1- Epílogo

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Hoy me he despertado de buen humor ya que es el último día de universidad y ya quiero descansar y pasar más tiempo con mi hermana Emily, la cual ha estado un poco deprimida después de la muerte de nuestros padres.

Me levanté de la cama y me dirigí al baño. Me miré al espejo como ya es costumbre, y vi que mi largo cabello rubio estaba hecho un nudo y que debajo de mis grandes ojos verdes se podía apreciar unas pequeñas ojeras por no dormir lo suficiente. Me saqué mi pijama azul, el cual era mi favorito, y me metí en la ducha. Después de haberme duchado enrollé la toalla por debajo de mis brazos y volví a mi habitación para ver que me ponía. Al final me decidí por una blusa azul junto con mis jeans ajustados y unas converse blancas.

Finalmente salí de mi habitación sin maquillaje, ya que hacía mucho calor, y me dirigí a la cocina donde se encontraba mi hermana de 16 años desayunando tranquilamente. Ella no se parece nada a mi, tiene el pelo negro y corto. Sus ondas a penas llegan a sus hombros. Tiene la piel muy blanca y pequeñas pecas al rededor de la nariz y su estatura es media. Ella en verdad era muy simpática y amigable, pero desde la muerte de nuestros padres ha estado muy callada.

Ella ya ha terminado el colegio de este año, por lo que hoy se quedará sola en casa y no me hace mucha gracia, pero creo que ya está lo suficiente mayor como para cuidarse sola.

- Hola ¿Cómo estás hoy? - Le dije después de acercarme a ella y darle un corto beso en la frente.

Bufó - Pues supongo que mejor que ayer, pero sigo sin ánimos.

- Lo entiendo, no te preocupes. - En realidad a mi también me dolió bastante la muerte de nuestros padres, pero soy la hermana mayor y me tengo que mostrar fuerte frente a ella. - Ya sabes que hoy es mi último día de este año en la universidad, y como ya se acerca el calor, si quieres mañana podemos dar un paseo por la playa.

- ¿En serio? ¡Eso sería genial! - A mi hermana siempre le ha gustado el verano, y lo agradezco, espero verla cada vez más feliz.

- Si, recuerda que te quedarás sola en casa, no quiero que hagas nada malo, volveré lo antes posible a casa, aunque ya sabes como son mis compañeros, de seguro van a querer ir por ahí. - Dije yo recordando como son mis amigos. - Pero no te preocupes, estaré aquí antes de las 19:00.

- De acuerdo, y vete ya que se te hará tarde, adiós. - Me dijo con una sonrisa en la cara.

- Adiós. - Le di otro beso en la frente, agarré una manzana ya que no había desayunado y salí de mi casa agarrando mi móvil, las llaves de casa y gafas de sol, ya que hacía mucho calor hoy.

Al salir de casa me encontré con mi mejor amigo Jordan. Él es alto y delgado, tiene el pelo negro como el carbón y sus ojos son de un verde muy intenso, en verdad me encantan. También lleva gafas, pero en mi opinión le quedan genial.

- ¡Hola Emma! ¿Que tal está hoy Emily? - Él siempre se ha preocupado por nosotras desde la muerte de mis padres. Siempre ha sido muy amable y honesto con nosotras y aunque es un poco tímido al principio, siempre está ahí para ayudarte en lo que sea.

- Hola Jordan. Pues creo que está mejor que ayer, gracias. - Le di un sonrisa de agradecimiento y comenzamos a caminar hacia la universidad, la cual quedaba bastante cerca de mi casa.

- Me alegro. Sabes que hoy es el último día de universidad. ¿Qué tal si salimos con nuestros amigos al acabar?

- No sería mala idea, pero sabes que no me gusta que Emily se quede sola en casa, así que regresaré pronto. - Me preocupaba dejar a Emily sola en casa porque han habido un serie de secuestros por la zona y me preocupa que le pase algo, aunque siempre procuro dejar todo bien cerrado.

- Claro, lo entiendo.

En poco tiempo ya habíamos llegado a la universidad, y me acerqué a mis amigos para saludarlos. Después fui a mi taquilla y cogí los libros de la asignatura que me tocaba, la cual era matemáticas.

Después de que acabaran las primeras clases me fui con mis amigos a la cafetería y me puse a la fila para coger mi comida.

Cuando ya tube la comida, la cual era una hamburguesa y una manzana junto con mi agua, me fui a sentar en la mesa en la que estaban todos, y empezamos a planear la salida de esta tarde.

Las siguientes horas se me pasaron muy rápido, ya que como es el último día, no hacemos gran cosa, y prácticamente se va para despedirte de todos y disfrutar.

Al finalizar las clases llamé a mi hermana para ver como se encontraba, y me dijo que bien, que disfrutara de mi salida y dejara de preocuparme tanto por ella, pero se me hacía casi imposible no hacerlo.

Finalmente mis compañeros y yo decidimos ir a un parque que había por allí cerca y comprar unos helados, porque el calor ya se estaba volviendo insoportable y necesitaba algo frio para mi garganta.

Al llegar al parque compramos unos helados y el mio era de fresa y vainilla. En verdad me lo pasé muy bien junto con mis amigos, y no paré de reír por las tonterías que hacían. Me alegraron el día.

Cuando vi la hora que era, ponía las 18:45 y decidí que ya era hora de volver. Me despedí de todos mis amigos y Jordan se ofreció a acompañarme a mi casa, así que así hicimos. El camino se me hizo bastante corto ya que no me paraba de reír por culpa de Jordan.

Al llegar a casa abrí la puerta e invité a Jordan a pasar. Cuando entré en el salón me encontré con la televisión encendida, lo cual me pareció muy raro ya que Emily suele ser de esas que siempre apaga todo antes de salir de cualquier habitación.

- ¡Emily, Emily! ¿Dónde estás? - Nadie contestaba y me empecé a preocupar.

- Emma, tranquila. Seguro que ha salido de casa para tomar el aire, ya sabes que hoy hacía mucho calor, a lo mejor se estaba agobiando aquí dentro. - Jordan intentaba relajarme pero yo estaba muy nerviosa. Ya empezaba a notar mis ojos húmedos.

Se que a veces soy un poco dramática, pero esque desde la muerte de mis padres me he vuelto muy protectora con ella.

- No Jordan, ella nunca saldría de casa sin avisarme.

No sabia que hacer, así que decidí llamarla a su móvil. Empezó a pitar y en seguida se escuchó la canción que ella tenía en su llamada de móvil.

Fui corriendo al lugar del cual procedía la canción y encontré su móvil debajo de un cojín que se encontraba encima del sofá. Ahí mi mundo se vino a bajo, ella nunca saldría de casa sin avisar y sin el móvil.

Desesperada empecé a mirar por cada rincón de la casa, hasta que llegué a su habitación y no vi nada. Me puse a llorar, ella era lo único que me quedaba, no la podía perder a ella también.

Cuando pensé que ya nada podría ser peor, vi algo que me llamó mucho la atención. Encima de su cama, había una carta.




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¡Hola! Esperamos que os haya gustado este primer capítulo. Sabemos que es un poco corto, pero los siguientes serán más largos, ya que este solo era la introducción a la historia.

Seguramente publicaremos unos dos capítulos por semana, pero también depende de la época en la que nos encontremos. Si tenéis ideas para continuar la historia decirlo en los comentarios, y si os gusta no os olvidéis de votar.

Se despiden, GemelasUnicornio❤

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