Y vivieron felices para siempre

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10 años después...

HABÍA UNA VEZ... Un Cuento de Hadas Moderno

Por Henry D. Swan-Mills

Dedicatoria: A mis madres Regina y Emma Swan-Mills, quienes inspiraron esta historia. Nuestra historia. Ellas me enseñaron que al amor no hay que ponerle etiquetas.

(...)

Epílogo

La princesa caminaba lentamente entre sus orgullosos y felices padres, había recorrido un largo camino hasta llegar allí, hubo momentos en que había perdido el rumbo, pero no se dejó llevar por el miedo a pesar de la confusión que cada tanto la hacía retroceder en su avance. Puede que en varias oportunidades haya tropezado, caído incluso y otras veces había tenido que tomar un rodeo, pero finalmente estaba donde quería estar. Había valido la pena cada lágrima, cada cicatriz, cada grito frustrado a las estrellas, todo eso la había hecho más fuerte y por ello sabía que no iba a ser fácil destruir lo que había conseguido.

Sus padres habían comprendido que sólo ella podía decidir qué o, mejor dicho, quién hacía enloquecer su corazón, así que, aunque la vieja guerra entre familias hacía tiempo estaba olvidada, los pequeños resquemores que aún existían fueron finalmente resueltos y la princesa fue liberada del peso de estar decepcionando a sus recientemente descubiertos padres. Fue una decisión acertada de parte de los monarcas, porque de otra forma hubieran perdido otra vez a su hija y, esta vez, para siempre.

Es cierto que sus progenitores no fueron el único escollo en su camino, sus ganas de ser aceptada fueron por lejos lo peor. Gracias a ellas estuvo a punto de terminar en brazos de un hombre al que nunca iba a poder amar de la forma en que amaba a la bruja.

Fue en parte gracias a su hijo que se dio cuenta que si la gente no era feliz viéndola feliz – aunque fuera con alguien que ellos no aprobaban – debía mandarlos a volar y luchar por su felicidad, porque ella era importante y, si no la querían por ser ella misma, es que no valían la pena.

La princesa suspiró feliz y apuró el paso inconscientemente, no veía la hora de comenzar el resto de su vida al lado de la mujer y el chico que la esperaban en el altar.

La bruja se giró hacia la entrada en cuanto sintió que se abrían las puertas, su mirada se dulcificó y la amplia sonrisa que iluminó su rostro al ver a la princesa avanzar hacia ella, le comunicó a todo el mundo sus verdaderos sentimientos. Sobre todo porque hasta no hacía mucho tiempo, la bruja sólo sonreía a su hijo.

La mujer hacía un esfuerzo supremo para contener los temblores causados por el nerviosismo, sabía que hasta que la princesa no se convirtiera en su esposa, no iba a poder estar tranquila. No había podido despegar la vista de la mujer que avanzaba lentamente, demasiado lentamente para su gusto. Cuando la miraba, parecía que podía respirar mejor, todo su cuerpo se relajaba, se abría para recibir a su opuesto y complementario.

A la bruja la habían lastimado personas que deberían haberla cuidado y amado, esto hizo que se endureciera y construyera un robusto y alto muro alrededor de su corazón. Nadie iba a poder llegar a él, nadie iba volver a herirla. En represalia al sufrimiento al que fue sometida, había hecho daño a mucha gente durante mucho tiempo. Pero cuando su hijo llegó a su vida por azar, logró hacer un agujero en su muro y se filtró hasta su maltrecho corazón, la mujer lo amó con todo lo que tenía, pero no era muy buena haciéndolo, ya que nadie le había enseñado cómo, eso sumado a su miedo había hecho que su hijo se sintiera sofocado.

Estuvo a punto de perderlo cuando la mujer que lo dio a luz apareció en sus vidas, la había combatido con casi todo lo que tenía, pero la guerrera – después princesa – había resistido cada estocada devolviendo golpe por golpe. Y así se ganó el respeto de la bruja. La princesa comenzó a creer en ella, a defenderla, a hacerle ver que había otra forma de hacer las cosas, a mostrarle que podía volver a amar y ser amada.

La mujer había tenido que demostrar una y otra vez que había cambiado y que ya no era la bruja malvada, que no tendía escondido bajo la manga un plan siniestro para matar a todos. Había sido una batalla dura, durísima, pero no se comparó en nada con la guerra que se desencadenó en su interior.

El alma de la mujer estaba fracturada entre lo que ella consideraba su lado bueno y su lado malvado, creyó que la única forma en la que podía merecer el amor de su hijo y de la princesa, era si erradicaba su lado oscuro. Fue una guerra terrible, pero finalmente y gracias a las dos personas más importantes de su vida, entendió que no debía arrancar nada de sí, la solución era más simple, pero mucho más difícil de hacer de lo que parecía: debía quererse a sí misma.

Cuando la bruja aprendió a querer tanto lo bueno como lo malo dentro de ella, se abrió con cautela y se dejó amar...demás está decir que también amó, ¿no? La batalla final había terminado justo a tiempo para permitirle plantarse frente al pirata que pretendía robarle a su amor y mandarlo a su barco con el rabo entre las piernas y las manos vacías.

El hijo de la bruja y de la princesa estaba parado en el altar junto a su madre, el chico desbordaba de felicidad al saber que en pocos minutos, sus madres unirían sus vidas para siempre ante todo el mundo. El pequeño de 10 años levantó la vista hacia su madre adoptiva y, viendo lo nerviosa que estaba, la tomó de la mano.

La mujer dejó de mirar a la princesa por primera vez desde que se abrieron las puertas ante ella para mirar a su principito. La mirada del chico irradiaba tanta confianza, felicidad y amor que los ojos de la mujer se llenaron de lágrimas al mismo tiempo que la calma relajó su cuerpo a punto de romperse de tensión.

La mujer le dio un apretoncito y levantó la vista justo a tiempo para recibir al amor de su vida.

Las mujeres se miraron amorosamente a los ojos por varios segundos, solo cuando oyeron la risita de su hijo, se volvieron sonrojadas hacia el cura.

No hubo ningún pirata despechado que interrumpiera la ceremonia, ni nadie que no creyera que las mujeres paradas frente al altar estaban ahí por propia voluntad sólo llevadas por el profundo amor que sentían la una por la otra.

La pareja dio el sí.

...y vivieron felices para siempre.

FIN

23/10/2021

Libros

Una importante cadena de TV quiere convertir la historia en serie

El aclamado autor de "Había una vez... Un cuento de hadas moderno" continúa rompiendo todos los récords venta

Henry D. Swan-Mills, el autor que con su historia de amor entre una princesa perdida y una bruja malvada conquistó a grandes y chicos, arrasa en las ventas con su primer libro y hasta podría llegar a la televisión.

Todo comenzó cuando Henry tenía 10 años y descubrió que era adoptado....

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