN! -Gritó John, mi papá. Un trailer se acercaba a nosotros a una velocidad impresionante.
Susan, mi madre, se había desmayado del susto. Tenía los ojos rojos de tanto llanto. Mila, mi hermana, se encontraba llorando, no tenía ni 3 años de edad. Max, mi hermano, se encontraba en shock. John estaba desesperado, íbamos en reversa.
Era solo un carril, hacia una sola dirección. El trailer venía de frente a nosotros. No sabíamos qué estaba pasando, sólo que si no avanzábamos iba a haber un choque. Un gran choque.
Cada vez íbamos más rápido, pero el trailer también. Me aferré a los lados del carro. El trailer estaba más cerca. Voltee haces atrás: una curva estaba próxima. Dirigí mi atención a mi papá, nunca había visto tanto miedo en su cara. Su mirada chocó con la mía, yo me encontraba detrás de él.

- Abre la puerta. -Me ordenó. Lo ví con miedo, pero no dudé en hacerlo. Nuestras vidas colgaban de un hilo.- Van a saltar. Rápido. Háganlo. Voy a frenar, no van a tener mucho tiempo. -Explicó rápidamente- Los amamos, no lo olviden.
En eso centró su mirada en mí, y frenó. Me lancé por la puerta. No miré atrás, sólo lo hice.
Caí en la carretera. Aún estaba en peligro de que el trailer me arrollara, entonces corrí hacia una barda de metal próxima y me colgué de ahí.
Vi cómo Max salió del carro con Mila en brazos.
El trailer pasó a mi lado, golpeando la barda, ocasionando que quedara colgando. Empecé a patalear intentando, en vano, apoyarme en algo.
Busqué a mi papá en el carro. Estaba forzajeando con el cinturón de mi mamá. Golpeó el volante con furia. Me vio de lejos e intentó sonreírme. Cuando menos me di cuenta, ya se encontraban en la curva... No giraron. Vi el auto caer lentamente. El trailer frenó.
Busqué rápidamente a Max, estaba colgando más adelante, al igual que yo.
Mila ya no estaba en sus brazos. Estaba intentando tomar impulso, pero no dejaba de mirar hacia abajo.
Me quedé mirando al vacío. El lugar en el que antes estaban mis papás... Un estruendo se escuchó, seguido de una llama. Se había incendiado.
El conductor del trailer se bajó, con algo en manos. Se escuchó cómo quitó un seguro, tenía un arma en las manos. Se acercó a mí hermano. Tenía 18 años de edad, lo vio con miedo en los ojos y me volteó a ver, para después dejarse caer al vacío.
Mi respiración se cortó. Me costaba trabajo respirar. Podía sentir un nudo en la garganta. Voltee abajo y no lo vi... El señor volteó y no dudó en venir hacia mí. En eso escuché un llanto. Busqué con la mirada asustada... Mila.
No sé cómo lo hice, sólo sé que ya me encontraba sobre la acera, corriendo. Sentía el corazón en la garganta. Localicé a Mila a unos metros del señor. Corrí más rápido. Estaba cerca de ella. La tomé de la mano y la jalé hacia mí. El señor me vio a la cara. Ahogué un llanto con mis labios. Apuntó la pistola hacia mí. Lágrimas caían por mis mejillas.

- ¡Haz que se calle! -ordenó con un grito, señalando a Mila. Me voltee a ella, empecé a menearla en mis brazos.
- "Descansa, estar tranquila es estar en paz. Yo retrocedo y tu un brinco das..." -empecé a cantar en voz baja. Era la canción de mi mamá, siempre la cantaba paraa nosotros.- "...Podrás dormir en tranquilidad. Porque yo estoy aquí... y no te voy a dejar" -seguí con dificultad. El llanto no me dejaba continuar, pero estaba funcionando.- "Es difícil confiar, pero lo lograrás... Hagas lo que hagas, tienes que brillar" -empecé a tararear y Mila ya se encontraba dormida, dando pequeños brincos a causa del llanto.
Voltee a ver al señor. Ya no me estaba apuntando, pero tampoco tenía ninguna expresión en el rostro. No sabía qué hacer. De repente una luz me cegó, de un momento a otro habían miles de patrullas rodéandonos. Se escuchó un disparo, seguido de otro. Me agaché rápidamente abrazando a Mila con fuerza. Empecé a llorar. No sabía qué hacer. Me quedé estática.

De un momento a otro, todo quedó en silencio. Levanté la mirada con miedo. La cabeza de Mila estaba entre mis brazos, totalmente quieta. El señor estaba muerto. Debajo de él todo era color rojo, quité la mirada de ahí. Los oficiales empezaron a acercarse a mí. Me paré temblando, ellos estaban más cerca de mí, se acercaban cautelosos. Un oficial estaba más cerca que los demás, era el más joven. Miró a Mila entre mis brazos y gritó.
- ¡Llamen a una ambulancia, ya! -Lo miré confundida. No me dolía nada. Voltee a ver a Mila... No se movía. Tenía su pecho color carmesí. Grité del susto. El policía se acercó a mí y tomó a Mila en sus brazos, se la llevó a otros señores. Seguía gritando. ¿En qué momento había pasado eso?- Mi nombre es Andrew -Dijo intentando tranquilizarme. Lo voltee a ver con lágrimas en los ojos.- No temas... A partir de ahora todo estará bien. No te preocupes, ven. -Me estiró una mano teniendo acercarse.  Cada vez se me hacía más difícil respirar. Tomé su mano con miedo, él me abrazó sin pensarlo dos veces y las lágrimas volvieron a brotar de mis ojos.- No te preocupes cariño, no te va a pasar nada. Estaré aquí. Tranquila. ¿Me podrías decir tu nombre? -
- Harriet McRobbie. Soy Harriet. -dije tímida, limpiando las lagrimas rápidamente con mi mano.
- Muy bien, Harriet. ¿Puedes venir conmigo? Necesito asegurarme de que estés bien. -Me miró preocupado. Asentí y lo seguí.

Ese día las noticias volaron. Todos se enteraron de mi catástrofe. "La única sobreviviente confirmada de la tragedia del 01 de Junio". Había quedado huérfana. Mila no pudo sobrevivir.
Me había quedado sola... A mis escasos 12 años de edad.

Y ese... Ese fue el peor día de mi vida.

Me culpo por estar en tu vida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora